Lebu era el infierno. Sin ella, cualquier lugar en el mundo era el infierno. Su nombre ya no está amalgamado en las rocas, creciendo en los valles, corriendo por el río.
Nada me parecía tan injusto, como que ella se hubiese marchado, junto a sus papás y sus hermanos por la situación económica. ¿Qué es eso? En qué libro de cuentos nos hablaron de aquello? Suena tenebroso, pero aún hoy no sé que es.
La ame, desde el primero momento que la vi, mientras ambos dábamos los primeros pasos, separados apenas por una verja y un rosal… cuantos recuerdos!
Podre no saber que es el hambre, que es la situación económica, que es el horror, la nostalgia, el destierro…
Pero en mis extensos ocho años, sin ella, puedo asegurar que tengo un pantallazo del infierno.
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