OSCURA SOLEDAD

A orillas de la oscuridad rodeado de una ruidosa naturaleza que me acompaña en mi soledad, obligado a continuar siguiendo las líneas del camino que me indican la dirección de mi destino. Perseguido por la oscuridad, ¡ni siquiera mi propia sombra me acompaña! Solo soy yo y mis pensamientos que me enloquecen a tal punto de callarlos a gritos.

Me siento exhausto, cansado pero mi temor es más fuerte y me impulsa a seguir adelante, a no detenerme, a continuar luchando contra la carretera que se alarga aún más con cada kilómetro recorrido, infinito rio de concreto que en ocasiones confunde mi camino para consumirme en esta oscura soledad.

Recorro horas convertidas en kilómetros, tiempo en distancia destinado a no recuperarse, a perderlo en el pasado y dejarlo como recuerdo, momentos ausentes que destinan mi presencia a una cobarde vida de intranquila soledad, que en mis horas de trayectos no supe valorar.

Solo en el universo, en esta dimensión de temores acechantes, ruego por una compañía que me demuestre que no estoy solo, que no soy el único.

En espera del crepúsculo que me demuestre la belleza de la soledad que me rodea, de los sonidos de la tenebrosa naturaleza que me ha acompañado por mi travesía, de ese despertar de la vida inspiradora y misteriosa.

Este es mi momento de soledad que me lleva a cuestionarme, a recapacitar por mis acciones diarias, a reflexionar por los motivos de amargura y tristeza que he cometido, aprendiendo de ellos, pero también a motivarme y sonreírle a la vida por mis logros y mis virtudes, soy quien soy y aprendo de mí mismo.

Recorro la oscuridad en busca de la luz.

Recorro la soledad en busca de la compañía.

Recorro la noche en busca del amanecer.

Recorro los miedos en busca del valor.

Recorro mi camino en busca de mi existir.