Y si te invito a quitarme la ropa,
romper mis barreras, haciéndome sudar.
No suelo invitar a nadie,
pero a ti, te dejo la puerta abierta,
porqué no me rompes el cielo,
construyes la noche estrellada
y entre tus piernas saturo el sabor
a sal, sin fronteras, con notas agridulces.
Tienes mejor sabor furtiva,
quiero entenderlo, romper
la ropa, quizá, los tabús y
que seamos locos, en la
habitación, evaporando el tiempo,
evocando los sentidos a un bajo rango.
Si te pido que irrumpas mi paz,
es porque quiero conocer tus demonios,
desvelar tus suspiros y tus pupilas dilatarlas,
junto a mis manos y tu entre pierna.
Quiero que me cautives,
que me quites sueño,
que tu texto me haga sentir que vibro,
que la sangre fluye de arriba a abajo,
que mis venas resalten y el brillo de
tu saliva las humecte.
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