Desde que llegó, la persiana ya no abre igual.
Desde que llegó, se ha ido muriendo mi ambigüedad.
Desde que llegó, el café tiene cierta singularidad.
Desde que llegó, todo parece tener un lugar.
Descalza anda por la sala, nuestro cuarto y la cocina,
de cerca le sigue una gatita, nuestra nueva inquilina.
Las mañanas le llaman musa cristalina,
llena de aromas, sabores, sudores y risas.
Desde que llegó, con inciensos, velas y flores,
en cada rincón, hacemos una revolución de pasiones,
Desde que llegó, de mi guitarra renacieron canciones,
se las canto sin pena, pudores o rencores.
Desde que llegó, no pierdo oportunidad de tocarle la piel.
Desde que llegó, su luz nos va marcando los pies.
Desde que llegó, saludo de mano a la casualidad.
Desde que llegó, se desvistió y marchitó la soledad.
Con sus labios gruesos, ojos de muñeca, cadera firme y piel tersa.
Con sus muslos tintados, a la mierda el banco y los estados.
Estrellas y cometas en su mente, nada puede ser tan diferente,
el sur es el norte si miro sus ojos de frente.
Desde que llegó, el anciano del tiempo enloqueció,
es primavera y el árbol de navidad permaneció.
Desde que llegó, el cosmos de mi memoria colapsó,
su voz es la persistente estación, canción y nuestra nación.
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