BIOGRAFÍA

FRAN NORE

ÍNDICE

● Recuento esencial

Estudios

Talleres

Exposiciones privadas, individuales y colectivas

● Consideraciones pictóricas sobre el universo de Fran Nore

Noticias

● El Artista Taumatri

● Los Hongos

● Carta de Oscar Mario Estrada Vásquez a Fran Nore tras la concesión del Premio Internacional Ana María Agüero Melnyczuk A La Investigación Periodística -2013-

● Poesías, crónicas, cuentos y relatos (Premiados, finalistas, entre otros)

● Vejez

● Olvido

● Canto del sueño trunco

● La Madrugada de los Asesinos (Masacre en el Salado)

● Trabajo Digno

● Devorada por la Bestia

● La Peste del Tiempo

● Los manuscritos perdidos (Anécdotas y reminiscencias)

● Casas viejas

● El parque de las Tres Aguas en Caldas, un elefante blanco

● De la máquina Remington al whastapp

● Lápida libertad por El Chapecoense

RECUENTO ESENCIAL

ESTUDIOS

1982 primaria básica Joaquín Aristizábal. Caldas-Antioquia.

1989 técnico Escenotécnicas para cine y televisión. ETA. Escuela de Televisión de Antioquia.

1990. Dibujo Artístico. Escuela Educativa de Antioquia.

1991 bachiller académico Colegio interamericano. Bogotá.

2000 técnico en Manejo de Aplicaciones. Micro SystemasTecno LTDA. Medellín.

2002 técnico en Diseño Gráfico. Cedecomputo. Medellín.

2009 tarjeta Profesional del arte. Área: artes plásticas y visuales. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá.

TALLERES:

1990 vitral brasileño y manejo de alambique con Gustavo y Rita Cáelo–Manizales-

1991 grabado, talla en madera y fotografía con Mauricio Tamayo. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

1992 impresión fotográfica con el fotógrafo Héctor Correa. Bogotá.

1997 fotograbado con Nebardo Correa. Medellín.

1998. vitral y pintura con Nelson García. Caldas-Antioquia.

2000 marquetería en la Plazuela del Artista Poblado con Ramiro Chaberra.

EXPOSICIONES PRIVADAS, INDIVIDUALES Y COLECTIVAS:

1990 “Decoraciones”. Galería Vinacure. Caldas-Antioquia.

1991 “Dibujos” Casa Museo Gustavo Ibarra Merlano. Bogotá.

1992 “Fotos y dibujos mixtos”. Galería El Búho. Bogotá.

1993 “Semblanzas”. Café del Poeta. Medellín.

1998 “Propuestas”. Galería Cornisas. Caldas-Antioquia.

2002 “Paisajes” con Ramiro Chaberra. Galería Taller del Artista. El Poblado.

2004 “Performances y collages” Galería bar Mazo. Caldas-Antioquia.

2004 “Dibujos a lápiz”. Galería y marquetería Nelson García. Envigado-Antioquia.

2005 “Difuminados” con César “yeyo” García. Casa Taumatri. Caldas-Antioquia.

2006 “Collages”. Galería bar Cocodrilo. Caldas-Antioquia.

2007 “Encuentros y desencuentros”. Galería Entre Bastidores. Itagüí-Antioquia.

2008 “Decoraciones”. Video Bar Punto de Encuentro. Medellín.

2009 “El mundo al revés”. Galería Casa Bar. Caldas-Antioquia.

2009 “Mixturas” Restaurante y Fonda Mi Casita. Caldas-Antioquia.

2009 “Alu-cine, lo que queda del 2009” Teatro Polichinela. Caldas-Antioquia.

2010 exposición Individual “Retrospectiva 1985-2010” Casa de la Cultura de Caldas. Antioquia.

2010 “Decoraciones” Bar Malabar. Caldas-Antioquia.

2010 VII Salón municipal de artes plásticas colectivas artistas caldeños Palacio Municipal Jorge Eliécer Gaitán – Alcaldía de Caldas.

2011 “Intervenciones” Casa Taumatri. Caldas-Antioquia.

2011 “El Jardín de Fran Nore” (dibujos, bordados, collages, fotografías y otras variedades). Exposición virtual en la red social FACEBOOK.

2012 “Fran Nore Desconectado” Malevaje cantina-bar. Caldas-Antioquia

2012 “siluetas” Finca Casarte (Casa Roja). Caldas-Antioquia.

2012 “Desnudos” Oleos y acuarelas, Casa Taumatri. Caldas-Antioquia

2012 “Impresiones dactilares”, Barbacoas Bar 4.40. Caldas Antioquia.

2012 “Pájaros y Flores”, colectiva. Sala de Exposiciones “Ana Guerrero De Hoyos ·Escuela Taller Casa De La Cultura De Caldas. Antioquia.

2012 “Imaginería”, Pizzería Bahareque. Caldas. Antioquia.

2012 IX Salón Municipal de artes plásticas. Palacio Municipal “Jorge Eliécer Gaitán”. Caldas. Antioquia.

2013 “Puro tango”, colectiva. Sala de Exposiciones “Ana Guerrero De Hoyos ·Escuela Taller Casa De La Cultura De Caldas. Antioquia.

2013 “Arte en la carrilera”. Bar La Poceta. Caldas. Antioquia.

2014 XI Salón Municipal de artes plásticas. Palacio Municipal “Jorge Eliécer Gaitán”. Caldas. Antioquia.

2015 exposición fotográfica “Surcos” Casa Taumatri Caldas. Antioquia.

2016 exposición de pintura “Afuera es mejor” Galería Otro Cuento Medellín. Colombia.

2016 exposición de pintura “Trasfondos del delirio” Café galería La Taza Rota Caldas. Antioquia.

2016 muestra Colectiva I salón Municipal de Artes “Francisco Morales” Sala sede Bancolombia Caldas. Antioquia.

Exposición virtual de ilustración Imartgine España 2017

Premio Mundial de ilustración Imartgine 2017

2017 muestra colectiva II Salón Municipal de Artes «Francisco Morales» Sala Ana Guerrero de Hoyos Casa de la Cultura de Caldas.

2018 muestra colectiva Edificio Olivares Envigado.

2019 exposición de dibujos galería Jaboatao Parque Dona Linda Recife Brasil

2020 muestra colectiva III Salón Municipal de Artes Sala Ana Guerrero de Hoyos Casa de la Cultura de Caldas.

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FRANCISCO JAVIER ANGEL NOREÑA-FRAN NORE Caldas – Antioquia. Colombia. 29 de diciembre de 1969. Escritor y poeta, actor y diseñador grafico, escenógrafo y director artístico, cantante y pintor. En 1984 formó parte del grupo de teatro “Ciro Mendía” y posteriormente en el colectivo “Horas”. En 1989 Técnico Escenotécnicas para Cine y Televisión en la ETA (Escuela de Televisión de Antioquia); y fue finalista en el concurso de poesía ASDOAS. En 1990 perteneció al taller de escritores de La Biblioteca Pública Piloto dirigido por Manuel Mejía Vallejo. En 1991 publicó “Génesis en los Montes” (1989) y “Memorial del Sur” (1991). Ese mismo año perteneció al taller de escritores de La Gobernación de Antioquia dirigido por el escritor Omar Castillo. En 1994 obtuvo el segundo lugar en el II Concurso Departamental de Cuento Caldas. En 2003 obtuvo el II lugar en el Concurso Nacional de Poesía Ciro Mendía con su obra “Memorial del Norte, Memorial del Sur”. Creó las editoriales: “As de Bastos” y “Metrópoli” donde publicó sus obras: Amapolas Acústicas, Telarañas de Ciudad Errante, Fran Nore de selección, Los Espejismos Míticos, Fuga Frontal, Regresiones A Bordo, Profanaciones, América en ruinas, Amor y Condena, La Guerra Nacional, Teatro de cámara para piezas dramáticas inconclusas, Obertura insistente, entre otros poemarios, cancioneros, novelas cortas y obras de teatro. Como cantante, arreglista y compositor, participó en los grupos de rock: “Complot”, “Órbita”, “Klítoris”, “Vitalmanía”, y “Los Hongos”, con este último grupo grabó los trabajos discográficos: “Sintonía Muscaria Rock” (2005), la película musical “Ebullición Elemental” (2005) “Marchando a la guerra” (2007), en 2009 la antología “Antropofagia hits”, en 2012-2013: “Sustancias Raras”. Como solista: Réquiem por una mariposa desencadenada (2007 performance musical), “Mi Historia es tu Vida” (2012), Opio (2013), Plegarias Muertas (2014), Instinto Animal (2014). Perteneció a los grupos de rock “LA CIA” Y “Bitácora”. Actuó en los documentales de Oscar Mario Estrada: “La Familia Vieco”, “El Cruce”, “Antioquia para verte mejor”, “El ingenio de don Efe”, entre otras incursiones al teatro (El Desalojo, La Difunta Boda, Nacimiento y Extinción), la plástica, la televisión y el video. El 4 de agosto de 2010, en la entrega de los XX premios CIPA, Circulo de Periodistas de Antioquia, A La Excelencia Periodística, le fue concedida mención de honor en la categoría “periodista-escritor”, por sus aportes al arte, a la literatura y a la cultura. En 2011 publicó los libros: “Periferias” y “Camino al éxito”. Es miembro honorífico de La Sociedad Utópica de Antioquia. Mención de honor en la categoría crónica con el relato: “La Madrugada de los Asesinos (Masacre en el Salado)” en el I concurso nacional de literatura Fahrenheit 451-Festival de Literatura de Bogotá. Finalista en el concurso de relatos “S.O.S” La Cesta de las Palabras. Finalista en el I concurso de Microrrelatos “Pluma, Tinta y Papel” 2012. Finalista en el I concurso Internacional de cuento breve “Cada loco con su tema” Benma grupo editorial. México. 2013. «Premio Internacional Ana María Agüero Melnyczuk A La Investigación Periodística -2013- por sus obras «Masacre en el Salado» Y «Trabajo Digno”. Ese mismo año Jurado en el XVII Premio Nacional de Poesía por Concurso “Ciro Mendía”. Segundo puesto en el certamen anual de literatura internacional L.A.I.A EL MOLINO 2014. En 2015 Premio internacional de fotografía Poetry. En 2016 Mención de honor en el I concurso historias del trabajo, Club de escritura Fuentetaja. Y finalista en el Concurso internacional de Microrrelatos de viaje Moleskin, 2016. Sus obras han aparecido en diversas antologías literarias de todo el mundo, libros de poesía, narrativa y ciencia ficción. Sus recientes trabajos musicales del 2015 “Desintegrador de ojos”; y del 2016 “Símbolos”. Premio Mundial de ilustración Imartgine 2017. Publicó además gran cantidad de su obra pictórica, visual y fotográfica en su canal de www.youtube.com https://www.youtube.com/channel/UCHHAmd6bkkYvavSV-pMQHuA/videos?flow=grid&view=0 2017 Fronterizo 2018 Síntoma Oracular 2019 Amor se paga (o se pega) 2020 Rockastar. 2020. Editor y colaborador de la revista literaria TRINANDO 2018-2020. invitado especial foro virtual “Poetas y Narradores de América” Mendoza-Argentina. 2020.

