La cauce de mi risa, no es por mensajes despistados de palominas
que están en pleno vuelo en el espacio sideral, no es por margaritas
coloridas en la hoja verde de mi jardín. ¿Hasta cuándo, joder, entenderás
que eres tú la cauce de mi risa, el deseo fortuito de estar a tu lado, los sueños
anhelados de la media noche, la frescura de mi piel y la debilidad de mis
egos?…
¡Hasta cuándo lo entenderás!… ¿Acaso he de esperar otros años u otra vida
para estar a tu lado vida mía?.. Mira el glamour de la ley gravitacional entre
tu cuerpo y el mío; tan cortos, que nuestros codos se logran a topar mutuamente,
tú te vas y yo me acerco; yo me voy y tú te acercas… ¡curioso no lo crees!
No quiero que seas mi poesía del pasado… Quiero humildemente la poesía viva;
del presente y del devenir de tu esencia de niña traviesa… de niña risueña… En cada
verso te encuentro; inconscientemente te develo en frases, en analogías, en metáforas…
que derivan de mí esencia poética.
No quiero añoranzas, no quiero sueños sufridos; por ello, me inclino ante Dios Padre
y ante Dios Hijo; el verdadero amor deriva de ellos… Me comprenden, me consuelan,
me toman de la mano y humildemente me declaran:
-¡Sigue… sigue amando… por que tu amor no se encuentra en cada esquina o en cada
billetera… El amor sincero transciende barreras y construye puentes!
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