Adira -Capítulo 11-

ADIRA

                                   TRES SIGLOS ATRÁS

Me senté en una de las mesas del bar, las luces eran tenues y había muchas personas observando a aquella hermosa dama cantar.

Ella me observaba a mí y yo no podía dejar de mirarla.

Janelle era francesa, la conocí en Oregon en donde había sido contratada para cantar.

Su sonrisa aceleraba mi corazón.

A partir de ese momento, pase los siguientes dos años conociendo todo sobre ella.

Mi apetito por ella era insaciable.

Quería ser una mejor para ella, quería ser una mejor persona.

Ella era mi luz, mi fuego, mi todo.

Mi hermano regresó poco después de que conocí a Janelle y por primera vez en mucho tiempo, mi familia se sentía completa nuevamente.

Cuando llegó el momento de convertir a Janelle, mi hermano me rogó que no lo hiciera.

Sabía que estaba preocupado por mí, pero también me di cuenta de que él no entendía que Janelle y yo queríamos estar juntas para siempre.

Yo estaba absolutamente segura de que convertirla, sería muestra de mi gran compromiso con ella. Janelle me lo había pedido y yo estaba feliz de hacerlo.

Mi hermano Kyle se molestó mucho al ver que yo no cambiaría de opinión, el tenía sus demonios al igual que yo, aunque los míos desaparecían con la presencia de Janelle.

Creí que Kyle entendería algún día, pero quizás fui muy ingenua al creerlo. Janelle era la razón por la que yo vivía feliz en este mundo de inmortales.

Mi corazón se detuvo cuando volví a mirar a Bea.

“Tengo que matarla”

No sabía como me obligaría a mi misma a hacerlo, pero no tenía opción.

Intenté prolongar el momento jugando con ella un poco, pero eso no me trajo ninguna satisfacción.

“Que me sucede?”

Usualmente disfrutaba mucho este tipo de ataques, en los cuales mortales e inmortales eran aniquilados por romper las reglas.

Pero esta vez era diferente.

-“Por favor” Escuché a Bea decir. Odié escucharla suplicar, no por la sumisión, sino porque me di cuenta de lo mucho que la estaba lastimando.

“No quiero que sufra y definitivamente no quiero ser la causa de ese sufrimiento”

Bea controlaba la situación más de lo que podía imaginar.

Mi atracción hacia ella era indiscutible, más no debía permitir que eso me hiciera dudar. Quizás por eso había atrasado tantos días ese momento, buscando más evidencia de la que necesitaba.

Quizás por eso baile con alguien más en el bar, para comprobar que ella podía ser reemplazada así como cualquier otra.

Ahora finalmente tenía que darle fin a todo.

“Ya he jugado demasiado, ahora es tiempo de actuar”

Así que, por qué no podía hacerlo!? El hecho de que Bea llamara a su amigo fue muy conveniente para mí, ahora ya no tenía que ir a buscarlo después. Podía matarlos a ambos ahí mismo y seguir con otros asuntos.

Tomé a Bea de los brazos y la acerqué a mí, giré mi cabeza y acerqué mis colmillos a su cuello.

Podía sentir como su miedo se intensificaba. Ella me había pedido que tomara su vida en vez de la de su amigo así que mantuve mis colmillos en su cuello unos segundos y ella no se movió.

“De verdad está dispuesta a dar su vida para salvar a su amigo?”

Era demasiado peligroso que un humano supiera sobre el mundo de los inmortales, pero los ojos de Bea me recordaron tanto a Janelle que por primera vez en mucho tiempo, quería mostrar piedad.

“Cuando Janelle era humana, yo la recibí en nuestro mundo…”

Debía tomar una decisión y debía tomarla ya