El Vendedor de Dulces

EL VENDEDOR DE DULCES

La siguiente historia trata sobre uno de esos de los cuales fuimos advertidos, esos monstruos disfrazados de humanos que van por ahí ofreciéndoles dulces a los niños y, desgraciadamente, el mundo está plagado de ellos.

El Vendedor de Dulces es un hombre de apariencia normal pero con una mente muy corrompida que siempre está merodeando por los parques, observando a los niños. Primero busca alguno alejado del resto y se acerca amablemente, escondiendo su verdadero ser detrás de su máscara llamada actuación. Le ofrece un dulce y sin que se dé cuenta le saca información preguntando sobre su familia, si suele estar solo habitualmente, etc.

Si las respuestas encajan con la presa perfecta pasa a la segunda fase, crear una amistad. Pasan los días y el crío empieza a confiar en él, cayendo en su trampa de mentiras. Así como lo atrajo lo llevara a su casa, prometiéndole que allí tiene una habitación repleta de dulces, el pequeño y su inocencia aceptan ir. Cae la noche y es hora de empezar la función, el vendedor lo pasa a recoger en el sitio acordado, hacen varios kilómetros y por fin llegan al nuevo hogar del niño.

Este explora el lugar ansioso por encontrar esa famosa habitación que tanto desea, lo que él ignora es que hay alguien cercano con mucho más deseo en su ser. El hombre se acerca, le da un beso y luego le regala lo más hermoso en el mundo de los dulces, unas pastillas con forma de ositos. Ninguno de los dos pueden estar más felices, el niño con sus pastillas y el vendedor con su pequeño trofeo. Llega el momento de dormir, se acuestan los dos juntos sobre el colchón tirado al lado de una ventana por donde entra mucho frío, se acurrucan cuerpo a cuerpo. De la nada el trofeo se empieza a sentir mal, se balancea de aquí para allá tratando de calmar el dolor sin ningún resultado. Pasan las horas y el niño no se mueve más ya que logra conciliar el sueño, un sueño del que nunca despertará. 

El hombre despierta, ve a su presa ya sin vida. Sonríe.

La pregunta es… ¿Qué hará con el cuerpo del niño muerto?

Pues es un vendedor de dulces, de algo los tiene que hacer.

Cirita.