En un país, donde todos desean poder ser los más fuertes y los que tengan control sobre los demás, existen varios grupos. Estos grupos se formaron conforme a las habilidades y cualidades de cada quien. Ningún grupo se lleva bien pero, a pesar de eso, deben de estar juntos para poder hacer la gran pelea. Cada vez que realizan esta pelea, llegan a quedar empates o gana un grupo. Cuando gana alguno de los grupos, este tiene el poder sobre los demás, por lo que siempre los demás grupos tratan de derrocar la jerarquía de ellos.

Cada grupo tiene su propia forma de pensar y, sin compasión, les hace pasar por muchas dificultades a los demás. Ya que ellos quieren tener todo sin importa lo que les pase a los que no son parte de sus grupo. Todos los grupos son egoístas y no dejaran que los demás tengan poder por encima de ellos, por lo que siempre ponen resistencia. A causa de ello, todo el país está completamente en peligro, no se han dado cuenta de que cada vez hay menos lugares habitables, incluso, algunos grupos se han olvidado de sus propios miembros, ya que por ser débiles y encontrándose siempre en una constante guerra, los dejan olvidados. Estas personas que quedan olvidadas no son capaces de sobrevivir y mueren, ya sea solos o por otros grupos.

Después de la última batalla, el grupo de los guerreros han quedado como los gobernantes de todo el país. Y, al encontrarse en completo cansancio y falta de miembros, los demás grupos no pudieron levantarse en contra de ellos. Al ser un grupo de guerra, es muy difícil tratar de derrocarlos sin tener suficientes refuerzos. Sería como una derrota inmediata y, posiblemente, el completo exterminio de ese grupo. Pero, a pesar de ello, hubo un grupo que se levantó. Este grupo no tenía ninguna cualidad o habilidad. Este grupo era único, ya que demostraba lo fuerte que podría llegar a ser si todos cooperan y no deseaban que todos se encontraran divididos.

Ellos habían decidido dar, al fin, su primer paso en esta guerra para finalizarla. Ya no querían seguir viendo más muertos ni más guerras. Las lágrimas que aún recorría en los corazones de las personas no se podían borrar. Pero, entre las diferentes dificultadas que aparecían, no se podían rendir en conseguir lo que tanto han anhelado y dejar que se escapara de sus manos. Por lo menos, si no eran ellos quienes vivirían esta fantástica vida, deberían de forjar los lazos y el camino para sus hijos.

La forma de vivir en este momento era demasiado difícil para todos los grupos excepto para los guerreros, que eran lo que gobernaban todo el país. Sin embargo, ya habiendo sido un largo tiempo desde que ellos tomaron el mando, este grupo que se levanto fue desapareciendo poco a poco. No era de extrañar que se les fuera algo imposible ir en contra de los líderes de cualquier grupo y mucho menos de este que se dedicaba completamente a la guerra. Los rastros de este grupo iban cayendo hasta quedar en el olvido. Que más se podía esperar si los nueve grupos más poderosos de todo el país no estaban actuando y este, que era insignificante, quiso hacerle frente a uno de estos. Para que los demás grupos se mantuvieran al margen de poder intentar hacer algo en contra de cualquiera de estos nueve grupos, la exterminación inmediata siempre fue la mejor solución posible para cualquiera. Esto eras sin mencionar las alianzas que tenían cada uno de los demás grupos con alguno de estos nueve. Al ser que sólo los que estaban aliados a uno más poderoso era lo único que los mantenía todavía sobre la superficie de este terrible lugar pero, los que no lo hacían, terminaban muriendo de hambre. Esto no significaba que los que estaban aliados a alguno de estos nueve tuvieran todo resueltos puestos que podían ser echados si no eran de utilidad.

El grupo de los guerreros, que estaban al mando, era ahora el más poderoso de los nueve. Mientras los otros ocho se recuperaban para contraatacar, los guerreros estaban pensando en dar el golpe fatal para los demás en cuanto ser lograra recuperar. Pero, para ello, no sería el tiempo el mejor aliado. La recuperación de una batalla tan desastrosa tardaría dieciocho años. Esto fue debido al único grupo que se levantó, el cual lo hirió unos cinco años más de lo esperado. Los trece años que debían ser, fue algo de regocijo para los demás al ver aumentado a dieciocho.

El tiempo se acercaba y la próxima batalla estaba a la vuelta de la esquina. Con tan sólo un año para su recuperación, los ocho grupos se debían preparar sí deseaban evitar su destrucción y obtener el poder. Con esto en mente y los demás grupos desapareciendo, el momento tan esperado por todos se estaba aproximando dando temor a unos y felicidad a otros. Ahora que pasara en este nuevo choque, será tan fatal como el anterior o sólo será un simple cambio de gobierno. Lo único seguro de todo era la sangre que correría en el transcurso de esta y la posible desaparición de todos los grupos débiles.

