¿Que si quiero volar?,
sí, pero que tú me veas, amiga mía,
que muevas tus manos, que se conviertan también en alas frescas,
que el viento inunde tu cabellera,
que roce el arpa de tus cabellos,
y que yo escuche la melodía
que sea pronto,
y que te eleves conmigo, y que yo te vea.
Que la V sea el mascarón que temen,
las tempestades sin nombres, las lejanas, las venideras.
¡Volemos a algún lugar tranquilo, donde no hayan palabras tristes!,
ni penas, ni remordimientos mal hechos,
donde se quede lejos el último dolor.
Solamente tú y el vuelo siempre,
siempre muy cerca,
que sea la única canción
y que yo la escuche y que te vea.
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