Me acuerdo de algunas cosas, como cuando tocaba guitarra hasta quedarme dormido, cuando escribir era mi mundo, cunando una hoja en blanco era algo hermoso a ser llenado, me acuerdo del olor de lápiz al escribir y de leer con entusiasmo lo escrito por otras personas, recuerdo los libros y su olor, recuerdo sonreír escribiendo y reír leyendo.
Era bellos aquellos momentos donde mi mejor amigo era las letras y los acordes, era muy bello componer con sentimiento, escuchar dulces notas en el aire mientras contaba, maravilloso ese recuerdo, maravilloso el soñar despierto con estudiar música; maravilloso soñar despierto con estudiar letras, maravilloso querer ser artista.
Mientras recuerdo todo aquello siento hablar de alguien más.
Mis últimos poemas fueron al despecho o al amor insano, mis ultimas canciones fueron a un corazón lastimado, mi última historia la he olvidado, recuerdo mi primer seudónimo, me acuerdo de haberlo escrito en una carta de disculpas, me acuerdo lo mucho que me identifique con ese nombre, ya no se ni que dacia esa carta solo me acuerdo como la firme: El que escribe mejor de lo que habla. Ya ni hablar ni escribir, ya ni tocar ni cantar, ya ni oir ni tocar, ya estar y no estar no es un debate si no una afirmación.
Tal vez todos queremos volver al pasado, aquel en el que todo estaba bien, yo no, yo quiero volver al momento en donde me estaba destrozando la vida, el momento donde la cura de los males era un libro, el momento donde escribiendo el mundo no se venia a bajo, el momento en la música hablaba, callaba al mundo; el momento donde soñar despierto no estaba prohibido, el momento donde al borde de la destrucción tenia algo que aun me importaba.
Extraño escribir, extraño tocar, extraño cantar, extraño soñar, extraño leer, me extraño, pero el miedo es mayor al añoro por volver.
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