Amores de Segunda mano

Amores de Segunda mano

Maireth

23/04/2021

Torres Vidal Yuridia Maireth

Los cuentos de Enrique Serna transitan por un desfiladero desde cuyas alturas se contempla el abismo del cuerpo. No sólo se interesa, sino que está en deuda con el mundo de la marginalidad social y sexual. Sus personajes vienen de ahí y se debaten entre el horror ante su probada autenticidad y el deseo de parecerse a todos los demás. Son exhibicionistas, pero quisieran los privilegios del voyeur; son damas de la caridad, pero quisieran exterminar a todos los niños mugrosos de la ciudad de México; son piezas de arte viviente, pero detestan «su deplorable condición ornamental»; son hombres de letras que escriben relatos que no son suyos; son travestis que ensayan frente al espejo un gesto que no les pertenece. Así se mantienen fieles a una identidad infiel. Amores de segunda mano es la fascinación por estos raros y atroces individuos que se arrojan sin cortapisas al momento extremo en que la vida se afirma cuando literalmente se derrumba.

Amores de segunda mano está formado por once relatos. El primero se titula El alimento del artista. Es una narración oral: una mujer madura le está hablando a un desconocido sobre su pasado como bailarina de espectáculos sexuales. El estilo es rico en mexicanismos y en ocurrencias verbales. El tono es realmente divertido. Una pareja no puede excitarse a no ser que tenga un público que les aplauda. El nudo dramático no deja de ser peculiar.

El desvalido Roger es el segundo cuento. Está escrito en tercera persona y la voz narrativa nos habla de Eleanore Wharton, una solitaria mujer madura norteamericana que encontrará una razón de ser para su existencia cuando en la televisión vea unas escenas del terremoto de México. En ellas ve a un niño llorando desconsoladamente. En sus vacaciones, Eleanore viajará a México para buscar a ese niño, al que ha decidido llamar Roger, con la idea de adoptarlo y darle una vida mejor. Los choques culturales (empezando por no saber situar a México en el mapa) que va a sufrir la ingenua norteamericana son muy divertidos. Al llegar a Ciudad de México, Eleanore toma un taxi y al mirar por la ventanilla piensa: «La ciudad era mucho más imponente de lo que suponía. Más imponente y más fea. Vio tantos perros callejeros que se preguntó si no serían sagrados, como las vacas en la India». Creo que en este relato queda bien reflejado, de un modo irónico, la mirada de superioridad e ignorancia de muchos norteamericanos sobre el mundo latinoamericano. El remate final del cuento es de un humor muy negro, muy helador.

La extremaunción me ha gustado menos que los dos cuentos anteriores. Aquí conocemos a un sacerdote en el día en que va a vengarse de una mujer que le acosó en su juventud y le impidió mantener una relación con su hija. El final es tan grotesco que me ha parecido menos conseguido que los otros, de puro exagerado.

Hombre con minotauro en el pecho es una joya de cuento. Está narrado por un niño al que Picasso tatuó (para escarmiento de su padre) un minotauro en el pecho, y que se acaba convirtiendo en un valioso soporte para una obra de arte, anulándose como persona. El juego irónico con el valor del arte y su mercantilización está mostrado aquí

de un modo muy ingenioso, acabe sintiendo angustia y a la vez simpatía por las andanzas de este pobre hombre, portador de una valiosa obra de arte.

La última visita queda un tanto desdibujado tras Hombre con minotauro en el pecho refleja la conversación surrealista entre una madre y sus dos hijos sobre la decadencia de las visitas en la casa, visitas que eran entendidas como una necesidad vital. Al hablar de chismorreos y reflejar sólo los diálogos, sin ninguna anotación más la idea de la familia que necesita espectadores para que sus historias cobren más cuerpo me ha recordado al drama del primer cuento, el alimento del artista, sobre esa pareja que necesitaba un público para poder hacer el amor.

Eufemia, al igual que La extremaunción, trata sobre el tema de la venganza amorosa, pero creo que en esta ocasión el resultado es mejor. Eufemia es un personaje tan trágico que hace pensar en la protagonista de una ranchera mexicana. Eufemia empieza siendo una criada y acabará siendo una de esas personas que escriben cartas en las plazas a personas que no saben escribir este cuento trata con ironía el tema del clasismo social y de las criadas engañadas.

Borges y el ultraísmo, uno de los cuentos más largos del conjunto, me ha parecido también de los más destacados. Trata de las rencillas en un departamento de literatura latinoamericana de una universidad de Estados Unidos. Serna parodia aquí las novelas de campus norteamericanas, pero centrándose en temas latinos y burlándose de algunos tópicos, el cambio de perspectiva final me ha parecido realmente muy ingenioso, un gran cuento.

Amor propio, sobre un travesti que puede encontrarse con la musa a la que imita en sus espectáculos, me ha parecido interesante puesto a que habla de un travesti, dicho cuento que causo disgustos a muchas personas en lo personal me gusto la manera en que lo relato.

El coleccionista de culpas, sobre un joven que le roba la novia a otro y la acumulación de culpas en su vida es un buen relato, no de los mejores pero lo suficientemente bueno. Como en otros relatos, se acaba hablando de la corrupción, en este caso de la adjudicación de obras públicas a empresas.

La noche ajena, sobre un chico que nace ciego y cuya familia se empeña en hacerle creer que no le falta ningún sentido, me ha parecido una ocurrencia ingeniosa, pero demasiado fuera de lo real para ser plenamente disfrutable, pero creo que funciona mejor cuando sus propuestas están más cercanas a la realidad, porque parece conocer bien el alma humana, sobre todo la mexicana.

La gloria de la repetición, en la que la voz narrativa es la de un joven de clase media-alta que trata de perder su virginidad antes de cumplir veinte años, es un gran remate para el libro el talento de Serna luce más aquí que en un cuento más artificioso, como ocurría con el anterior. De nuevo se nos habla de las mordidas y la corrupción y del choque de los ideales políticos de un joven con la hipocresía, el clasismo y el racismo que le rodea

también se trata el tema de la homosexualidad, otro problema para la sociedad hipócrita

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