Los primeros pasos para un solitario olvidado en el tiempo

– Ah, ah ah~ – miró hacia atrás, unos hombres de la orden de los guerreros lo venían persiguiendo y estaban dispuesto a matarlo a como diera lugar. Ellos, mientras trataban de alcanzarlo, gritaban – No te saldrás con la tuya – trataban de rodearlo – ya verás que lamentaras el intentar meterte con nosotros –. El muchacho, que sólo sonrió, viendo adelante el bosque, saco de su bolsa unas granadas y las lanzo a los lados. Estas, explotando, fueron evadidas eficazmente por los hombres. Al estar casi por atraparlo, de pronto se vieron envueltos en una neblina que no lograban entender de donde había salido. El muchacho, que se había puesto una máscara, se alejó sin dejar rastro. Aquella neblina, que era gas paralizante, dejo a toda la tropa y sus vehículos inmóviles. Esto se debió a que también había trampas que hicieron que los motores dejaran de funcionar.

El muchacho, viendo que ya no lo perseguían más. Se detuvo y, cerrando los ojos para poder concentrarse y analizar que nadie viniera detrás de él, dio una mirada afilada a su lado izquierdo, de dónde provenía una lanza hacia él. Al poner la mano derecha en el brazo izquierdo, donde se miraba la lanza clavada, se hincó y no se movió. Con una muestra de estar adolorido, entre los arbustos salió uno de los que le perseguían.

Mientras se acercaba a él, decía – no podrás escapar tan fácilmente en esta ocasión. No sabes cuánto tiempo hemos perdido por alguien como tú. Además, no creí que fueras tan hábil como para imposibilitar a todo mi escuadrón – se rió un poco – pero creo que ahora no volveremos a preocuparnos por tipos que no saben su lugar. Y, por haber tratado de infiltrarte en nuestros cuarteles, ahora será tu fin. Espero que ahora puedas pensar las cosas dos veces antes de ir. Aunque ya es demasiado tarde para ello – desenfundo una pistola que llevaba consigo y disparó.

Al ver como el muchacho quedo inmóvil, se acercó mientras murmuraba – creo que falle. Pero, bueno – con tono arrogante – no es como si pudiera hacer algo de todas maneras. Por lo que me divertiré un poco torturándolo para variar –. Estando frente al muchacho, le agarro por el cabello y levantándolo con el mismo, sólo vio como este se dejaba escapar poco a poco una risa que se volvía un algo maniática.

El hombre, pensando que era parte de la agonía que estaba pasando, dijo – no es divertido si no quieres ver la realidad – con voz altiva – ¡sé un hombre y afronta lo que ahora te está pasando! – el muchacho – ¿crees que me tienes? Pero sabes, no te has dado cuenta de donde te encuentras todavía ¿verdad? – el hombre, sin ponerle importancia, respondió asqueado – veo que no eras lo que esperaba y ahora ya no será divertido jugar contigo – levanto el puño con la intención de hacerlo ver la realidad a golpes o matarlo, lo que sucediera primero.

Pero, al estar por tocar su rostro, sintió un golpe en el estómago que lo mando a volar hasta chocar en entre los árboles. El hombre, mirando a su alrededor, sólo podía escuchar cómo alguien se movía entre a su alrededor. Se levantó y, tomando su pistola y espada, se proponía a contraatacar. Pero, sintiendo como sus fuerzas eran quitadas, recordó – alto, nos dijeron que desde hace un tiempo se comenzó a ver como varios hombres regresaban malheridos y sin fuerzas para continuar. También que muchos de ellos tardaron hasta cuatro meses para recuperarse. Se dice que es eliminación masiva de batallones y su principal campo de batalla son los bosques – en voz alta y sin dejar que el miedo lo dominara – no sé qué has estado pensando hacer desde un principio. Quizás hemos entrado a la guarida de un mal peor. Pero, sabes una cosa. ¡te iras conmigo! Pues la presa de este que caza los batallones no distingue a nadie y seremos arrastrados juntos – el muchacho apreció detrás de él y susurrando en su oído, dijo – eso no es cierto – le golpeo por la espalda mientras le colocaba algo al mismo tiempo. El hombre cayó al suelo

El hombre, que comenzaba a mirar borroso, miró como el muchacho le tiraba a un lado la lanza que supuestamente lo había herido. Dándose la vuelta, el muchacho dijo – ustedes son aficionados y ni siquiera se dieron cuenta de mi actuación. Sabes, me es muy gracioso como intentan mantener el control de todo sin querer ver que terminaran desmoronando todo. Pero, te diré algo, es tiempo de que todo cambie. Los nueve grupos deberán de dejar su orgullo y los haré comprender lo mal que han estado – y así desapareció.

Al haber pasado ya un mes, el hombre al fin despertó como si aún se encontrara en peligro. Con respiración agitada, vio a su alrededor y logró comprender que se encontraba en la enfermería. Al escuchar que se abría la puerta de su habitación, vio como entraba uno de sus superiores. Este al verlo, dijo sin mostrar ningún rastro de preocupación y completamente calmado – al fin ha despertado capitán. Por lo que veo ya se encuentra mejor en comparación del resto de su escuadrón. Bueno, eso no es de sorprender al ser uno de nuestros mejores capitanes que tenemos – el capitán – perdone señor, falle al caer en la trampa que me puso ese muchacho – el superior – ya veo. Pero, a quien usted dice “muchacho” es a quien tenemos que exterminar por ser la causa de que nuestras tropas terminen así de mal – el capitán – ese es el causante de todo. Pero, parecía completamente despreocupado y un tonto – el superior – pues “ese tonto” lo ha enviado a estar en coma por un mes y el reto de su escuadrón aún no despierta. Pero, como veo que usted ha sido uno de los pocos que no han perdido sus recuerdos sobre él, le daremos una oportunidad de poder recuperar todo lo que perdió si nos proporciona información útil – el capitán – sí señor, así lo hare – el superior – así será – se retiró de la habitación murmurando – muy pronto daremos nuestro mejor ataque a todos los grupos y ese muchacho no nos detendrá –.