Finalista VIII Premio Hispania de novela histórica 2021.

CONSIDERACIONES PICTÓRICAS SOBRE EL UNIVERSO DE FRAN NORE

EXPOSICIÓN: “RETROSPECTIVA 1985-2010

CASA DE LA CULTURA DE CALDAS-ANTIOQUIA

(Boletín Cultural)

Con una serie de fotografías y de estampas crudas, de paisajes e instalaciones, de pinturas inspiradas en el grafitismo alemán, de telones dibujados con libertad en la pincelada, el artista recrea los sonidos de la naturaleza celeste y de los naufragios humanos y cósmicos, el “cuneiformismo” prehispánico implementado a una visión latina de lo cotidiano irreal, imágenes extraviadas preparadas para fundirse acaso en las instalaciones de Marcel Duchamp, cercanas al cubismo y al surrealismo, a las cosmogonías escandinavas, totalidad de sus conceptos y de sus efectos, porque las mismas obras de Fran Nore recaen en una simpleza sutil de los elementos en cuestión: lápices, maquillaje, témperas, óleos y vinilos, crayones y tintas chinas, etc.; para convocar desde lo térreo lo minimalista y lo humano, lo surreal del sueño de los hombres. Podría tratarse de arte figurativo, como opinan algunos expertos, sus más allegados, familiares y amigos, y por supuesto del público en general; o de arte abstracto como resaltan otros críticos de su obra dispersa, pero sabemos con cierto disimulo que los personajes que habitan sus fondos alterados están enraizados dentro de su compleja actividad de insomne que nos embelesa a todos con unas creaciones desgarradas y maravillosas. Cuando le ofrecen una retrospectiva de su obra pictórica, el primer invitado es el pueblo. En el arte de Fran Nore todavía no está escrita la última palabra, la creación plástica fluctúa y converge con las manifestaciones artísticas de todas las épocas, renovando y renovándose, desde lo simple hasta lo más complejo, desde lo nimio hasta lo más sublime y significativo. Pero desarrollar innovaciones a veces resulta peligroso, porque puede desembocar a dos vertientes: proponer una ecuación nueva en el arte pictórico o empujar al olvido. Son riesgos a los que se someten los artistas actuales. Sin embargo, la osadía de la innovación pictórica actual en la visión de Fran Nore no reside en sus obras, si no en que los individuos para él son nictálopes en una tierra castigada por la brutalidad del Capitalismo, del Narcotráfico y de la violencia. Para enfrentar la realidad con el arte como extracción segura se sume en un laberinto que une la imaginación y el mundo de los objetos y de las circunstancias reales. “Como es un juego de espejos no concluye jamás. Lo que abordan mis telas, telones, lonas, bocetos… -dice el artista acomodándose las diminutas gafas de marco dorado-. “…acaso sea una danza o un aquelarre de cosas y personajes disímiles, teatrales y poéticos, que alternan lo infantil, lo adolescente, lo maduro y lo inmaduro, las violencias y las sutilezas de los colores, lo desembocado de las ideas, emitidas por una máscara y una voz buscando su propia identidad. Y a la par, son obras autobiográficas, como las de todos los artistas comprometidos con los principios del diseño, que llevan sobre sí mismos un diario de campo en la iniciación y apocalipsis de sus creaciones. De igual forma, cronológica y serial, donde se intenta dar explicación a un modelo de estructuras mentales que acompañan en definitiva toda consecución de una obra de arte”. Concluye.

Las imágenes de Fran Nore abordan los imbricados túneles de los sentimientos, tratando de decir que hay una justificación de lo cotidiano en todo el sentido de la palabra. Sus inspiraciones son al mismo tiempo sus influencias, el Pop Art con Liechtenstein y el Explored Plastic Unlimited de Andy Warhol, Egon Schiele y los Secesionistas: “a cada época su arte y a cada arte su libertad”, lo onírico del sueño en Sigmund Freud y Karl Gustav Jung, secuencias del arte aborigen australiano con Ina Kngnarreygr, Rosella Namok, Richard Bell, con la música de fondo de Karla Stonsseker, entre otros exponentes, y el grafitismo alemán del siglo pasado. Sus obras, casi drogadas, aportan a la libertad de expresión de lo cotidiano y a la misma vez se ubican en un contexto de sonoridad creativa muy arraigada también en lo local y en la raíz de la tradición popular. Las instalaciones de Marcel Duchamp, las paletas de Gustav Klimt y el primitivismo japonés. Todo reunido en una colección creativa, que incluso tiene mucho del Dadaísmo, del Cubismo, del Surrealismo.

Dice Fran Nore, profundo de orgullo: “La intencionalidad de mi trabajo, es terminarlo y ajustarlo a las medidas requeridas de las convocatorias, seleccionarlo y reseñarlo con su respectiva ficha técnica y año de creación. Aquí anexo algunos bocetos, pero ya algunas de estas obras están en su totalidad concluidas y listas para estar expuestas, otras de lo contrario necesitan ser reelaboradas. Esta no es la totalidad de la retrospectiva, a lo que me refiero es que hay otras obras en elaboración permanente o extraviadas ya de mi mente. La intencionalidad también es personal, ganar es una prioridad para mí como artista, representa tratar de consolidar un poco más el reconocimiento a mi labor como artista plástico, entre otras disciplinas que he cultivado e intentado perfeccionar a través de los años, una unidad que con el tiempo se vuelve más compleja y más íntegra, elaborando los efectos dramáticos y explicativos de cada pieza que abordo con mi delirio, con mi locura artística que me empuja un poco más hacia la dimensionalidad, hacia el dibujo, hacia la plástica y la pintura”.

Links relacionados:

https://www.facebook.com/fran.nore/media_set?set=a.2053788266806.2123270.1307547153&type=3

EL JARDIN DE FRAN NORE

http://unaideamuchoarte.blogspot.com.es/search/label/FRAN%20NORE

NOTICIAS

• EXCLUSIVA: desde el sábado 4 de febrero de 2012 está abierta la exposición: «impresiones dactilares» de Fran Nore

Lugar barbacoas bar 4-40″, inaugurada con el concierto con el grupo de reggae The Position Vibration.

El artista dice: «basado en el I Ching, las remembranzas de los batiks con flores y pájaros de Japón, la reconstrucción de las pinceladas libres sobre las superficies, la irredenta invocación de Asvherius y una gama sinfónica de colores y estados hipnóticos del figurativo.

Abierta al público en general.

• Exposición: «intervenciones» de Fran Nore desde el 17 de febrero de 2012 lugar urbanización «Flor del Campo» San Rafael Envigado exposición privada con invitación.

El artista refleja los moldes y las estructuras urbanas codificadas en pinturas y afiches, en materiales plásticos y telas, las casas y los edificios, la monumental presencia del color negro absorbiendo la espacialidad, una breve muestra de los minotauros y los toros de su creación, intervenidos con pinceladas al rojo vivo. exposición que consta de 17 obras, una muestra rarificada del artista estrella de casa Taumatri Fran Nore.

ABIERTA AL PÚBLICO EN GENERAL

• Bienal simultánea de arte: “Fran Nore múltiple 2012” exposiciones abiertas al público en general:

Bar La Mancha: “supersticiones materiales”.

Café Bar Lourdes –boulevard de Caldas; “utopías”.

Tienda Juan José: “memorias clandestinas”.

Fonda La Grande: “fluctuaciones”

inauguración 20 de mayo con la presentación del grupo de rock “Los Hongos”.

El artista dice:

“en técnicas volátiles construyo la cosmogonía de los colores y las siluetas superpuestas en diámetros gravitacionales, la fuerza del ocre, el rojo y el violeta, el óleo pastel, el dibujo barroco o el trazado minimalista para recrear sensaciones oscurantistas sin control sobre las superficies”.

