
Un rayo sinuoso ha cortado la noche,
la ha herido.
Se va desangrando lo oscuro,
de todas sus venas,
derrama lo negro, se encharca lo umbrío.
Palidez de silencios, que esperan el instante prohibido.
Montones de incautos aplastan sus gotas sin luces, que esperan.
Densas turbiedades se juntan.
Es agua que aguarda, también derramarse y hundirse en la tierra,
Llenarse de peces,
malezas de algas de seda.
Y en lo más profundo … flotando en su lodo
se van enterrando, las cosas que ha visto
en sueños ajenos:
sonar de sirenas, mentiras prescritas,
los niños perdidos,
las lágrimas de otros que no conocía,
e historias funestas,
cubiertas de huesos,
rodeados de piedras.
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