Por otro lado, el muchacho, que estaba sacando a los que habían caído en su trampa y los dejaba en un lugar seguro para que los pasaran recogiendo sus compañeros en diferentes direcciones al ser de distintos grupos, pensaba – no puedo creer que aún sea así de mal como nos hemos vuelto. Pero no puedo hacer otra cosa hasta que crea que este sitió es completamente seguro – regreso al bosque y recogió algunas frutas de paso.

Al dirigirse en la profundidad del bosque, llego a una casa de madera algo vieja. Abriendo la puerta, sonrió como si todo estuviera bien. Mientras, dejaba las frutas en el comedor, una señorita salió detrás y se lanzó en su espalda. El muchacho, un poco enojado, dijo – ya bájate de encima – La señorita – como si eso quisieras, apuesto a que te gusta que haga esto – el muchacho – ¡claro que no! – La señorita lo soltó y dijo – bien, dime porque sigues fingiendo ser lo que no eres – el muchacho – yo no estoy fingiendo nada. Y no dejare que nadie entre aquí ni que sobrevivan si se atreven a hacerlo – la señorita – sí, como no, si fuera esa tu verdadera intención no me hubieras recibido y protegido aquella vez cuando mi grupo fue casi eliminado. Sin mencionar que fingiste ser el malo para traerme aquí y a otros sólo para sanar las heridas que teníamos por la invasión de uno de los nueve – el muchacho – yo no sé de qué estés hablando pero aquí sólo he tenido rehenes para que nadie se acercara y me dejaran en paz –.

Mientras dejaba la fruta y trataba de salir de nuevo, unos niños y unos ancianos salieron desde el otro cuarto. Él, al verlo, dijo – les he traído algo de comer. Se los dejo en el comedor y los revisare cuando regrese, uno de los ancianos respondió – gracias – el muchacho – no me agradezcas. Yo sólo los he tomado como rehenes para que no invadan este bosque – y salió.

El muchacho, al salir de aquella casa, se dirigió hasta un rió que pasaba cerca para ir por agua fresca. Mientras llenaba sus pachones, que no eran comunes ya que podían contener hasta varios galones de agua en su interior, escucho una voz que le dijo – veo que lo estás haciendo bien – el muchacho se volteó inmediatamente y, con preocupación, respondió – princesa, ¿qué hace aquí? Debería de estar en su habitación. Y… y… yo me dirigiré inmediatamente con usted para llevarlo todo lo que necesite – La princesa – no es necesario Salo. Sé que estas muy ocupado en este momento como para estar al pendiente de mí – Salo – Como cree princesa. Usted lo sabe muy bien, no hay nada más importante para mí que su propia vida y no puedo dejar que algo le pase – La princesa – Creo que el hecho que solo nosotros dos quedamos después del enfrentamiento que tuvimos, no significa que des tu vida por el grupo que se ha extinguido. Y tú, que eres de ese grupo y me has aceptado después de ser desterrada del mío, no te puedo pedir más que la compañía que me has dado – Salo – no es cierto princesa, vera, ya va siendo tiempo de que todo comience a moverse nuevamente y no quiero que le pase nada durante mi ausencia – La princesa – no creo que algo me pase, sobretodo, después de que has ayudado a varios grupos y les has advertido de venir a este lugar, no creo que algo me pase. Pero no creo que el seguir tratando de cambiar la forma de pensar de un solitario como lo has estado desde siempre hasta mi llegada y me ha tratado muy bien sea mi decisión – Salo – no se preocupe por nada princesa, yo me encargare de que vuelva a tomar lo que le fue arrebatado injustamente y vuelva con su pueblo –. Salo la llevo hasta la casa de madera y, después de revisar a todas las personas que se encontraban ahí, volvió a revisar que nadie estuviera merodeando por los alrededores.

Al día siguiente, luego de que la casa quedara casi vacía, ya que todas las personas recuperadas fueron devueltas a sus grupos, Salo comenzó a prepararse para partir del bosque hasta el grupo de las “corrientes” para terminar su promesa hacia la princesa.

Al llegar hasta la central del grupo, sin que nadie se diera cuenta de su presencia, se dispuso a esperar a que la noche llegase para ejecutar su plan. Pero, como no podría ejecutarlo con éxito si no tenía cuidado de que lo reconociesen, se dirigió a dar un vistazo de que todo estuviera llevando conforme lo que tenía planeado sin ninguna alteración. Una vez caída la noche, se propuso en entrar al lugar donde se encontraba los capitanes del grupo para poder hacerlos llegar a rendirse.

Mientras evadía a los guardias que pasaban por el camino, fue ingresando por las habitaciones hasta llegar a estar frente a la puerta donde deberían de estar los capitanes. Pero, al no oír ni un sólo ruido, vio por detrás de él. Los capitanes ya tenían en mente que les iban a realizar una emboscada como esa y se prepararon para retenerlo. Salo, que cubría su rostro con una capucha, sonrió mientras murmuraba – creo que deberé de tratar esto por la fuerza – y se lanzó contra todos los capitanes. Durante aquella noche sólo se escuchaba un pequeño eco de unos golpes que dejaron pasar el silencio y ya no saber nada de los capitanes que estaban ahí.

