Siempre has sido tú

Siempre lo observó, siempre notó su sonrisa traviesa, su mirada profunda.

Laura, siempre recuerda aquél primer encuentro de miradas. Y la voz de Leonel pidiéndole el favor de tomarle una foto con su amiga. Ese día se dejó hechizar por un par de ojos, por unos labios curvilíneos y todo el encanto que el guapo chico emanaba.

Suele suceder que, el poder de una mirada nos atrapa, nos seduce y hechiza hasta más no poder. Ese día, Laura, descubrió el poder de la misma. Leonel, por su parte, no se dió cuenta del nerviosismo de la chica. Ni siquiera supo que Laura siempre gustó de él. Aunque para ser sinceros ella nunca le dió a entender sobre ello. Y así pasaron los años, años donde coincidían en cada lugar al que iban, conversaciones que no pasaban de un «hola cómo éstas» y esa atracción oculta que nunca saldría a la luz.