• EXCLUSIVA: exposición privada Casa Taumatri: «desnudos»

Fran Nore dice:

«mis figuras en cierto modo expresan el desarraigo y desamparo del deseo sexual y lo lúdico del sentimiento amoroso que para los egipcios provenía del hígado, con el resurgimiento de las enseñanzas de Jesucristo el corazón fue el centro de ese sentimiento, tratando de que la pintura se transforme en piel». Exposición con invitación.

EL ARTISTA TAUMATRI

Por: Diego Alejandro Restrepo

Alguien dijo alguna vez que Pacho (Fran) Nore no miraba si no que sospechaba; creo que en él no hay nada más cierto que eso, ya que se ha dedicado con una vocación pertinaz a hurgar en la condición humana. De allí ha extractado lo sublime, pero también ha reflejado en su trasegar artístico las miserias que habitan lo humano. Fran Nore es el artista más versátil de la actualidad caldeña: pintor, músico, documentalista, cuentista, ensayista, dramaturgo, poeta y novelista. Todo esto lo convierte en un fascinante mundo de febriles visiones y delirios obsesos, algo así como una pintura de Salvador Dalí.

Para comenzar es preciso señalar que Francisco Javier Ángel Noreña, ósea Fran Nore, proviene del linaje de Ciro Mendía, “en el árbol genealógico yo vengo a ser el décimo cuarto décimo quinto primo de Ciro” –Carlos Edmundo Mejía Ángel- Dice con el orgullo lleno de versos.

A continuación, tendremos una entrevista repleta de respuestas que destellan inteligencia, risas y sarcasmos de lucidez.

– Fran, ¿háblenos de sus comienzos y de sus libros?

– A los siete años hice mis primeros dibujos, una tira cómica de monstruos. Luego participé como acompañante-corista en el coro religioso de la escuela, por dos años. Ya encontrándome en octavo grado escribí un cuento corto para un amigo mío que quería participar en el concurso de literatura del Colegio Jomaber, el cuento se llamaba “La Cabra de las Nieves en mi Cuaderno de Apuntes”, que resultó ganador y mi amigo me regaló 50.000 mil pesos, pero luego todos en el Colegio se dieron cuenta de que yo lo había escrito. Luego escribí otro cuento titulado “Las Hormigas” y el profesor de español quedó sorprendido con mi habilidad para escribir. Entonces me dijo que lo mío indiscutiblemente iba ser la literatura. Y siempre terminaba escribiendo, dibujando o cantando canciones populares. Con el transcurso de los años estas inquietudes de retratar el mundo se volvieron mi pasión. Yo he publicado 28 libros entre 1989 y el 2012. Los últimos que publiqué fueron. “Periferias” y “Camino al éxito”. En este último doy algunas pautas poéticas para hallar el camino del éxito, en total son 10 pautas. Mi primer libro fue “Poemas de una Luna en el Mediterráneo”. Más que todo he escrito poesía, pero me gustan los cuentos, el teatro y la novela histórica. A los 16 años publiqué mi primer libro, un recuento de versos sobre la vejez y el olvido. Recuerdo que mi padre era un gran lector y eso me motivó; él quería que yo fuera médico y mi madre deseaba que me convirtiera en seminarista, creo que al final el arte me palpitaba por todas las venas. Por otra parte, me “encarreta” el cine, la actuación, siento una extraña fascinación por las frutas y las legumbres, me gusta retractarlas en la pintura. Hace un tiempo cuando mi padre estaba vivo tenía una legumbrería por Guayaquilito, yo iba en las tardes dizque a ayudarle y resultaba ensimismado captando la belleza de las frutas y de las verduras. Mi padre se enfadaba conmigo, pero terminaba entendiendo mi destino y siempre me apoyó al igual que el resto de mi familia.

– ¿Cuáles han sido sus amores?

– Mi gran amor se llamó Janis Alcira, una mujer excepcional que ablandó un poco mi corazón y desvertebró mi conciencia del mundo. El primer amor siempre es intenso. Tuve algunas otras relaciones con hermosas mujeres: María Nela, Laura, María Adelaida…

– ¿Qué pasará con tu obra en 50 años, será que levantarán un busto en su nombre?

– (Risas y risas) Creo que el arte es eterno. Crear es arañar la eternidad. Creo que dentro de 50 años me harán una estatua si desentierran al maestro escultor Rodrigo Arenas Betancur. Pero la verdad no albergo esas pretensiones.

– ¿Cómo se formaron Los Hongos?

– El 24 de agosto del año 2004 nos reunimos Camilo Rojas, Julián Correa y Néstor Morales en Casa Taumatri, mi galería de arte en el municipio de Caldas. La historia de esta banda musical es muy bacana, algo compleja. Yo toco piano y compongo canciones en guitarra desde muy pelado, iba a reuniones de amigos músicos, y casualmente por ahí andaba Camilo Rojas con la idea de formar un grupo. El primer nombre del grupo fue Boulevard 48. Luego empezamos a tocar y un parcero nuestro apodado “El Duende” al escuchar nuestras canciones dijo que se sentía como en medio de una honguiza. Entonces fue para nosotros como una revelación, algo luminoso, porque de ahí en adelante nos convertimos en Los Hongos. Nuestra primera canción fue La Grieta que yo tocaba con mi anterior grupo que se llamaba “Órbita”. Las letras de mis canciones tienen muchas referencias del rock moderno. Esta propuesta es una mezcla de punk, del gótico y de glam, me divierto mucho con mis amigos cantando mis canciones y haciendo música.

– Fran, háblenos de las características de su poesía…

– Mi poesía es oscura y densa, otras veces cósmica y luminosa, a veces demasiado lúdica y simbólica, revela un insalvable misterio. Creo que La Poesía es el primero y el último de los sentidos, es brindada por la experiencia. Tengo influencia de los poetas malditos y fenomenológicos, y así me ven muchos de los que me han leído, como un Arthur Rimbaud o un Baudelaire. Invento palabras para mis composiciones poéticas, a veces el lenguaje se queda corto y hay que salir a buscar y a reinventar las palabras. Por ejemplo: “iedradelosorfo”, es un mameluco (risas), una de mis invenciones que quiere decir: “La Piedra del Filósofo”, inspirada en Alejandra Pizarnik.

Este hongo venenoso tiene su propio taller de pintura, magia y aquelarre, es un tercer piso ahí cerca del bar La Mancha, por el parque del municipio de Caldas, un espacio llamado Casa Taumatri, donde desemboca toda su fuerza creativa.

“La función del artista es entregarse a la gente”, dice con esa generosidad campesina que bordea su universalidad. Pacho dice que muchas personas tienen un cuadro de él, un dibujo o un boceto. “Pinto para regalarle a la gente, me gusta que lleven a casa mis creaciones”.

Fran Nore ha viajado por varios países de América, ha ganado numerosos reconocimientos entre los que se destacan el Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía en 2003 con la obra: “Memorial del Norte, Memorial del Sur”. También obtuvo menciones de honor como escritor periodista por su labor cultural, otorgadas por el Círculo de Periodistas de Antioquia CIPA y por la fundación FARENHEIT 451 por su crónica: “La Madrugada de los Asesinos”, en el I Concurso de Literatura de Bogotá 2012.

Fran Nore –Pacho, como cariñosamente le decimos- es de esos artistas de comarca que aparecen para escandalizar, para sacudir la cuadratura de la vida y para adentrarnos en una “honguiza” artística, una que nos lleve hasta la lejana galaxia de Taumatri.

Publicado en el periódico “Centir/Año 1/ No 1/Caldas, Antioquia/Julio de 2012/Publicación mensual/Centir Comunicaciones/5.000 ejemplares.

LOS HONGOS

El 24 de agosto del año 2004 se reunieron en Casa Taumatri, la galería de arte de Fran Nore, los músicos: Camilo Rojas, Julián Correa y Néstor Morales, con la idea de formar un grupo de rock. El primer nombre del grupo fue Boulevard 48. Luego al tocar, un parcero apodado “El Duende” al escuchar sus canciones dijo que se sentía como en medio de una “honguiza”; entonces de ahí en adelante se convirtieron en Los Hongos. La primera canción fue La Grieta que Fran Nore tocaba con su anterior grupo “Órbita”. Para el año 2007 el grupo tuvo una nueva alineación, en la guitarra líder Daniel Guzmán, en el bajo Walter Soto y en la batería Diego Herrera. En 2007 con la canción “En La Calle” participaron en el documental “La Familia Vieco”, del realizador Oscar Mario Estrada. En 2008 en La Fiesta de la Música y en 2013 en El Festival Altavoz de la ciudad de Medellín. En 2014 participaron en el Attack “Ataque de bandas” Y en el 2015 grabaron con Registro Sonoro, programa asociado al canal TeleAntioquia. Las letras de las canciones tienen referencias del rock moderno. Esta propuesta es una mezcla de punk, de psicodelia y de glam, entre otras corrientes musicales del rock.