Tres días después de aquel día, los capitanes, que en realidad eran parte del grupo de los guerreros, dejaron aquel lugar y con ello la princesa regreso a tomar el mando. La princesa, que no sabía que en realidad Salo paso por bastante tiempo hasta el día en que contraataco, pensó en enviar a su ejército en contra de los guerreros para que no los volviesen a molestar otra vez.

Pero, al escuchar que la convocatoria para la gran batalla sería anunciada muy pronto, decidió fortalecer a su ejército y nombrarse como el próximo que estaría por encima de los demás. Este deseo egoísta era el resultado del odio que vivía en su interior por ser tomados como unos criminales. Esto era sin mencionar que decidieron negociar con uno de los ocho. Pero, a pesar de que la princesa fue en busca de Salo para que se uniera a su revolución, ya que creía que él sentía el mismo resentimiento que ella por lo que han hecho con su grupo. Pero, por más que se adentraron en el bosque no lo encontraron y la cabaña que estaba en aquel lugar ya había sido destruida y la bandera que hondeaba era del grupo de los “mares”. Con esto era evidente que había sido derrotado y, viendo que había varios cadáveres y sangre, la posibilidad de que estuviera vivo ya era nula al haber sido arrasado por uno de los ocho. La búsqueda de Salo concluyo y los grupos que creían que él era invencible lo olvidaron rápidamente.

El tiempo seguía transcurriendo y, al estar a tan sólo un mes para la gran llamada en el gran auditorio para dar inicio a la nueva batalla, todos los grupos andaban terminando sus preparativos para tal acto. Lo que todos mantenían en cuenta era el simple hecho de no perder las alianzas. Esta era más bien la llamada masacre que empezaría muy pronto y el exterminio de varios grupos más como siempre ha sido.

La predicción de que el grupo al mando en ese momento debería de estar todavía debilitado fue puesto fuera de discusión al ver como empezaban a imponer su poder para ahuyentar a todos los grupos y de esa forma evitar que se pusieran en su contra. De tal manera que, al llegar el día tan esperado, poder contar con ningún levantamiento y así poder seguir gobernando sin ninguna preocupación o eso es lo que esperaban.

Al llegar el día predilecto, se veía grandes tropas que desfilaban en dirección al gran auditorio de la guerra para ser testigos de todo lo que sucedería y, a la vez, ser partícipes del mismo. Sin embargo, la tensión que se lograba sentir en la atmosfera, que no provenía únicamente de los pequeños grupos sino que era también de los mayores, dejaba al grupo de los guerreros sentir que podrían ganar sin tener que levantar ni un solo dedo.

Con un día de anticipación, ellos ya habían preparado una emboscada hacia todos los grupos en caso de estar en desacuerdo con que ellos continuaran siendo los líderes del país. Y esto lo sabían todo, no por nada se llamaban los guerreros, que desde tiempos antiguos se han encargado de mantener en orden todo el país y evitar que entrase cualquier amenaza desde fuera.

Estando todos reunidos, el líder de los guerreros entro al lugar con varios de sus soldados. Todos los presentes se pusieron de pie en espera de que diera inicio a la reunión. El líder veía como los rostros de algunos líderes dejaban notar el odio y el rencor que guardaban mientras los demás líderes trataban de contenerse al saber que no podían hacer nada o esperaban el momento adecuado para actuar.

Al llegar al centro del auditorio, se paró firme y dijo con autoridad – el día de hoy nos hemos juntado todos los grupos para dejar en claro que el gobernante de este lugar es el nuestro “los guerreros” y que, mientras sigamos siéndolo, nadie puede ir en contra de nuestras políticas. Así que, como única oportunidad que hemos decidido darles, les permitiremos dejar hablar y decir sus inconformidades con nuestra forma de actuar – se levantó uno de los líderes y, apenas alzando la voz para decir “me opongo a que ustedes nos gobiernen”, fue decapitado mientras, los que venían con él y trataron de hacer algo, fueron envenenados rápidamente y murieron en el acto. Todos los que se encontraban a su alrededor se apartaron para no verse involucrados.

Después de lo sucedido, las ganas para poder ir en contra de los guerreros se iban apagando. La velocidad con que pusieron todo en orden fue lo suficientemente poderosa como para hacer que todos retrocedieran y mejor analizaran más detenidamente si era bueno hacer frente en las condiciones en que se encontraban en ese momento. El líder de los guerreros continuó diciendo – si ya no hay nadie más que quiera agregar algo más, creo que es todo por hoy y nos veremos en una próxima. Por cierto, no olviden tener nuestra parte para mañana que nosotros no somos tan pacientes como para esperar a que se muevan – se rió.

