Arderé sin miedo

Tus palabras son el agua que alimentan la tierra que me mantiene de pie. No temo caer porque sé que siempre beberé de ella.

Tus caricias abrazan mi corazón, sintiéndose cálido y seguro. Aunque a veces están ausentes, sé que llegarán en el ocaso.

Tu mirada me ofrece el paraíso infinito que me invita a pasar largos ratos contigo, y luego descubro, que ahí adentro el tiempo no existe.

Tu sonrisa vibra dentro de mi y eriza cada bello de mi cuerpo, embriagándose de locura y simpleza.

Arderé, arderé cuando tu agua se escasee y no hidrate la tierra que me mantiene viva.

Arderé, arderé cuando tus caricias se ausenten y ya no abracen mi corazón, dejándolo expuesto al fuego del dolor eterno.

Arderé, arderé cuando tu mirada no permita hundirme en lo profundo de tu alma.

Arderé, arderé cuando tu sonrisa se apague y solo queden cenizas de los buenos ratos que pasamos juntos.

Hoy decido dejar el miedo a que mi corazón arda y deje cenizas de un amor eterno. Hoy me aventuro a caminar contigo, a escalar grandes sueños y a permitirme ser feliz, por la simple razón de tu existencia.