Las cortinas de mi casa se mueven con el viento de una promesa, en el patio de mi casa escasea la infancia, quiero saber si en algún lugar  hago falta, es que ha estas horas a uno lo envuelve la nostalgia cuando la tarde se derrama sobre las ventanas cerradas, a que horas vendrá Juan para que finalice este poema con esta  tarde llena de promesas que con  un juego de domino se me acaba la tristeza.   

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