Al estar por dejar esto por cerrado, se acercó ante una mesa de piedra que se encontraba en el centro de todo el lugar. Al disponerse poner su mano en ella para tener acceso al mando de todos, esta comenzó a hundirse y, en su lugar, salieron un escudo y una espada en señal de dar inicio la batalla. El líder, furioso, dijo -¡¿quién de ustedes se atreve a desafiarnos?! Que dé un paso al frente – todos, entre murmullos, trataban de averiguar quién había sido. Toda la sala sólo se escuchaba palabras como “no sé pero es el fin para todos”, “qué más podemos hacer si no se presenta el que hizo este enfrentamiento”, “y si fue el grupo que acaba de morir, entonces no sería mejor sólo echarnos para atrás y todo será resuelto”, “pobre de quienes se atrevieron a desafiarlos”, “ellos aún no están débiles y nosotros no estamos preparados para luchar, ¿cómo alguien se atreve a enfrentarlos? Ni siquiera nosotros los líderes de los ocho grupos más poderosos nos hemos levantado contra el noveno. ¿Es que serán tontos?” entre otras cosas.

Mientras todos seguían agitados y no se escuchaba respuesta alguna, el líder de los guerreros levanto la mano en orden de masacrar a todos por igual hasta no quedar nadie de pie. Todos los soldados se lanzaron al ataque pero, al apenas haber dado unos tres pasos, y todos los presentes retroceder un poco, estos cayeron inmóviles. El líder vio inmediatamente alrededor para ver quiénes eran los que estaban actuando y si había infiltrados en su ejército como para llevar a cabo tal acción.

Entre tal alteración y, al quedar todos inmóviles sin saber qué hacer, las puertas se abrieron de repente. Todos, que fijaban su atención a lo que estaba pasando. Se fijaron que alguien con una capucha negra iba entrando. Este, que hizo que todos los presentes abrieran camino y le permitiera llegar hasta la presencia del líder de los guerreros, no dejaba que se llegase a notar su rostro. Por alguna razón el escenario se había vuelto oscuro y sombrío. A pesar de la poderosa luz que se dejaba infiltrar desde el exterior por la puerta, esta no logro iluminar el lugar y sólo fue como una forma de dejar ver la alargada sombra de este sujeto que cada vez se acercaba más al centro.

La oscuridad que se apodero del lugar, pronto dejaría mostrar el cambio de planes que se venía para todos los grupos. Este sujeto, al estar frente al líder, lo ignoro para poder pasar a tomar una de las armas que se presentaban al centro y dar inicio a la gran batalla por derrocar a los guerreros del poder. Pero, el líder de los guerreros no lo dejaría, la frustración de sus planes es algo que no admitiría con facilidad ni mucho menos dejaría que sucediera.

Al darse la vuelta, el líder de los guerreros trato de atacar y no dejar que se llegase a tocar la espada ni el escudo. Pero este, al evadir sin dar un mínimo movimiento, toco el escudo. El rostro del líder, que dejaba escapar toda la ira y lleno de furia, mostraba su descontento ante tal situación. El líder cayó al suelo y, viendo cómo se separaban estas dos armas y daban un brillo verdoso, alzó su mano para lograr tocar la espada antes de que se esfumaran.

Al sentir como un poder pasó en su cuerpo, se rió y dijo – parece que no es tu día de suerte, ya verás que te has de lamentar el haberte metido en el camino de los más poderosos y, tú grupo, caerá contigo. Recuerda esto, los Guerreros no se dejaran vencer tan fácilmente – el de la capucha – no creo que sea tan cierto. A pesar de que en esta batalla no participaran los demás grupos, no creo que eso signifique que van a desaparecer mi grupo. Ahora, que se ha tomado esta decisión, ya no hay marcha atrás y para que sepas algo… mi grupo nunca los podrás erradicar si no logras vencerme de primero – el líder, con desprecio – ¿quién te has creído? No se saldrán con la suya. No me importa de qué grupo sean los que están actuando pero lamentaran el haberse levantado en contra de alguien que es mayor a ustedes – el de la capucha se dio la vuelta y empezó a salir del lugar.

El líder de los guerreros, con autoridad, grito – ¡todos, ataquen y no dejen que se escapen los traidores! – pero nadie contesto. Al darse cuenta de que todo su ejército se encontraba completamente inconsciente y que los demás grupos no respondían ni trataban de hacer algo, se levantó y trato de alcanzar aquella capucha antes de que cruzase la puerta. Pero, a pesar de lanzarse en su contra como el rayo, al casi dar un golpe en la espalda, esta persona se esfumo como si sólo fuese humo lo que estaba frente a ellos

Todos en un completo silencio, se quedaron pensando de quien se podría tratar. Será algún plan deliberado por buscar despojar a los guerreros del poder o sólo una locura suicida de unos locos que ya no saben qué hacer ni tiene la menor motivación por vivir. Lo cierto en todo esto era que el grupo era un desconocido por todos los presentes. Esto era debido a que todos los grupos estaban presentes y esperando ver algún cambio pero, el único que lo hizo, no era conocido por nadie.

El contraataque en las arenas del olvido

Al día siguiente, el líder de los guerreros ordeno que exterminasen al grupo que se atrevió a levantarse en su contra. Pero había un problema para llevar a cabo esta orden y esta era que no conocían de quienes se trataban ni mucho menos su ubicación. Por tal razón se lanzó un comunicado en todo el país de no involucrarse con este grupo si no deseaban tenerlos en contra. Esta advertencia la hicieron con el afán de poder evitar que los demás los traicionasen y también el de obtener información. Y, sobre todo, hacer que los demás grupos los eliminasen al sentirse amenazados por la presencia de este en los lugares donde viven.

