Queda de testigo el frío de su mirada más no la cárcel en la que estoy preso por la revolución, una quimera mas de mi amor.
No cabrán los sentimientos en la flor de este poema, pero si los cigarros y las latas de cerveza que por ti bebí.
Hoy digo estas palabras pero mañana quizás sean así los testigos del amor veraniego que quedo en el lazo del olvido donde jamás me dejaste escaparme de ti.
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