CAPÍTULO 2

Jesús vino a padecer la muerte y a salvar a los hombres — Él vino para expiar los pecados del pueblo.

Glosas:

  1. Jesús murió para salvar a los hombres. No entiendo esto, si los hombres seguimos muriendo todos los días.
  2. Expiar los pecados del pueblo, ¿entonces ya nadie peca?

POR tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos desviemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?

Glosas:

  1. Debemos atender a las cosas que hemos oído. ¿Pero cuales cosas son esas? R. La palabra dicha por medio de los ángeles.
  2. Yo no sé qué dijeron los Ángeles, ¿Cómo puedo transgredir algo que no conozco?

La cual, habiendo comenzado a ser publicada por el Señor, nos ha sido confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios, y diversos milagros y dones del Espíritu Santo según su voluntad.

Glosas:

  1. Esas palabras fueron publicadas por el señor, y fueron confirmadas por los que las oyeron. Los apóstoles. Y Dios ha testificado todo ello con señales y prodigios y milagros.

Porque Dios no sometió al dominio de los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos. Pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria? ¿O el hijo del hombre, para que le visites?

Glosas:

  1. El mundo venidero no está sometido a los Ángeles, sino a los hombres, porque el hombre es tan importante para Dios, que éste sacrificó a su propio hijo, para su salvación.

Tú le hiciste un poco menor que los ángeles; le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todas las cosas sujetaste bajo sus pies.

Glosas:

  1. El hombre es un poco menor que los ángeles.
  2. Dios coronó al hombre de gloria y honra.
  3. Todas las cosas de este mundo Dios las creó y las sujeto a la voluntad del hombre.

Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra por el padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

Glosas:

  1. Pero no todas las cosas están sujetas al hombre, todavía.
  2. Jesús fue hecho un poco menor que los ángeles, cuando se hizo hombre.
  3. Pero cuando murió fue coronado de honra y de gloria, por su padecimiento. Luego padecer y sufrir nos puede coronar de honra y de gloria a nosotros también.
  4. Pero todo ello fue posible no por el sacrificio de cristo ni el nuestro, sino para la voluntad de Dios. Luego, Dios no hace nada gratis, todo tiene un precio y éste es el sufrimiento y la muerte.

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que, habiendo de llevar la gloria a muchos hijos, perfeccionara por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

Glosas:

  1. Dios lleva la gloria a todos, pero esta sólo se perfecciona por aflicciones.

Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.

Glosas:

  1. El que santifica es Jesús y los hombres somos santificados por él. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos y en medio de nosotros alaba a Dios.

Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que me dio Dios. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir, mediante la muerte, al que tenía el imperio de la muerte, a saber, al diablo, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Glosas:

  1. La tierra es un planeta que le pertenece al Diablo y todos los que vivimos aquí estamos sujetos a su servidumbre.
  2. Pero mediante la muerte de Cristo, el diablo fue destruido y los hombres fuimos liberados.

Porque ciertamente no auxilió a los ángeles, sino que auxilió a la descendencia de Abraham. Por lo cual, debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que atañe a Dios, para expiar los pecados del pueblo.

Glosas:

  1. Jesús no auxilió a los ángeles, sino al hombre. Por eso no vino como ángel, sino como hombre, expiando nuestros pecados con su muerte, al sacrificarse el cordero nuestros pecados nos fueron perdonados y quedamos libres de la servidumbre del demonio.
  2. Mi pregunta es: ¿Por qué sigue existiendo la maldad y el demonio aun continúa en control de este planeta?

Pues por cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Glosas:

  1. Jesús fue tentado por el demonio y superó la prueba, entonces él nos socorre cuando nosotros también somos tentados por el demonio.

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