E.T 2 El Retorno de Extraterrestre. Capítulo 2 Big Bear Lake

Si le hubieran preguntado al astronauta Neil Amstromg, cuál era la sensación mas parecida en la tierra, a caminar por la Luna, seguramente habría respondido: -Viajar por Nevada de noche. Michael, Elliot y Ben viajan por un paisaje lunar con un destino común, pero con distintas motivaciones. Ben quería conocer a sus primas. Nunca se habían visto, y al niño le hacía mucha ilusión, saber como iban a ser aquellas dos niñas que tenían la tremenda suerte, de celebrar su cumpleaños juntas. Michael, estaba muy preocupado por Gerty y por su madre, Mary. Y Elliot, no sabía porque estaba allí. Su motivación o mas bien su falta de motivación era una constante desde hacía años. Michael y Elliot, aún recuerdan como sujetaban la camisa de su padre. Y como ambos coincidían, en que aún, olía a él. Echaban de menos a Ben , pero no tanto, como cada día le recordaba su madre, Mary.

De repente, el teléfono de Michael comenzó a vibrar. Michael conectó el manos libres y detrás del altavoz sonó la voz de Gerty. –¿Michael?… – ¡Gerty! ¿Gerty dónde estabas? ¡Mama está desesperada! ¡Y John y las niñas! –se hizo un silencio- Michael, necesito que vengas, y que te traigas contigo a Elliot. –Elliot está aquí, Gerty. –Pues necesito que vayáis a por mama a los Ángeles, y vengáis a la cabaña. –¿A la cabaña del lago?. –Michael, si. –Gerty ¿Estas bien? Te noto rara… -Michael estoy bien. Solo estoy preocupada. Por favor, venid cuanto antes. Te quiero Michael, no tardéis.-se cortó la comunicación-¿Gerty? ¿Gerty? –Ha colgado Michael –dijo Elliot- -Ya veo que ha colgado Elliot. ¿Qué demonios la debe estar pasando? Vamos a buscar a mama.
La idea de ir a la cabaña del lago, después de más de veinte años, se le antojaba bastante extraña a Elliot. La cabaña del lago, estaba en Big Bear Lake. A dos horas de Los Ángeles. Ben, la compró antes de que naciera Elliot. Y ahora su madre Mary la alquilaba por temporadas. Era un sitio donde se podía conectar con la naturaleza y olvidarse de la rutina. No sabían porque Gerty quería que fueran allí, pero las instrucciones eran claras. A Michael se le ocurrió llamar a John. El marido de Gerty. Y la verdad fue que Gerty, ya se había encargado de llamarle a él y a su madre. Y cuando llegaron a los Ángeles, Mary, y las mellizas, estaban allí esperando con las maletas hechas y listas para salir en dirección a Bear Lake. Mary no había cambiado nada. Seguía igual que como la había dejado Elliot. Mary se acercó hacia sus dos hijos y los abrazó con ganas. A Elliot, le beso en la frente, y le cogió el brazo en el que le faltaba la mano. -¿Te duele hijo? – No mama. Ya no me duele. – Me alegro cariño. Luego se acercó a Ben y le dio un abrazo que el niño correspondió gratamente. Luego Ben, vió como dos niñas rubias idénticas como dos gotas de agua, miraban detrás de su abuela con curiosidad. –Hola soy Ben.-dijo el niño muy diplomáticamente. Las dos niñas empezaron a reír a carcajadas y una de ellas le dijo. –Ya lo sabíamos primo. ¿Sabes dónde vamos? –Ben no tardó en responder- A Big Bear Lake. –Te has traído bañador -dijo, la que parecía ser la mas espabilada de las dos- El niño se miró a los pantalones cortos que llevaba, y luego les devolvió la mirada, y respondió -No. –Pues entonces no te podrás bañar. En ese momento su abuela cortó la conversación y sentenció -Vamos a ver que tripa se le ha roto a Gerty. Big Bear Lake era un sitio maravilloso. Elliot lo recordaba con cariño. Los primeros veranos de la niñez de Elliot los pasó allí. Desde la muerte de Ben, ir allí, resultaba muy doloroso para Mary, así que dejaron de ir. Veinte años después con las heridas totalmente cicatrizadas, la familia iba a volver a su punto de encuentro. Cuando se acercaron a la cabaña, vieron que todas las contraventanas de madera estaban cerradas. Había una moto con sidecar aparcada cerca de la valla exterior. Y cuando cruzaron la puerta que unía la valla con la parcela de la zona anterior de la cabaña la puerta se abrió. Gerty salió con el semblante serio. –Hola. –dijo- No puedo explicaros exactamente lo que pasa, pero tenéis que prometerme que lo que vais a ver dentro de la cabaña no se lo podéis contar a nadie. Es sumamente importante que hagáis caso a los que os digo. Incluso vosotros niños. -la familia se miraban estupefactos los unos a los otros- Acto seguido Gerty entró dentro de la cabaña, y dejo la puerta entreabierta. Ellos la siguieron. Estaba atardeciendo en Bear Lake. Y los últimos rayos de sol, de un rojo intenso se reflejaban sobre el lago, dejando tímidamente que las primeras estrellas del firmamento se posaran sobre el agua. Cielo y tierra unidos en una misma superficie.

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