No la dejes ir, aunque ya no la sientas de la misma manera no la dejes ir. Aunque al escuchar su nombre ya no se te paren los nervios y aunque su sonrisa a veces se mire gastada. Aunque ya no tengas el mismo deseo de hacerla tuya y naufragar entre su cuerpo. No la dejes ir, pues un día si la amaste y luchaste por tenerla no te rindas ahora que ya la tienes.
Ve y llénala de abrazos y besos y recuérdale de porque esta contigo. Sácale una sonrisa y tal vez algunas prendas. Busquen algo de amor agarrados del corazón o tengan un momento de pasión, pinten el cuarto de rojo y hagan que los vecinos se pongan celosos al escucharlos, deseando ser ustedes.
Dile que le amas y hazle manzanitas en los cachetes, pero no solo díselo, demuéstraselo.
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