Piensa en todas las figuras de amor que se te han presentado.
Comienza con un niño que te inspira protección, recuerda que fue su arrogancia adolescente lo primero que te hizo sonreír. Continúa con amores jóvenes, inocentes y tiernos.
También sentiste miedo. Miedo de no ser suficiente para alguien que al día de hoy apenas y soporta estar en la misma habitación que tú.
Tuviste mirando tus ojos a un hombre que jamás pensaste que podrías llegar a tener. Lo tuviste en una noche de luna en lo más alto de una montaña. Lo tuviste mientras caía la niebla. Pero apenas subió a su ave, lo perdiste para siempre.
Tuviste cuerpos. Tuviste un alma. Tuviste un corazón tan cerca de otro que podría yo recorrer con mi yema la cicatriz de la separación que no tuvo nada de limpia y quirúrgica, fue más bien una carnicería despiadada. Tuviste unos ojos verdes donde miraste campos de margaritas. Tuviste unos ojos azules donde te perdiste encontrando la línea que divide el mar del cielo. Tuviste unos ojos oscuros que te asustaban con su perversión.
Tuviste un pecho donde te sentiste segura por noches. Tuviste un par de brazos fuertes que te enjaularon durante días.
Todo esto tuve y todo lo volvería a vivir, por sentir en mi corazón dicha otra vez.
OPINIONES Y COMENTARIOS