Sin embargo, no se podría decir que esto fuese algo fácil. Esto era debido a que no tenían en cuenta de que contra el grupo que se enfrentaba ya sólo contaba con un integrante y todos los demás habían desaparecido sin dejar rastro de haber vivido. Por tal razón no lograría su objetivo tan fácilmente al querer tratar de intimidarlos ni aunque los amenazara con lastimar a sus familiares al tratarse de una sola persona sin nadie más con quien contar.

En medio de esta guerra, la sangre y la muerte de muchos se podían ver que no estaría fuera de juego. Pero, lo más impredecible de todo esto era si es de verdad una sola persona seria capaz de detener a una gran tiranía que ha reinado por mucho tiempo. La respuesta siempre seguirá siendo la misma y ninguno de los demás grupos podía apoyar la idea de que terminase bien para quienes se involucraran en contra del grupo que lideraba a todos.

Al haber pasado ya una semana, el muchacho se encontraba cerca una de las aldeas. En esta vivían un grupo menor los cuales se llamaban “los reptiles”. A pesar de que eran conocidos por un grupo que fue capaz de dominar a varios reptiles y llegar a domarlos y poder utilizar sus esencias medicinales que aportaba. Este grupo se encontraba bajo la mira de la extinción.

El líder del grupo se encontraba reunido con los principales funcionarios de los guerreros. En esta atmosfera que no dejaba nada más que mostrar la desgracia que se encontraban pasando en aquel lugar, era desastroso si no hallaban la forma de complacer lo que se les había pedido. El día era uno muy caluroso y, sirviendo un poco de limonada a sus invitados para que pudieran refrescarse con este caluroso día, empezaron a hablar.

Uno de los representantes que se encontraba en el centro, de los tres enviados por los guerreros, dijo – ya va siendo hora de que empecemos a ver los resultados que se le habían encargado desde ya hace tres semanas líder de los reptiles – el líder – no sabe cómo lo siento pero no será posible entregarle la cantidad exacta que han pedido, debido a que para ello necesitamos por lo menos dos meses para llevarlo a cabo – el del centro – eso no es nuestro problema. Y lo sabes muy bien, son órdenes del líder que gobierna todas estas tierras y, si no son de provecho, no es necesario que sigan viviendo aquí – el líder – pero… – el del centro – no puede dar excusas. Si no logra entregar lo que le hemos pedido para el día de mañana durante la puesta del sol, tendremos que destruir toda aldea sin dejar a nadie – el líder – por favor – trato de mantener la compostura – no pueden darnos otro poco de tiempo, por lo menos… por lo menos les podemos dar cuarta parte para mañana y les enviaremos el resto en cuanto lo tengamos – el del centro se rió un poco y respondió – que buena broma es esta, no ves que si nos das sólo la cuarta parte no servirá de nada. ¿Por qué crees que necesitamos todo eso? O ¿es que acaso ves todo esto como un juego? Ya que no podemos hacer nada con esa diminuta cantidad y, al ser que tenemos las órdenes de destruir este lugar si no cumplen, veremos si eso si es lo suficientemente realista para ustedes cuando vean como todo va a arder hasta quedar en cenizas – el líder – no, se los ruego, no lastimes a mi pueblo – el del centro – si no deseas que pase algo malo, será mejor que tengas todo listo para mañana – se levantó y le siguieron los otros dos pasando a retirarse.

Al ya haber salido de la sala, el líder cayo de rodillas en el suelo. Uno de sus integrantes de los funcionarios de su grupo, al entrar y ver cómo caía, corrió para ayudarlo. El rostro pálido de su líder era suficiente para poder entender que la situación en la que se encontraban no era buena y podría volverse peor si no actuaban de inmediato.

Al salir del pueblo, los generales del ejercitó menor estaban a la espera de poder recibir órdenes de destrozar todo el lugar u no dejar escapar a ninguno. Por lo que, a pesar de todo lo que les habían dicho que les darían hasta el siguiente día, no era más que una mentira. Lo que realmente pensaban era en destruir ese lugar antes del siguiente día. Sin embargo, como una única forma de lanzarse a destruir todo, debían de ver si contaban con algo valioso para llevarse.

Al ver regresar los representantes riéndose y diciendo entre sí “viste como nos miraba” “sí ni que de verdad algún alto funcionario se atrevería a venir a un lugar como este” “exacto, a penas y nos hemos dignado a visitarlos y, para que valiese la pena, debíamos de divertirnos un poco” “eso es”. Uno de los generales se acercó a ellos y pregunto – Coroneles, ya estamos listos para atacar en cuanto se nos ordenen – uno de ellos dijo – eso es grandioso. En cuanto terminemos con este lugar que se ha vuelto inservible para la nación, podremos ganar dos cosas al mismo tiempo. Será una lección para todos los que no nos sean útiles – volteo hacia atrás para ver la ciudad – y deshacernos de todo lo que sea un estorbo – levanto la mano y, al bajarla, dio la orden para atacar.

