Campi Peña Gustavo Ángel 401

Romance

Desde que nací, mi vida se ha basado en vivir como un rey que vive pisoteando a todo aquel que no esté a la altura de mi familia. Siempre fui parte de una familia llena de dinero, y dominada por la avaricia, que no hacía más que hacerle la vida imposible a cada persona que se acercaba a nosotros. La última persona que estuvo cerca de nosotros fue una joven sirvienta que suplico por un trabajo, ya que no tenía dinero para mantener a su familia. Desde luego mis padres no aceptarían la llegada de una persona pobre, y sin pensarlo corrieron a la pobre mujer insultándola. Sabía que debía hacer algo, no me cabía en la cabeza el tipo de persona que podían llegar a ser mis padres, así que me enfrente a mis padres para que le dieran una oportunidad. Sabía que mis padres me odiaban con todo su ser, pues para ellos este tipo de conductas eran inapropiadas ya que no soportaban el hecho de que su hijo no era el tipo que se sentía superior a los demás. Al no tener otra opción, aceptaron a la joven para que trabajará de sirvienta, en una mansión de casi treinta y seis cuartos, con 2 piscinas una en el patio trasero y una dentro de la casa.

-¡ Hola!- Pregunte amablemente.

-H-Hola-Respondió temerosa, pues pensaba que la trataría como si fuera mi esclava.

-¿De dónde vienes? –

-Pues soy de un pequeño pueblo que está a las afueras de la ciudad—Respondió con una voz nerviosa.

-Vaya, ¿Entonces pasaste por toda la ciudad en busca de un trabajo para mantener a tu familia?-

-S-Si, la verdad ya me estaba resignando pues nadie quiere a una pobre como yo- Me dijo entristecida.

-No digas eso, mejor te guiare por la casa, así te será más fácil trabajar y adaptarte.

-M-Muchas gracias- Respondió con una sonrisa.

Sabía que había sido la mejor decisión el haber hecho que mis padres la hayan aceptado como su sirvienta. Sin más, la guíe por toda la casa mostrándole cada pasillo, cada habitación, y cada reliquia que mi familia guardaba de generaciones pasadas. Me sentía muy bien al enseñarle la casa, y supuse que también lo estaba. Sin pensarlo le comenté que yo había hecho que mis padres aceptarán su petición. En cuanto termine de decirlo se detuvo, y agachó la cabeza, creí que había hecho algo mal, y para evitar eso le pregunté cuál era el problema. Podía ver en su rostro lágrimas que salían y caían al suelo. Me sentía mal, sentía que había hecho algo que la hubiera molestado, pero grande fue mi sorpresa al escuchar un pequeño susurro.

-G-Gracias- Me dijo en un tono bajo, pero sincero.

No sabía que decir, me quedé perplejo al ver su hermosa figura, no podía moverme ni mucho menos hablar. La mirada que tenía estaba contemplando a aquella bella chica cuyas intenciones eran de las más sinceras. Pasados unos días, note que se sentía segura de sí misma, y hacía un excelente trabajo, pero mientras sucedía esto escuchaba a mis padres discutir sobre lo que había hecho. No soportaban el hecho de que me empezará a atraer aquella joven, y por más que trataba de contenerme, no lo logre. Lo que desencadenó una serie de discusiones entre padres e hijo. La joven se encontraba limpiando la cocina, estaba de lo más tranquila hasta que llegó mi madre y como si fuera dueña de ella, le ordeno que si no hacía bien su trabajo, la echarían.

-Escucha atentamente, el trabajo que estas haciendo es de lo más decepcionante que he visto-

-D-Disculpe usted señora, me aseguraré de cumplir sus deseos tal y como me lo pide-

-Cuida tu lenguaje chiquilla, si no quieres terminar como la gente que vive en lo que ustedes llaman hogar-

Maldita sea, que debía hacer, no puedo dejar que esto siga así, ella no hace nada malo, son mis padres quienes le hacen la vida imposible, pero si intento algo serían capaces de enviarme a la escuela militar. El amor que surgió hacia aquella chica era una sensación de bienestar en mi vida. Entre al cuarto de servicio en el que se encontraba, se alistaba para dormir.

-Hola, disculpa la hora, pero podemos hablar-Le pregunte mientras se cepilla a él pelo.

-Si, claro adelante-

-Escucha, se que mis padres son muy pesados, y que pueden llegar a lastimarte, pero quiero que sepas que mientras este yo, me aseguraré de que no vuelva a pasar-

-Te agradezco lo que haces, se que te has peleado con tus padres por mi culpa, pero quiero que sepas que no es necesario, ya me acostumbre a ser tratada así-

Me sentí triste al saber que ya había pasado por esto antes, y sin dudarlo la abrace fuertemente mientras ella se levantaba de la cama. No podía sentir nada más que amor, un amor sincero, un amor que prometía ser eterno. Ella se dejó llevar y también me abrazo. No podía evitar pensar que me había enamorado fuertemente de esta bella mujer. En ese momento se me escapó decir un “Me gustas”. Me deje llevar tanto que lo solté sin mayor razón. En ese momento me sentí avergonzado, no sabía que decir o hacer. Hasta que respondió lo mismo, ella confesó sus sentimientos hacia mí, me sentí tan feliz que quería llorar de la emoción. Sin embargo esa felicidad duraría poco, mis padres sabían que estaba en el cuarto se servicio, y enojados entraron y nos vieron juntos. Llenos de ira, la obligaron a empacar sus cosas, y sin más, a media noche, la expulsaron de casa. Una parte de mi se sentía vacía, pues ya no vería más a esa chica, y otra parte de mi quería provocar una discusión entre ellos y yo. Sin saber nada de ella durante semanas, decidí lo que cambiaría un ciclo en mi historia. Empaque las cosas más necesarias que tenía, y algo de dinero que le robe a mi padre. Necesitaba encontrarla, necesitaba estar con ella, no podía dejar de pensar en ella, me sentía vacío y solo. Engañe a mis padres diciendo que me iba de paseo a una isla paradisíaca durante 4 semanas, cuando emprendí mi viaje no sabía a dónde ir, o donde empezar a buscar. Nada me detendrá, nada saldrá mal, mi búsqueda por encontrar al amor de mi vida había empezado, no me rendiré, seguiré hasta que no pueda mas, pero, como puedo hacerlo, como puedo encontrarla, como puedo saber si ella está en la ciudad o en algún otro lugar. Empezaré por cualquier lugar conocido, pasaré por cada uno de ellos, por que mi corazón necesita de ella, mi corazón seguirá……

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