SINOPSIS
Una serie de asesinatos se están suscitando en diversas ciudades de Honduras, evocando horrendos métodos de sacrificio ancestrales, que se remontan a las atrocidades cometidas durante la mal llamada conquista; la oscura secta mantiene en vilo a la población.
A la caza de sus miembros, se encuentra un experimentado detective, quien les sigue la pista descifrando un antiguo ritual, y con la ayuda de un célebre escritor y profesor de historia, descubren que los cofrades con ideales libertarios, quieren revelar un antiguo testamento de sus antepasados mayas que los convertiría en millonarios, gracias a la venta del milenario tesoro, y de paso, dejar muy mal parada a la Iglesia, que desde la época de la ocupación de Centroamérica ha ocultado su contenido, algo que, obviamente, no está dispuesta a permitir que suceda.
Un equipo de Investigación Criminal, una secta de la Deep Web y un fray de la Orden de los Predicadores, convergen tras un antiguo legado forjado en el mismísimo inframundo maya… Pero el tiempo se agota.
PRÓLOGO
Los vestigios ancestrales, que a lo largo de todo el territorio centroamericano han maravillado al mundo entero desde tiempos antiguos y, de los que, atraídos por la hermosura y riqueza de una avanzada cultura, los conquistadores se encargaron de arrasar con cuanta saña dejaron a su paso. Convirtiendo su, mal llamado, descubrimiento del Nuevo Mundo en uno de los mayores genocidios de la Edad Moderna.
Códices sagrados como el de Madrid, París y Dresde, hoy expuestos en los más refinados museos y que por derecho debería pertenecer a los países mesoamericanos, de donde se extrajeron y que con el tiempo se han ido convirtiendo en mudos testigos de la verdad oculta que dichos documentos contienen en sus fascinantes glifo y símbolos.
Papiros sagrados cono el Popol Vuh, por ejemplo, traducido e interpretado a conveniencia durante el periodo de conquista, contiene en sus adentros una vasta riqueza histórica de los antepasados mayas perduran hasta nuestros días, sobre todo el aspecto religioso y ceremonial que, luego, se fue mezclando con las tradiciones impuestas y que en la actualidad son consideradas como herejías y en algunos casos incluso paganismo. El Uayeb, por ejemplo, que es celebrado al final de cada año solar maya (Haab’) aproximadamente entre los meses de marzo y abril, y que representa la finalización de un ciclo solar y el inicio de otro (confundiéndose hasta el grado de haberlo considerado en algunas ocasiones como fin del mundo).
Así mismo, la veneración del símbolo de la cruz mucho antes de la llegada de los españoles a tierras americanas representa un emblema no solo religioso, sino que también filosófico y de cotidianidad del hombre respecto a la vida, la muerte, la naturaleza, el respeto al prójimo, entre otros significados, sin embargo, aprovechado por los conquistadores para amalgamar sobre este el proceso de adopción de la nueva fe.
Según los peritajes de muchos historiadores; con toda la riqueza saqueada de Centroamérica y parte de México, se atesoraron muchos de los nobles que hasta la actualidad perduran en dinastías muy poderosas; sin considerar la imposición de las edificaciones coloniales que, con base de mano de obra nativa y esclavizada, reemplazaron a las excelsas estelas, escalinatas, templos y fortalezas de los aborígenes, hoy convertidas en ruinas de gran valor histórico.
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