La población del cerro (onírico)

La población del cerro (onírico)

Cristian Brb

07/02/2018

La población del cerro (onírico)

Me llevaron a un lugar sobre los cerros. Ya no iba solo, mire a mi alrededor y logre ver que esta vez éramos un grupo. El silencio se ocupaba del momento, nuestros pasos inconscientes comenzaron desde un principio a guiar nuestros cuerpos. El aire es gris y los cerros descansan, lisas son sus superficies. Avanzamos por un camino de cemento en dirección a la superficie de alguna colina. Mientras tanto en mi consciencia hay calma. Llegamos.

Vi casas, casas grandes, recuerdo sus ventanas y sus cercos. Están situadas en hileras. El aire sigue siendo gris y los cerros aun descansan. Al mirar me doy cuenta que fuimos llevados hasta un asentamiento, la población del cerro. Son casas que llevan mucho tiempo. En mi interior concluyo que fueron quienes alcanzaron a llegar a este punto y en una actitud conforme comenzaron a poblar el lugar. Es muy grato, podría quedarme. Comprendo en mi conciencia que solo estoy de paso.

Nos acercamos junto a otros compañeros de viaje hacia una casa. Tiene dos pisos, un cerco metálico grande que mantiene encerrado en sus metros a un perro de color negro. Veo su cola moviéndose, escucho sus ladridos.

Comprendo que fuimos llevados por ellos, somos quienes hemos escuchado a esos seres que nos han guiado. Ahora cada uno debe recibir lo que nos sea necesario. Fui conducido más tarde donde uno de mis guías para recibir su mensaje. Ten estos guantes, tienen los dedos libres y son de color negro. En ellos veo dibujarse sobre cada dedo pirámides, o tal vez rombos. Comprendí que me darían fuerza. Observé que cada dedo pendía de un hilo fino de luz que conectaba hacia arriba para ejercer su movimiento. Logre también darme cuenta que mi oscuridad estaba condensada en ellos, mi pasado, mis errores. Mi guía entonces me los entregó y me ayudo a ponerlos.

De los otros viajeros perdí noción. Cada cual debe haber ido a recibir lo que sus guías debían entregarles o decirles, tal vez solo avanzaron. Anteriormente habíamos sido guiados también por otro camino, un camino que nos conducía hacia una vegetación frondosa que se encontraba entre unos cerros. Ahora veo que fue parte del mismo camino, resulta que en estos viajes el tiempo pierde su linealidad. Hubo quien dudó emprender el viaje pero logramos cambiar su parecer y se unió a nosotros, somos todos compañeros. Hemos sido elegidos puesto que, cuando pudimos, quisimos verlos.

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