PEQUEÑOS PERO GRANDES PLACERES DE LA VIDA

PEQUEÑOS PERO GRANDES PLACERES DE LA VIDA

Danna-R

27/02/2021

Una taza de café en las mañanas, puede escucharse tan insignificante y tan sin sentido, pero estoy segura de que muchos no pueden iniciar su día, sin el aroma y el sabor de un buen café.

Una copa de vino, tinto o blanco, dependiendo de los gustos; tan simple, pero en una noche donde te mueres del cansancio de tu largo día de trabajo, sabes que es tan placentero sentante en tu sofá prefenido o en tu terraza a la luz de la luna y las estrellas; y saborear esa rica y relajante copa de vino.

Escuchar música suave, mientras tomas tu computadora o una libreta y te decides escribir un buen texto, o lo que se te ocurra en ese momento.

Disfrutar de momentos asolas, aunque muchos piensan que la soledad es mala consejera, muchas veces sirve para aclarar tus ideas y sientes gran paz en tu interior, cuando esto sucede.

Relajarte en tu cama y leer un buen libro, en una tarde lluviosa. O ver esa pelìcula de los ’90, que aunque la hayas visto mil veces, disfrutas verla como la primera vez, en lo personal me encarnta «Mujer Bonita».

Pasar tiempo con viejos amigos, que aunque hablen de las mismas cosas siempre, es tan agradable su compañía.

Visitar a tus padres, que ya viejos te repiten una y otra vez esa historia, la que escuchas con atención y les haces creer que es la primera vez que te la cuentan, poniendo tu cara de asombro.

Pasar ratos con ese hermano con el que siempre te peleabas y con el que nunca llegaron a estar de acuerdo en algo, además de divulgar tus secretos ante tus padres; pero a pesar de todo, disfrutas de su compañía y aún le sigues contando tus secretos.

Andar descalzos por toda la casa o el patio para los que lo tienen;  y sentir como se llenan tus pies de polvo o tierra, sentir el cesped en la planta de tus pies, mientras la brisa golpea tu rostro, no hay nada que se le compare.

Pequeños pero grandes placeres de la vida. Donde no necesitamos millones para sentirnos bien,  ni irnos a esa isla paradisiaca y hospedarnos en el hotel más lujoso. 

No necesitamos de una enorme casa con picina y jacuzzi. Ni el carro último modelo del año o el último iphone que salió al mercado.

No necesitamos un spa para relajarnos, lo hacemos a la antigua, con un buen baño y recostarnos en nuestra alcoba.

Pequeños y para muchos cosas sin sentido, pero sabemos que son los mejores momentos de nuestras vidas y que los disfrutaríamos al máximo, si les prestamos más atención.

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