DISCOGRAFÍA:

“Sintonía Muscaria Rock” (2005)

“Ebullición Elemental” cortometraje musical (2005)

“Marchando a la guerra” (2007)

“Antropofagia hits” antología de éxitos (2005-2009)

“Sustancias Raras” (2012-2013)

“Década Hongosa Hits” (2014)

Rockastar (2020)

Links relacionados:

http://www.youtube.com/channel/UCHHAmd6bkkYvavSV-pMQHuA/videos?flow=grid&view=0

https://www.facebook.com/LosHongosRockSubterraneo

Carta del Maestro Oscar Mario Estrada Vásquez a Fran Nore tras la concesión del Premio Internacional Ana María Agüero Melnyczuk A La Investigación Periodística -2013-

Hola Francisco (es decir, Fran Nore). Este es sólo el inicio de una gran cadena de reconocimientos por tu inmenso aporte a las artes en nuestro país y escenarios de Iberoamérica, espacios en los cuales, desde las letras, la música, la plástica y ahora el periodismo, tienes una lectura más sensata y sincera de tu obra, desde otras orillas, distantes a la visión provincial, que juzga desde los horizontes más encasillados y primigenios. Este lugar que te mereces, esperamos, sea el comienzo de un buen lugar, para ti y tus amigos, que te apreciamos y admiramos, lo cual a su vez, sea una renovada energía dinámica para la continuidad de tu trabajo en el tiempo, que bien puede ser un legado, de constancia en la creación, convicción, determinación, irreverencia y comprobación, que desde la terraza de lo marginal e independiente, se construyen contenidos e ideas estéticas, que superan nuestras montañas. Lo mejor para vos, constante amigo y para tu irreductible, club de fans.

Oscar Mario Estrada Vásquez

14 de junio de 2013

● POESÍAS, CRÓNICAS, CUENTOS Y RELATOS

(Premiados, finalistas, entre otros)

VEJEZ

Cuando alarmado descubrí que estaba viejo siendo un niño

Mi padre vino a mí con su funda y me castigó

me dio de marrazos en pies espalda y manos

Sangró mi alma de lágrimas tiempo después que se fue

y mi entelerida y vieja madre podrida como él

No hizo nada tal vez lloró alguna noche que no la vimos

mis hermanos y yo ni los gatos negros que maullaban en los patios

donde crecían algunos naranjos deliciosos bajo el sol de las tardes solitarias

En las noches era parecido a un orfanato mi alcoba y la de mis hermanos

Entonces escuchamos los gritos borrachos de mi padre

y la rasgada voz de mi tolerante madre campesina

Es fácil sentirse viejo siendo unos niños malcriados y rebelarse

Poema finalista en el I concurso de poesía ASDOAS, Bogotá 1983.

OLVIDO

no es el caso que te olvide pues los otros son ésos que olvidé de igual forma como pasaste tan ligera en mi mente y en mi recuerdo demente que recuerdo trastornado por tu incapacidad de quererme así de torpe y travieso como he sido por ocultarme de los ojos de los que ya no están y no vivieron contigo ni conmigo sólo eran los seres impiadosos e implantados en moldes aparentosos de los que hasta ahora supimos pues estaban acá a nuestro alrededor inmersos en sus propias y oscuras nebulosas intangibles también percibimos sólo sus siluetas sombreadas y sus voces que regresaban de un mundo desconocido y ajeno a nuestras palpitaciones aunque luego me arrepentí de echar todo al olvido y a ti más que a todos envuelta en un viaje que no habías iniciado hacia el fin de tu feliz soledad entonces no hubo más remedio que gritar a viva voz el soliloquio de mis desesperos y de mis frenos desenfrenados ni te digo de mis regresos y despedidas cuando aullaron mis sueños y escapamos y retornamos indefensos a los sucios escondrijos de nuestras infancias persecutoras tú escapaste en un sol turbio y yo qué te digo quise iniciar mi fuga oculto en la marejada de los satélites atisbando la lejanía palpitante en mi pecho te extrañé tanto desde entonces te añoré tanto desde esa vez de nuestro encuentro inconcluso donde sólo hallábamos refugio en nuestras perturbadas miradas desveladas y extraviadas por los frecuentes insomnios ahora te digo que esa larguísima laxitud apóstata devoró cada íntima parte de mis entrañas y atisbé sin premura el camino del olvido que es una infinita senda que recorremos quieras o no y que sabes tú más que nadie que en cualquier instante lo recorremos nosotros perplejos donde sabemos habitan seres desmemoriados con sus intrigas desplomantes que suelen acompañar nuestras sombras de luz el resto de nuestras esplendorosas y extenuantes vidas

Poema finalista en el I concurso de poesía ASDOAS, Bogotá 1983.

CANTO DEL SUEÑO TRUNCO

Sonámbulo recordaba a Freud

para olvidar la memoria

Atravesaba las profundas y oscuras galerías del sueño

mientras en esas habitaciones navegaban

cuerpos despedazados en raíces

voces distorsionadas

en un Gólgota de lamentaciones

entre muros infinitos de resignación

manos y brazos desgajados

ojos de cristal sumergido

piernas caracoleantes

rostros en líneas

Escapaba caminando en el reflejo

poderoso sobre las montañas del Universo

que se rompía en la inmensidad

Poema finalista en el concurso Equinoxio 2013

LA MADRUGADA DE LOS ASESINOS

(Masacre en el Salado)

BOLETIN DE PRENSA. EL TIEMPO. En El Salado, departamento de Bolívar, en Colombia, el poder paramilitar reina sobre los montes de María, cerca del Carmen del Bolívar, Bajo Magdalena, costa Atlántica, secuestro y droga. En 1997, las AUC, se tomaron la población. A las cinco de la mañana de un día trágico, los paramilitares reunieron a los pobladores en el parque, amenazándolos y matándolos sin clemencia a los ojos de todos. No hubo resistencia civil. Los paramilitares se fueron y volvieron el 16 de diciembre de 2000, antes había caído sobre la población una lluvia de panfletos amenazantes, donde se decía que se fueran ese diciembre del pueblo o los mataban. En la cancha de microfútbol del pueblo se extendieron 200 metros de cadáveres. Los sobrevivientes se escondieron en el monte, se desplazaron 5.000 personas, 1.200 familias en un viaje sin retorno por la geografía colombiana. Lo único que queda de esta cruenta historia es un Monumento a las víctimas caídas.

LA HISTORIA. El Salado es un pueblito del departamento de Bolívar, la majestuosidad de la naturaleza baña el horizonte que cae sobre los montes de María, cerca del Carmen del Bolívar, por el bajo Magdalena. En la costa Atlántica las lanchas son cargadas con droga, los hombres se afanan en traficar mientras las mujeres se quedan en casa temblando de miedo, temiendo que las patrullas detengan y apresen a sus hombres traficando. El secuestro también es una fuente económica.

En 1997, las AUC, Autodefensas Unidas de Colombia, entraron al pueblito, a eso de las cinco de la mañana y sembraron el terror y la muerte, convirtiendo este episodio en uno de los más violentos registrados en la historia de Colombia.

Oswaldo Torres escuchó las pisadas desbocadas que bajaban por las trochas de las montañas formando un orquestal de tropa violenta, y sintió un malestar de muerte. De pronto se encontró reunido en el parque con otros atemorizados pueblerinos. Una voz amenazante le había intimidado y lo había empujado a salir de casa con la amenaza de matarlo en la misma cama, cuando se sacudió su ensueño vio que la puerta de madera había sido violentada y que ya habían sacado a empujones del interior de la casa a su hija Doris. Entonces supo que las consecuencias de aquel día funesto se cernirían sobre él y su familia, y sobre todo en el pueblo, por el resto de su vida. Un nudo de miedo impidió sus palabras, estaba tan consternado de igual forma como sus vecinos allí apretujados de frío a las primeras horas de la mañana en la plaza pública. Un hombre rudo encapuchado los sentenciaba a morir si no abandonaban sus casas y el pueblo. Alguien que se rehusó, los increpó valientemente, pero entonces se convirtió en la primera víctima, una lluvia de balas silenció su protesta. El terror se apoderó de los pobladores del Salado, las mujeres abrazaban a sus hijos que lloraban, los hombres amedrentados se miraban confundidos, sin saber qué hacer, indefensos y desarmados, mientras los paramilitares disfrutaban de aquella escena de sangre desparramada en la plaza pública. Luego empezó la serie de asesinatos de aquella jauría infernal. El sol del amanecer aún no salía entre la niebla de las serranías a disipar los sentimientos encontrados de aquella turbamulta sentenciada. Se discutieron los argumentos, pero no había una solución lógica y pacífica sobre el asunto. Ninguno de los invasores armados entró en razón. La razón sólo quería sufrimiento y dolor.

Previó lo inevitable. Cuando a Doris Torres empezaron a maltratarla, y ella gritaba compasión para su pueblo, escuchó atronadoramente el disparo que cegó su vida. Un grito atónito desgarró su garganta. El cuerpo de su hija yacía a los pies de su victimario. Fue contenido por una serie de golpes y patadas que destrozaban su cuerpo. Un compadre suyo lo aisló y lo protegió mientras Oswaldo Torres impotente se sumía en un charco de lágrimas. Las familias desesperadas y en pánico, vieron morir frente a sus ojos a sus seres queridos a manos de los “paracos”.

Arroyos de sangre se formaron alrededor de sus semejantes ajusticiados que clamaban una inexistente justicia. Los clamores eran cada vez más alarmantes mientras los asesinos los silenciaban.

Cuando salieron los primeros rayos del sol, los paramilitares comenzaron a marchar para alejarse del pueblo mientras dejaban la estela de asesinatos pesando sobre las cabezas aturdidas de todos, amenazando entre arengas y consignas que volverían.

La gente del Salado salió del trance de terror y muerte por unos breves instantes.

Pero la calma de aquella madrugada sobre el pueblo ya había sido enturbiada.

Los corazones de los sobrevivientes estaban contraídos de dolor, amargura y tristeza.

Una pronta tranquilidad sobre los que estaban vivos refrescó los ánimos entremezclados en fuertes impresiones.

Oswaldo Torres, recogió llorando, el cadáver de su hija bañado en sangre.

