EN LA ETERNA NOCHE

Incertidumbre a la lejanía en espera de una luz en medio de la oscuridad, ansiedad infinita que acompaña la noche, desesperante tiempo que transcurre sin ninguna respuesta, sin ninguna señal; solo acompaña el sonido repetitivo de las olas del mar, interpretando una de las melodías más hermosas de la naturaleza.

Intriga por tan anhelado avistamiento de esa grata presencia, que arrebata la tranquilidad de la noche y altera toda la vida inerte que rodea la orilla del mar.

Reflejo de la ansiedad en las aguas turbias iluminadas por la luna, brindando una impresión de que allí se desata una batalla sin fin, entre la soledad y el miedo.

Cientos de acompañantes deambulan entre las rocas y la arena, custodiando la agónica espera que se vive a diario junto al mar, guardianes de las noches que invaden de tranquilos ruidos, los mágicos momentos de ansiedad que se prolongan aún más y más.

Nebulosa madrugada que enceguecen las estrellas, ocultando la claridad y atenuando la oscuridad.

Interminables susurros del viento soplando, armoniosa brisa chocando con las hojas entrelazadas de las palmeras, murmullos del mundo transportados por el viento, recorriendo cada rincón del planeta, dándole vida a lo inerte y elevando las llamas del fuego intenso.

Mágicas creaciones que han de juntarse para apaciguar la eterna espera de un nuevo y naciente día, esa pequeña luz que crece rápidamente al contar cada minuto, ese primer rayo de sol que acaricia la creación que conforma todo el planeta y despierta la vida con la claridad absoluta.