Los encargados de vigilar por que no entraran ni hicieran daño en el pueblo, al ver como en las montañas se acercaban un gran número de soldados, corrieron y alertaron a todos para que salieran del pueblo y pudieran escapar a salvo mientras ellos trataban de ganar un poco de tiempo. El líder, que salió inmediatamente con otros de los funcionarios, al oír que se acercaba un gran ejército, dijo un poco confuso – P pero ¿cómo es posible que esté sucediendo algo como esto en un momento tan delicado? Pero – corrió mientras aún tenía la esperanza de salvar a su gente – si logro llegar a pedirle que nos protejan los guerreros sé que podremos ver el día de mañana – se habría paso entre la multitud que estaba atemorizada y trataban de encontrar una forma de salir de aquel lugar.

Los demás funcionarios, al entender el motivo por el cual se había ido el líder trataron de calmar a las personas diciendo “no se preocupen, todo estará bien” “ya estamos buscando el apoyo de los guerreros para que nos protejan” “podremos salir de esta pero no tomemos las cosas tan apresuradamente” entre otras cosas. Pero, a pesar de sus esfuerzos, nadie les hacía caso. En eso, al llegar el líder con los guardias y tratar de pedirles que le ayudasen a llegar lo más antes posible con los funcionarios de los guerreros para poder salvarse. Sus ojos se estremecieron al ver que no se trataba más que ellos los que atacaban el pueblo y las fuerzas por pensar en que había una esperanza cayeron por los suelos, esto en conjunto con los demás que también creían en lo mismo.

Poco a poco el ejército se iba acercando y, aunque creían que podían huir, fueron completamente encerrados en aquel lugar al ser rodeados por todos lados. La sangre a derramar del pueblo estaba tan próxima que no sabrían si aguantarían siquiera ver como caían sus compañeros.

En eso, hubo alguien entre la gente que, levantando un azadón, dijo – no podemos rendirnos, si nos quieren matar, primero deberán de luchar por intentarlo – otro, con su piocha – tienes razón. Yo me uno, no puedo ver morir a mi familia así nada más – levanto la piocha y grito – ¡vamos! – El líder recobrando las fuerzas y escuchando un susurro que le decía – si tu pueblo se está levantando por defenderse ¿no necesitan de ti para que los guíes a la victoria? – el líder grito – todos, vamos a luchar por nuestro pueblo ¡no dejemos que nos arrebaten más nuestras cosas! – todos recogieron lo que pudieron para enfrentar al gran ejército que se aproxima contra ellos.

La batalla comenzó. Se escuchaba como las espadas chocaban contra otras espadas y todo tipo de objetos que habían levantado las personas del pueblo. A pesar de ser un caso fallido el intentar ir en contra de quienes son más poderosos que ellos, por lo menos deseaban morir defendiendo su pueblo en lugar de ser derrotados como si fueran simples insectos.

La sangre que comenzaba a correr por las calles eran suficiente para que los niños y sus madres, que se encontraban escondidas, temieran que fuera la última vez que se verían. Un niño, que se encontraba abrazando a su madre con mucha fuerza, y su hermana no dejaban de llorar. Su mamá trataba de calmarlos para que no hicieran demasiada bulla y los encontraban. Entre gritos de quienes eran hallados, su mamá dijo – no se preocupen hijos míos. Ya verán que mañana podremos ir al campo a cosechar nuestras fresas que tanto hemos cuidado y saben – las lágrimas comenzaban a salir un poco pero trataba de contenerlas lo más que pudiera y dar una sonrisa mientras seguía hablando – también, su papá dijo que los llevara cuando sea tiempo de ir a traer elotes y hacer un rico atol de elote y unos tamales – los abrazo al saber que ya no habría un mañana para ellos – no les gustaría volver a comer y tomar eso. Saben sabrá muy rico si le echamos un poco del azúcar roja que tanto les gusta en las cambrayes que tu abuela hizo para sus cumpleaños – y, sin poder contenerse más lloro junto a sus hijos en la espera de que fuese su turno.

La niña, recordando que dejo su peluche con su papá, soltó a su mamá y dijo – sabes mamá. Tienes razón, por eso iré a traer a mi caballito. Sé que él debe de sentirse asustado si esta sólo – su mamá la agarro fuertemente y dijo precipitadamente – no… no vayas a ni un lado – y con la mirada llena de miedo pero con determinación de estar con sus hijos hasta el último momento, no permitiría que se fuese alguno de su lado y esperaría ver a su esposo pasar por aquella puerta sano y salvo y que le dijese “todo está bien querida” era lo único que deseaba. Pero, al escuchar como la puerta se abría, tomo con fuerzas a sus hijos y dijo – suban hasta sus cuartos y no salgan de ahí hasta que yo les diga – el niño – pero mamá ¿qué vas a hacer? – su mamá – sólo hagan caso y verán que todo estará bien – el niño, tomando de la mano a su hermana, respondió entre cortado – si mamá, pero no nos dejes solos. Por favor – una fuente de lágrimas comenzaban a salir y recorrer el rostro de su mamá pero ella no los miró para que se fueran – ven pronto al cuarto con nosotros – su mamá – sí, no se preocupen – el niño y la niña subieron corriendo hasta su habitación. G

En eso entro uno de los soldados que dijo – que bueno es ver que intentes darles otros minutos de vida a tus hijos pero, creo que es una pérdida de tiempo –. La mamá, tomando una leña que tenía cercase dispuso a no dejar que subiera hasta el cuarto donde se encontraba sus hijos. Pero la fuerza del soldado no era algo con lo que pudiera lidiar, por lo que rápidamente se encontró tirada en el suelo sangrando. Su esposo, que apenas logro llegar a tiempo, al ver a su esposa tendida en el suelo, se lanzó en contra del soldado.