Nunca un amanecer fue tan escalofriante en la historia de la violencia de Colombia.

Enterraron a sus seres queridos. Todo el pueblo estaba de luto.

Toda Colombia supo de la masacre. Pero el gobierno no hizo nada. No desplegó fuerzas, sólo dio los pésames en comunicados oficiales de prensa.

El pueblo del Salado, en los años siguientes, ofreció resistencia civil contra estos grupos armados ilegales. Y aunque los paramilitares se fueron, sobre las calles del pueblo llovían los panfletos amenazantes.

En el mes de diciembre, los panfletos se multiplicaron y atemorizaron aún más la indefensa población. Esos panfletos decían: “¡Váyanse del pueblo este diciembre o los matamos!” Aunque todos tenían sus reservas de temor, nunca creyeron que por ser diciembre, mes de las festividades familiares, esos malhechores cumplirían sus amenazas. Y sí que las cumplieron cuando volvieron el 16 de diciembre del año 2000. Para el 18 de diciembre de 2000, 450 paramilitares de las autodefensas de Urabá invadieron el pueblo del Salado, cuyos moradores se negaban a salir de la localidad rural y de sus terrenos aledaños. Para el 16, 21 y 22 de febrero del 2.000, inclementes y sanguinarios asesinaron frente a las aterradas familias campesinas a 37 personas y otras más que nunca fueron registradas en la lista de asesinados. Se supone que fueron más de 60 personas y se hace un conteo de 1.200 víctimas. En la cancha de microfútbol del pueblo dejaron tirados 200 cadáveres. La muerte y la intransigencia hacia la vida y la tolerancia sembraron un escalofriante jardín de sangre sobre este pueblo desgraciado.

Los sobrevivientes se escondieron en el monte, se desplazaron 5.000 personas y 1.200 familias.

Luego para recordar estas fechas sangrientas, existe un Monumento a las víctimas inocentes de esta confrontación absurda en la historia de la crueldad y de la impunidad: un Monumento del genocidio, cerca de la cancha y a la iglesia del pueblo del Salado.

Esta historia campesina es memorable por su crueldad y está registrada en la historia contemporánea de Colombia.

Notas Aclaratorias

Se tiene información de que la víctima se llamaba Edison Oswaldo Torres y que tenía no una hija, sino un hijo. Desde el 23 de marzo de 1997 (primera masacre), y entre el 16 y 21 de febrero del 2000 (segunda masacre), se gestaba desde ya la masacre de El Salado, Ovejas y La Sierra, departamentos de Bolívar y Sucre, ese año en el gobierno de Pastrana se definía el proceso de paz con las FARC; operaba en la zona el frente 37 de las FARC y el bloque Norte de las AUC. La masacre cobró la vida de más de 60 personas, entre niños, mujeres y ancianos. El hecho llevó a más de 4.000 o 5.000 (estimada la población en 7.000) campesinos a desplazarse de la zona hacia Cartagena y sitios aledaños, muchos de ellos, no retornaron a sus tierras. Para la época, los medios difundieron muchas versiones distintas dadas por los paramilitares y la Fuerza Pública que informaban sobre un combate con la guerrilla. Una entrevista a Carlos Castaño, terminó por imponer su versión e invisibilizar las masacres. Pero se cree que los autores intelectuales de las masacres fueron Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar Puppo “Alias Jorge 40”. De 150 personas mataron 60 ó 61, según otras versiones del conteo de las víctimas, a las cuales les leían La Biblia mientras los iban matando. Siendo un pueblo próspero, hoy en día El Salado es el pueblo más pobre de Colombia y, todavía es un pueblo fantasma que ha sido re habitado por 506 familias carentes de apoyo estatal. Para el 14 de julio de 2005, 594 hombres del frente Héroes de los Montes de María de las AUC se desmovilizaron.

Mención de honor en la categoría crónica “periodista-escritor”, 2010 en la entrega de los XX premios CIPA, Circulo de Periodistas de Antioquia, A La Excelencia Periodística a Fran Nore por sus aportes al arte, a la literatura y a la cultura.

Mención de honor en la categoría crónica I Concurso Nacional de Literatura Fahrenheit 451. Festival de Literatura de Bogotá. 2012.

Finalista en el concurso de relatos “S.O.S” La Cesta de las Palabras. 2012.

Publicado en www.latinnews.com en el año 2012.

Premio Internacional Ana María Agüero Melnyczuk A La Investigación Periodística -2013-.

TRABAJO DIGNO

Los niños y jóvenes marginales de la calle en Colombia, explotados laboralmente, siguen siendo un tema prioritario en el conflicto social contemporáneo. La historia de muchachos desamparados confluye con la desintegración de las familias populares debido a la escasez de oportunidades de trabajo, de vivienda, de educación. Las erradas estrategias políticas y el avance desorganizado del progreso han aumentado aún más la violencia, la delincuencia juvenil, el consumo y el comercio de drogas, esto debido a que se lucran sólo unos cuantos y se desprotegen a unos muchos.

Esforzándome en mostrar la cara de este fenómeno que está latente desde hace décadas en nuestra sociedad, encuentro a un habitante de la calle que me da su testimonio por unos cuantos billetes, urgido por la necesidad económica, decide contarme su historia de vida.

Él se llama Orlando Garcés, hijo de una familia de clase baja popular. Esta es su historia relatada por él mismo, a bocajarro, y que transcribo según su modus vivendus presente:

“La crisis económica de mi familia, me llevó a una vida de mendicidad. Mi padre era un obrero de construcción que se emborrachaba después de recibir su pago, era mujeriego y despilfarrador; mi madre era una mujer muy servicial y resignada, mis dos hermanos menores apenas podían asistir a la escuela. Después de pasar penurias en inquilinatos y en habitaciones rentadas, abandoné a mi familia, y decidí seguir mi rumbo solo. Entonces me marché del barrio El Popular 1 y me fui con mis cosas a vivir a donde fuera, en el centro de la ciudad de Medellín. Como no tenía un peso en el bolsillo, vagué hambriento y sediento buscando donde acomodar mi humanidad. Entones encontré una casa abandonada que estaba derrumbada, y donde vivían otros seres en igual situación que la mía. Pronto hice amigos allí, drogadictos, estafadores, ladrones. Y probé con ellos toda clase de vicios. Pero como necesitaba comer me ocupé reciclando y vendiendo chatarra que amontonaba en el patio de la casa abandonada donde vivía como indigente. Y cuando, por fin, tenía bastante material recogido de las calles, lo empacaba en cajas y costales y lo llevaba a una chatarrería para venderlo. Compartía la recolección de chatarra y de cosas inservibles con muchos otros habitantes marginales. Mi penosa situación económica y la de mis padres, no me dio para ir a la escuela. Para mí fue fácil acostumbrarme a la vida citadina de los recolectores de chatarra que deambulaban por todas las calles de la ciudad, teniendo esta labor como único sustento para sus familias y para sí mismos”.

Pero Orlando Garcés, que tiene la treintena de edad, ha sido un muchacho valiente, aunque sólo fue a la escuela hasta el cuarto grado de primaria, sabe expresar sus emociones y relatar sus desafortunados sucesos, su testimonio también habla de un hombre que se ha podido superar en medio de las vicisitudes:

“…afortunadamente pude conseguir trabajo de medio tiempo, me coloqué de aseador en un hotel del centro de la ciudad. Comencé fregando pisos y limpiando la mugre de las escaleras y de las vidrieras del hotel. Trabajaba mucho y duro, y así pude recoger dinero para suplir mis gastos, porque no querían sufrir más necesidades. Mi nuevo empleo me proporcionó algo de alivio y tranquilidad. Me sirvió para restablecerme de mi vagancia por las calles de la ciudad, a veces, cuando no hacía nada, volvía a robar y a consumir drogas, más que todo bazuco y mariguana. Pero luego me frené y con lo que recaudaba del trabajo como aseador pude empezar a pagar una habitación en una casa de inquilinatos. Pagaba la renta del miserable cuartucho en una casa fea que queda por la calle Amador, tenía para algo de la alimentación y hasta lograba ahorrar para comprarme una que otra muda de ropa”.

Orlando Garcés se reencontró hasta hace poco con su familia. Con su madre y sus dos hermanos menores. Su padre los había abandonado. Cuando vio y reconoció a su madre se abrazó a ella llorando. Ellos vivían en la casa de una vecina, en un taller de madera que les habían aprovisionado. Volvió con ellos y supo que su obligación era ayudar a su madre y a sus hermanitos desprotegidos. Al menos pudo abandonar esa vida desgraciada que lo había marcado cuando decidió irse de casa por voluntad propia.

Ahora trabaja en una chatarrería y recibe un sueldo para poder ayudar a su madre y a sus hermanos. Piensa en estudiar y terminar la escuela, ahora que cumplió treinta años.

Le pregunto: ¿Qué piensas de la situación económica actual del país y del mundo?

A lo que contesta: “Pues la situación económica de mucha gente siempre ha sido muy difícil. El mundo no necesita de nadie, pero uno sí necesita un trabajo y poder mantenerse en él, valorarlo porque lo tiene y tratar de conservarlo lo más que se pueda. Lo digo por mí. Es muy importante que mantenga este trabajo de reciclador porque entonces no tendría como ayudar a mi madre y a mis hermanos. Y hoy en día hay que hacer malabares para poder sobrevivir”. Se ríe.

– ¿Cómo valoras tu trabajo?

“Pues porque es lo principal. Por medio de mi trabajo he podido creer más en la sociedad”.

Aquí hay un ejemplo de dignificación y superación humana, de un individuo que pudo haberse perdido en los desafueros de la sociedad capitalista y progresista, pero que por su tesón y sus deseos de superarse al menos trabajando en lo que fuera, pudo recuperar su familia y ojalá regrese también a la educación institucional.

Esta secuela de descomposición afecta cotidianamente la actualidad social. Le deseo de antemano muchos éxitos y mucha fortaleza para continuar adelante.

Orlando Garcés es uno menos de los indigentes de la ciudad de Medellín.

Artículo publicado en la revista “As de Bastos”, Medellín. 2 edición-enero de 2013. Premio Internacional Ana María Agüero Melnyczuk A La Investigación Periodística -2013-.

DEVORADA POR LA BESTIA

Él alzó la cabeza anunciando la proximidad de su transformación a la luna misteriosa mientras le temblaban las manos de salvaje cólera. Ella no superaría jamás el dolor, la compasión, el amor, la resignación; poseída por el terror de ser devorada, encontró consuelo en aquella extraña consumación. Ya no podía reprocharle nada a su hombre lobo.

Microrrelato finalista en el concurso: “Pluma, Tinta y Papel”. 2012.

LA PESTE DEL TIEMPO

La muerte, siendo un hecho universal, es a la vez tan personal, que de ella puede decirse que es el momento en que espiritualmente se condensa la vida humana.

Ganivet

Repentinamente asomé a los baturros céspedes del misterioso Valle de las Brujas, provenientes del más allá, aparecieron frente a mí las gimientes huestes de mi parentela espuria y fantasmal invadiendo los alrededores.

Leviafar, El Primer Padre; la extraña madre de Leonardo, Jaranda; la madrastra Dilva, la bella Milagros y las gemelas Eli y Beli, Nisca y sus hijos deformes; además de los servidores de Leviafar, indios, negros esclavos y mulatos de caras execrables.

Los difuntos del valle ístmico interpretaban una fúnebre música que heló mi sangre en las venas. Y aunque no los conocía, excepto por las historias que de ellos contaban mis abuelos y mis padres, supe que eran ellos mis ancestrales familiares dueños del valle en medio de cordilleras infranqueables, ahora se levantaban de sus tumbas tenebrosas a reclamar los territorios maldecidos por los viajeros continentales.

Creí que deliraba por los efectos de La Peste del Tiempo avecinada súbitamente sobre la faz de la tierra. Pero los muertos venidos de ultratumba, nunca habían sido tan vistosos y reales; unos danzaban entre enredaderas pantanosas y otros más allá cantaban loas lastimeras e interpretaban enigmáticos instrumentos musicales que nunca en mi vida había visto, formando así un tumultuoso cotillón de ondinas y barbianes difuntos.

Cuando me descubrieron en ese estado pasmoso se me acercaron lentamente tratando de retenerme entre ellos, intentaban tocarme con sus dedos de viento, yo estaba visiblemente asustado y desesperado corrí fuera de su alcance, buscando refugio.

Las azogadas y difuntas ancianas, envueltas en sus blancas bataholas, en sus telas de seda y ceniza, y los moribundos zaratanes en danza simoniaca, desesperados por encontrar sus pateras cinerarias, querían darme alcance, y de ser posible llevarme con ellos a sus tétricos carcamales y barruntados nichos, acaso sin darme oportunidad de pedir misericordia y clemencia.

Guardaba la frágil esperanza de llegar a la fronteriza Ciudad Central. Pero esta esperanza era difuminada por el aspecto de la fantasmagórica realidad, truncando el curso normal de mis días, la habitualidad de mis pensamientos.

Temía que La Peste del Tiempo también hubiera alcanzado a los habitantes de Ciudad Central. Pues para mí, la fantástica Ciudad Central, era un fortín inabarcable de murallas alineadas entre cuchillas de cordilleras, una gigantesca fortaleza de torreones y edificios cuadriculados donde podía aguantar los embates del desaforado destino.

Y para dilucidar mi penosa y delirante situación, concluía para mis adentros, con alivio protector: “Nada malo puede ocurrirle a un hombre desprotegido en una ciudad así”.

Al arribar a la maravillosa Ciudad Central, huyendo de mi parentela fantasmal, para mí sería fácil acostumbrarme a la vida citadina de sus alegres habitantes.

Como soy un hombre joven, guapo y de gran resistencia física, logré rápidamente restablecerme de mi inmisericorde travesía por el valle maldecido, nido de mi atea y terrorífica familia.

En Ciudad Central pude por fin instalarme en un misérrimo y económico hotel al lado de una concurrida avenida, donde anidaban en sus alrededores seres marginales.

Allí conseguí trabajo de aseador. Fregaba los pisos y limpiaba las escaleras y las vidrieras del ennegrecido hotel. Trabajaba muchas horas, más de las debidas, y muy duro, porque era un trabajo agotador; y así pude recoger dinero para suplir todos mis gastos, pues quería sentir más necesidades.

Con lo que recaudaba pagaba la renta del mísero cuartucho en el hostal, la mala alimentación, y hasta lograba ahorrar para comprar una que otra baratija.

Todos los domingos descansaba y solía salir a pasear por la ciudad donde sólo era un desconocido.

Empecé a escribir un diario personal, donde recreaba mis experiencias en la ciudad y de vez en vez escribía anécdotas sobre mis insomnes parientes del valle apocalíptico; sobre todo, para conservar en mi memoria, algo de ellos, de sus escabrosas existencias. Mi diario personal era como un tratado, donde también explicaba y daba pautas sobre: “Cómo curarse del Fin de los Días y no desintegrarse en el intento”.

Aun así, en las noches más frías y solitarias de Ciudad Central, me invadían los recuerdos de las huestes de mis ancestros fantasmales, parecía ver sus rostros deshechos atisbando por entre los empañados cristales de las ventanas del hotel. Entonces no evitaba llorar desaforadamente.

Una noche de relámpagos estrepitosos sobre los rascacielos de Ciudad Central, tuve una escalofriante pesadilla: estaban mis difuntos ancestros caminando por las apagadas calles de la ciudad. Las apariciones venían del oscuro valle y habían encontrado el camino hacia la ciudad. Soñaba que me encontraba con esos espectros en medio de una plaza pública, y ellos me sonreían desencajados.

Pero luego descubría aterrado que ya no era el mismo hombre de antes, sino un fantasma del pasado desfigurado.

La procesión mortuoria se presentaba ante mí, sin manos y sin pies, con las cabezas enraizadas. Y me sonreían sin afectación por lo que me sucedía, no parecían amoscados.

Me sobresalté y desperté de esa infortunada pesadilla, hasta llegar a elucubrar formidables lágrimas.

Como un destello cruzando por mi cerebro, concluía que definitivamente yo también estaba muerto, un muerto habitando en esta ciudad fronteriza, donde nadie quería hablarme. No sentía latir mi corazón dentro de mi pecho y la lucecita de mi alma la sentía tenue, apagándose y convirtiéndose en una nébula donde todo era undívago e impreciso.

En un comienzo creí que era un desvarío provocado por la ausencia de mis seres queridos. Y esto de igual forma me sobrecogió terriblemente.

Esa noche relampagueante sentí que de veras mi mundo se había derrumbado ante mis narices. Y rogué a Dios que me permitiera vivir en esta ciudad extranjera. Y que me fuera permitida la senilidad de mi tiempo terreno, pidiendo convertirme en una persona respetable, adorable y adorado por todos, para mí esto representaba el ideario de mi existencia, pero no dejaba de atormentarme los recuerdos. A cada instante volvían a aparecer los rostros de esos espantos ancestrales entre las ventanas del hotel. Lo único que quería era borrar esas alucinaciones de mi mente.

La espera de resurgir de mis extintas cenizas era tan poderosa que eximió todas mis últimas fuerzas hasta el desperdicio de las horas, quizás porque ya estaba cansado de ese ajetreo cotidiano que me desgastaba, entonces me enfermé hasta languidecer y quedar exiguo como una estatua demolida, en un doliente estertor abandoné el mundo que siempre me condenaba a la huida.

Cuento finalista en el I concurso Internacional de cuento breve “Cada loco con su tema” Benma grupo editorial. México. 2013.

LOS MANUSCRITOS PERDIDOS

(Anécdotas y reminiscencias)

1

Cuando el difunto Julio Flórez Colorado publicó con otros poetas el libro “Lluvia de tres colores” y por mi parte, había publicado mi segundo libro de poesía: “Génesis en los montes”; éramos unos jovenzuelos apasionados por la música, poesía y las artes.

El maestro Rodrigo Arenas Betancur me dijo jocosamente brindándome una sonrisa plena: “Me gusta tu libro, pero debes explorar más y cuidado con eso de fritarse los huevos”. A veces el maestro Arenas se mantenía en la papelería de la poeta María Helena que era su musa y amor; otras veces lo encontraba por las cantinas del parque de Caldas, nosotros le teníamos mucho y nos parecía mágica su palabra ancestral, sabia, esculpía las imágenes que le dictaban las piedras.

En la cantina “La Borinqueña”, una tarde lo encontré bebiendo aguardiente antioqueño y me dijo: “Poeta… como va con los libros locos… o los poetas locos, que es lo mismo…” Lo acompañé por un rato y me invitó a tomarme unos tragos de aguardiente con él, su presencia emitía una poderosa aura que magnetizaba, la energía que dan los dioses de piedra a sus elegidos.

En Fredonia, en la finca del Uvital o en el taller del Pombal, en Caldas, sus discípulos creían que el maestro Rodrigo Arenas Betancur esculpía las imágenes cósmicas de los dioses de piedra a dictado.

Alguna vez me le acerqué (al ya difunto) poeta y sicólogo Julio Flórez Colorado y le consulté algunas cosas, y él no dijo nada, sólo me dio un libro de poesía del poeta Ciro Mendía y me dijo que le leyera. Después de leer por varios minutos al poeta Ciro Mendía, me preguntó: “¿Cuál es tu problema, extraño y pueril Cirito?”

Creo que el poeta y sicólogo Julio Flórez Colorado había atravesado los territorios innombrables del lenguaje

En ocasiones solíamos encontrarnos en la feria artesanal el San Alejo, en el parque Bolívar del centro de Medellín, yo vendía libros, música y artesanías que distribuía encima de una tela puesta al suelo.

Una tarde el poeta Julio Flórez Colorado llegó a mi humilde ventorrillo con una botella de whisky, me invitó a que no la bebiéramos y, efectivamente nos tomamos los tragos, aunque él ya venía borracho ignoraba de dónde; al rato se marchó con unas mujeres invasoras de la tarde.

Con frecuencia nos encontrábamos por las calles del pueblo de Caldas, nos emborrachábamos con mujeres invisibles, discutíamos de poetas con los amigos mutuos.

Al tiempo nos invitaron en 1993 al encuentro regional de poesía en el pueblo de Tarso, en el Suroeste de Antioquia, y un haiku de Julio César Flórez Colorado fue el mejor verso departamental.

Apareció después el libro “Lluvia de tres colores,” y Julio César Flórez Colorado alcanzó entre todos los poetas del terruño, mucha notoriedad.

En las páginas de ese libro homenajeaba con un hermoso texto al ilustre poeta Ciro Mendía, nuestro patrono lírico. Entonces los aldeanos supieron que tenían a un gran intérprete de las letras.

Al devenir de los días nos acercó a Ángela Rave y a mí al poético video de Los Ángeles.

A las semanas siguientes la noticia de su suicidio en un monte inhóspito de la vereda “La Clara”, en el pueblo de Caldas, me dejó desarmado y profundamente triste.

Acto seguido, nuestros amigos escribieron sonetos y compusieron canciones en su honor, al paso de los años todavía le celebramos aniversarios.

Nos acosaba el devenir.

1996

2

Cremaron el cadáver y recogieron las cenizas de Andrés Felipe Rúa, más conocido como “Bamby”, en un hermoso cofre.

En quince días una bronconeumonía segó su vida, pero en esos quince días estuvo de fiesta de discoteca en discoteca en las agitadas noches de Medellín, acompañado de una tropa de amigos, y así fue como se enfermó, sin sentirse siquiera alguna preocupación.

Me contaron esta fatal historia después, a los veinte días de su muerte, en el restaurante “La Real”, del pueblo de Caldas, un mesero que allí trabajaba.

Con veintiún años y tan pronto fuera del camino, otros mueren a menor edad, como mi cuñada Luz Omaira que, en 1996 en una loca fiesta, una chica de Pereira le clavó un tenedor en el cuello y se desangró.

La muerte no deja de ser una estampa de lo inútil.

Una noche Andrés Felipe “Bamby” y yo nos fuimos a bailar a una discoteca, y tomamos guaro con la hermana de Sergio “trompetas”, joven y bonita ensortijada con trajes de lentejuelas y canutillos. “Bamby” se maquilló la cara y quería bailar y bailar. Nunca lo vi tan feliz bailando. No olvido esa escena tan espontánea de su vida, envuelto en carcajadas traviesas y cantando rancheras románticas y populares.

2007

CASAS VIEJAS

Las casas viejas y destruidas nos hablan, se lamentan sus paredes y sus ruinas. Nos hablan del pasado glorioso de una familia o estipe que permanece en un tiempo sepultado ahora por el ímpetu del progreso

He conocido una infinitud de casas viejas, que hoy en día no existen, las han reemplazado construcciones modernas: edificios de apartamentos o de oficinas, complejos empresariales y turísticos.

Conozco las historias de esos lugares, en desuso sombrío. En esas casas, antaño vivieron y departieron familias entre someros recuerdos y olvidos agravados.

En algunas espantan los recuerdos de seres congelados en el hielo de las fotografías de la época.

En una de esas casas viejas y arruinadas, encontré una lápida de un miembro de mi familia.

En las paredes hay retratos olvidados de damas y señores sofisticados.

Son casas repletas de leyendas, algunos pocos recuerdan y muchos olvidan el pasado de esos interiores.

Dentro de esas casas los misterios se multiplican al correr de los segundos, se oxidan.

Sé de una casa de puertas rojas, antigua, ubicada en el pináculo de una colina, se accede a ella a través de un camino de monte, su fachada está envuelta en niebla. En esa casa hallaron el cuerpo de una niña cuyo sudario era un costal de cabuya.

Además, de misterios y hechos extraños, en el interior de esas casas podemos encontrar flores embalsadas, tesoros sin dueño, cuencos de cerámica y restos humanos momificados; descubrimientos que potencializan aún más los misterios.

En esas casas espantan nuestros antiguos miedos.

En la vieja casa de mis padres, se decía, había una “guaca” en el patio trasero. Cuando se tumbó la casa para dar paso a un edificio de tres pisos, esa “guaca” quedó inaccesible, aunque los obreros realizaron algunas excavaciones infructuosas con el objetivo de hallarla.

Mi padre, comerciante a la usanza de las antañosas tradiciones, enterraba el dinero, es muy posible que haya dejado algunos tesoros escondidos en el patio trasero de la casa. Por cierto, nunca encontramos nada.

Las casas viejas están llenas de cuartos y patios inmensos, salas repletas de estatuas y de muebles curtidos, además de cantidades de cuadros religiosos de todas las vírgenes y santos habidos y por haber.

Actualmente el progreso inmobiliario interviene en el área de estas casas arruinadas, por lo que se han perdido un montón de historias ancestrales.

Las cancelas, las verjas, las ventanas, los balcones señoriales y las puertas coloniales, las cerraduras y aldabas retocadas de la época, todo eso es historia patria del urbanismo prehispánico.

Estas casas tradicionales, en su mayoría, han sido demolidas. Quedan todavía algunas casonas amplias de tejados mohosos y de paredones bere beres en pie, sobre todo en los pueblos campesinos de la región. .

Al interior de esas viejas casas se desarrollaba otro estilo de vida muy diferente al nuestro.

Un amigo mío de Envigado, un ilustre lunático, vive con un gato siamés en una de esos inmensos caserones de comienzos del siglo XX. Debajo de ese caserón se encontró un antiguo cementerio indio. Mi amigo dice que ha visto espantos en los corredores de la casa y que como no les teme, habla con ellos. Dice que esas apariciones le cuentan historias. Refiere que hasta hace poco encontraron y sacaron algunos trastos de cerámica y huso, algunas vasijas con adornos de oro, que estaban enterradas debajo de la chimenea de la cocina.

De todos modos, es cierto, que las casas viejas tienen de todo: leyendas, historias descabelladas y disparatadas, espantos, tesoros, recuerdos, polvo y estiércol.

2010

EL PARQUE DE LAS TRES AGUAS EN CALDAS, UN ELEFANTE BLANCO.

Jorge, el celador del Parque de Las Tres Aguas en el municipio de Caldas, Antioquia, nos cuenta:

“Esto antes de ser el Parque de Las Tres Aguas era un botadero de basura donde tiraban cuerpos asesinados y mutilados de Medellín y de aquí mismo de Caldas. Ahora los muertos los arrojan por Barbosa y Girardota. Pero de eso hace cuatro o cinco años atrás. Yo recuerdo que esto era muy bonito, había aves del paraíso, bandadas de guacamayas y mayos que se depositaban encima de esos cadáveres, haciendo mucho alboroto, como alertando a los que por ahí pasaban de que había cadáveres sumergidos dentro de la basura; además de los gallinazos que allí encontraban en manada alimento de los desperdicios y de los cuerpos en descomposición. Hasta hace quince días, a comienzos de junio hubo una vendetta de “jíbaros” que se peleaban por el control de las plazas de vicio, y se mataron entre ellos mismos. Por entonces, aquí en el parque, que primero visitaba la gente a disfrutar, donde había tiendas para la venta de alimentos y otras cosas, dejó de venir por temor…”

Ahora con el recrudecimiento de la violencia en Medellín, la población de Itagüí, de Caldas, de Copacabana y otras periferias de la ciudad, está alarmada.

Jorge, el celador, continúa relatándonos a mi amigo John Jairo y a mí, estos sucesos:

“Este parque es un “elefante blanco” de la administración del anterior alcalde de Caldas, Guillermo Escobar… Pero al menos se rescata que fue construido sobre el botadero de cadáveres, y entonces cambió un poco la urbanidad marginal del sector, que limita con el barrio La Inmaculada, donde todavía las ollas de vicio y drogas causan violencia y terror. Hace poco, en La Variante de Caldas, debajo de un puente, se encontró el cadáver desmembrado de una mujer, que las autoridades no sabían si era de Medellín o del municipio de Caldas. Lo que va corrido de este año han asesinado más de doscientas cincuenta mujeres en varias partes, entre Santa Bárbara, Versalles (donde quemaron a una mujer que se llamaba Berenice y que decían que era bruja, pero luego se descubrió que había sido asesinada por un litigio de tierras), Caldas, Calatrava en Itagüí y en las comunas de Medellín; lo que más alarma es que estos sitios, en las zonas agrestes y cerca de las riberas del río Medellín, se han convertido en los botaderos predilectos para arrojar muertos”.

Las autoridades creen que se trata de ajuste de cuentas entre organizaciones delictivas y malhechores de La Oficina de Envigado, que están operando en toda el área metropolitana y fuera de ella, en las inmediaciones.

La mayoría de los asesinatos son de jóvenes de los estratos bajos que incurren en el peligroso mundo de las drogas, consumo y comercialización. Y por eso tenemos la gran dimensión de este problema social que ahonda y asfixia a los sectores tanto económicos como familiares.

“Me asusta mucho –dice el celador Jorge-, cuando escuchó esa parvada de aves enloquecidas, que parecen gansos, imagino que están haciendo ruido para delatar los cadáveres. Por ahora hay mucha inseguridad. Espero que esto se resuelva pronto y el parque vuelva a funcionar correctamente. Pues la cosa va como bien, porque la gente está volviendo a retornar, aunque tienen todavía sus reservas y temores. Antes El Parque de Las Tres Aguas, era un nido de marihuaneros y atracadores; pero, poco a poco, se ha ido recuperando el lugar, y pronto, confío, en que vuelva a funcionar como antes en que era un espacio sano y agradable para el esparcimiento, la diversión y el entretenimiento de la comunidad”.

15 de junio de 2013

DE LA MÁQUINA REMINGTON AL WHASTAPP

Tiempo atrás que dejé la otrora sofisticada máquina de escribir Remington abandonada en el escritorio, allí permaneció por muchos años detenida, luego sin uso inmediato al volverse una antigüedad del diario trajín intelectual, obsoleta manivela de caligrafías, casi como una reliquia o una decoración más de la casa, acaso desdentada armazón lingüística retraída que podía aspavientar los silencios, responder unas turbias preguntas osadas.

La Hemingway, lo sé y lo creo, utilizó magistralmente su máquina de escribir para potencializar sus extraordinarios copiados. Y así apropiándose de las voces de los escritores vivos y muertos en su teclado.

Y por supuesto, que las máquinas de escribir Remington tenían un merecido oficio utilitario, proporcionar a los escritores y escribas modernos acercarse a la avante tecnología de entonces.

Redacté en aquel formidable instrumento con ingenuo optimismo y presuroso deseo mis primeros apuntes ingeniosamente literarios.

Dice Rosa Montero: «Hay tantos métodos de escritura como escritores.», transcribir las inesperadas emociones en cuadernos colegiales o en papeles sueltos, inmerso en un afán continuo de descubrir que el azar y el destino, el asombro del mundo, son inherentes al nacimiento o ruta del hombre.

El escriba, escribano, escritor, ilustre lingüista, tiene la intención de producir un argumento notorio. Y luego de materializar esas ideas y reflexiones de la vida, del pensamiento sublime y de la naturaleza humana, ya debe sentirse que su labor lo exonera de los sentimientos, deseos y entusiasmos.

Cuando me sentaba frente a mi máquina de escribir Remington a organizar mis apuntes me sentía que empezaba a habitar una fábula, entraba en un trance misterioso de comunión conmigo mismo., de auto conocimiento y de formular también El Cosmos.

Quizás, toda fórmula esperanzadora, estudio crítico, tejido de opiniones, conjeturas y otras suspicacias debían ser tecleaba insistentemente en aquella vieja máquina Remington, compuesta de melodías de piano, de manchas tipográficas en las páginas en blanco.

Pasaron años y muchos años y la máquina Remington quedó archivada como un ser congelado dentro de la casa, llamándome desde el olvido.

Desde tiempo atrás había irrumpido en el mundo capitalista la primera generación de computadores. Había comenzado una ágil era de comunicaciones que alertaba nuevos cambios, puesto que la humanidad entera estaba tocada por los flujos de una absorbente dimensión comunicante que aceleraba la laboriosidad creativa, la invención del microchip haciendo de los seres humanos novísimos entes robotizados que entraban de lleno a una etapa comercial en la evolución mecánica.

Sucesivamente llegó la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta, la séptima, la octava, la «posible» novena generación del computador, y el mundo enloqueció.

Conseguí mi primer computador cuando me contrataron como profesor de secundaria en una escuela rural, los computadores para los profesores y para los niños los donaba el Gobierno de Colombia en su campaña para abastecer de elementos de enseñanza las escuelas pobres del país -había una masificación de computadoras por todo el territorio nacional en la década de los años 80-.

Con los novedosos computadores utilizábamos el novedoso messenger -un chat que causaba furor-, empezaron los e-mails a propagarse por los confines del planeta, utilizábamos Word que constantemente evolucionaba, y también los niños de la escuela podían dibujar en Paint.

Entrábamos de lleno a la era digital predicha por Steve Jobs y Bill Gates, y veíamos constantemente en las vitrinas de los almacenes la gama de productos innovadores que cambiarían nuestra visión de la enseñanza y de la educación, de la comunicación intelectual, personal y literaria.

Y siguieron las invenciones mecánicas perfeccionándose en cada detalle, logrando reemplazar una máquina artificiosa y útil por otra más avanzada, de la misma manera como nos suplantamos nosotros mismos en el devenir del tiempo.

Ahora escribo por Whatsapp, por Facebook, por twitter, mis sentimientos mezclados, mis ideas revoltosas y revolucionarias quizá, mis impresiones lingüísticas.

Y lamentablemente mi máquina de escribir Remignton sólo existe en mi agradecida memoria como mi primera amiga que me acercaba a mis constantes deseos de escribir.

2016

LÁPIDA LIBERTAD POR EL CHAPECOENSE

(In memoriam)

Ruidos enloquecedores en la ciudad atolondran mi cabeza y zumban mis oídos, espero se acallen y pueda dormir a tientas de mi oscuridad de roca sin tiempo.

Y se fueron en ese veloz vuelo, los del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, para no volver, dicen… pero sí están acá los cadáveres amontonados entre sábanas blancas por la pendiente del cerro Gordo donde se estrelló el avión, los 71 cadáveres… Nadie lo puede creer, el mundo está en shock… fatal lunes en la noche del 28 de noviembre de este año bisiesto 2016.

En la atmósfera opaca de las imágenes del accidente, sufrientes seres atacados por los látigos de la tristeza y de la angustia, los escucho por el canal de televisión.

Presto hay un rescate, algunos sobrevivientes del siniestro aéreo, noticias lamentables del sórdido hecho, desafortunadas.

Mi cuerpo se entumece, invoco el acorde de Dios, su brillo de ensueño, su palpitar silencioso entre galaxias y estrellas brillantes, su marcha celestial por los cielos.

Fue ambigua y caótica la noche de esa tragedia, lo recuerdo con claridad, hasta el amanecer los reportes, los rescatistas y las sirenas de las ambulancias emitiendo esos silbidos que aterrorizan mucho más, la peor pesadilla del fútbol actual en medio de lodo, lluvia, fragmentos despedazados de la aeronave por los montes, potentes instantes del fin se desplomaron sobre la tierra boscosa y mojada, así es el sueño truncado de la fama y de la gloria cuando la esperanza nos quiere abandonar. Esperanza alegre de ganar una copa de fútbol, La Suramericana contra Atlético Nacional de Medellín. Pero se cruzaron signos fatídicos.

Y luego el inevitable escozor de la tragedia, se trasladan en emergencia cuerpos inertes en helicópteros a hospitales, a Medicina Legal, rabiosos comentarios, alguna oración apacigua estos idiomas fúnebres, afiebrados, multiplicados en homenajes. Se ensombreció la Vida, semblanza de viento en la memoria, la memoria que es una mancha de sangre sobre nuestros ojos.

Esto no es ajeno. Denuncio que es una injusticia del destino que nos ha deprimido terriblemente.

Entonces grandes homenajes por las 71 víctimas, preparados los cadáveres para ser repatriados a sus países de origen, Brasil, Bolivia, Paraguay, Venezuela… y la ciudad de Medellín, en Colombia: y todo el mundo del fútbol en duelo, las voces de los hinchas de los equipos con un solidario grito libertario que respalda lo funesto. con los corazones quebrados. Sin consuelo los controladores aéreos, también tenemos el piloto y el copiloto, las azafatas entre las víctimas, y los cadáveres de los chapecoenses desgarradoramente identificados.

No puedo sino pedir fortaleza para la moral desmoronada que anida dentro de todos nuestros corazones destrozados. Aconsejo mucha fuerza en momentos trágicos de dolor y agobio espiritual sin medida. Mientras el Destino se burla de la civilización, armado de intrigas altamente peligrosas. Campeones que han fallecido, cuyas leyendas de valor resurgen en medio de nuestro mundo herido.

Abandonamos en lápidas a los guerreros hombres. Alguna placa conmemorativa recordará por siempre esta calamidad aérea que ha sacudido este año aciago. Corregir historias es como cruzar a pie negras telarañas, por lo que creo que es imposible rediseñar el pasado, componer los extraviados artilugios del destino.

30 de noviembre de 2016

•Se excluyen los textos: “Las Hormigas” y “La cabra de las nieves en mi cuaderno de apuntes”, premio juvenil de cuento JOMABER- 1983, “Pájaro de mal agüero”, segundo lugar en el II Concurso Departamental de Cuento CALDAS- 1994; y el poemario “Memorial del Norte, Memorial del Sur”, II lugar en el VII Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía en 2003, manuscrito en poder de La Casa Municipal de la Cultura de Caldas. Los demás son manuscritos extraviados. (Nota del Autor.)

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