Él, que llevaba consigo un rastrillo, le hizo frente al soldado con la intención de no dejar que lastimasen más a su familia. Sabía muy bien que era peligroso que regresasen todos juntos si no tenía cuidado de que los siguiesen alguno de los soldados, por lo que estuvo abriendo camino y evitando que llegaran a su casa. Pero, al darse cuenta de que eran demasiados y no podría estar protegiéndolos así, regreso corriendo para decirles que escapara y que él haría camino para que se fueran del pueblo. Sin embargo llego tarde. El remordimiento por no haber podido proteger a su familia lo consumía mientras perdía fuerzas y el soldado estaba cada vez más cerca de vencerlo y matar a todos.

Los niños, que se encontraban en la habitación de sus papás, entre sollozos decían “papa, mama. Vuelvan pronto que nos sentimos solos” “papá ven en nuestro rescate” “mamá no nos dejes”. En eso, el vidrio de la ventana cerca ellos, fue roto. Los dos se abrazaron fuertemente y cerraron los ojos esperando ya su fin. La persona camino hacia ellos, los niños comprendieron que sus papás no los ayudarían y que también ya no podrían volver a verlos.

Al estar cerca ellos, la persona se hincó y luego los abrazo. Ellos, que estaban temblando de miedo, al sentir una grata presencia de calor y seguridad, se calmaron. La persona se levantó y dijo – ¿Dónde están sus padres? – El niño – están abajo – escucho un grito desgarrador. Saco una manta y les dijo – pónganse esto y no se lo quiten hasta que regrese – los niños se taparon inmediatamente.

La persona, al bajar por las gradas, vio dos cuerpos tendidos en el suelo y sangrando. Analizando la situación, pudo notar que todavía se encontraban vivos pero que podrían morir pronto si no hacía algo. Se acercó a ellos y, sacando un frasco de su bolsa, se propuso a darles primeros auxilios. Mientras comenzaba a hacer esto, una sombra se asomó por detrás de él y, levantando una enorme espada, la abalanzo en su contra para matarlo. Al estar casi por tocarlo, la espada se hizo en miles de pedazos en el aire. La persona, aplicando el medicamente rápidamente, se levantó después para ver quien lo ataco por la espalda. El soldado, que se había escondido al oír unas voces de arriba y luego los pasos en las gradas, pretendía dar una sorpresa y matarlo de un solo golpe. Pero, ahora que ya no tenía conque atacarlo y ver destrozado su garma de la nada, todo se le había dado la vuelta. Sus ojos, que no hacía más que dejar ver como salía su furia por tal perdida de su querida arma y, sin creer todavía lo que había ocurrido, se preparó para atacarlo con puñetazos.

La persona, que con apenas mover un poco sus manos, lo dejo inconsciente. Los padres de los niños, que comenzaban a recobrar la razón, sólo vieron como alguien con capucha salía de su casa y decía – sus hijos se encuentran bien pero será mejor que suban y los vean para que se calmen – ellos trataron de ver sus heridas pero este dijo – no se preocupen por sus heridas, ya ha sanado lo más grave, en uno pocos días podrán estar como si nada hubiera pasado – y salió.

Al encontrarse fuera de aquella casa, vio como el fuego empezaba a abrazar la ciudad. En eso pensó – creo que he llegado un poco tarde. Pero aún debo de hacer algo –. Comenzó a caminar mientras la oscura noche ya había entrado por completo. A pesar de que los soldados intentaban de matar a todos, les estaba llevando un poco de tiempo hacerlo o era que se estaban divirtiendo ver atormentar a todas las personas que vivían en aquel lugar, era algo que deseaba entender.

Un grupo de soldados, al verlo se acercaron para torturarlo un poco. Pero, en cuanto estaban por tocarlo, él se desvaneció delante de sus ojos. Con un agudo dolor que sintieron de la nada cerca su pecho, uno por unos fue cayendo en el suelo hasta quedar tirados. Uno de los más fuertes, que aún contaba con razonamiento, sólo vio los pies de este al aparecer nuevamente. Con las fuerzas que se le iban, dijo – tú, ¿acoso eres quién esta exterminando a nuestras tropas? – pero no recibió respuesta alguna y termino inconsciente.

A partir de ese momento, en un abrir y cerrar de ojos, todo había pasado quedando como si no fuese más que un sueño para todos los sobrevivientes. Sin embargo, al lograr librarse de tal tragedia, no significaba que tendrían las cosas fáciles si el ejército regresaba. No sabían si agradecer por seguir vivos o lamentarse por lo que les preparaba el futuro.

Uno de los aldeanos, que salió por un momento de la aldea para tomar un poco de aire y pensar con más calma las cosas, logro ver a este misterioso personaje entre las sombras tomando unos frutos de los arbustos. El personaje, que se cubría con una capucha, estaba por irse de aquel lugar. Pero, al notar la presencia del aldeano, trato de camuflarse entre los árboles y la oscuridad. El aldeano, para evitar que se fuese, dijo – espera, no tengas miedo. No soy ningún enemigo – la persona se detuvo. El aldeano, sintiendo que era seguro, comenzó a acercársele mientras decía – no puedo creer que estuvieras aquí sólo. Pero, déjame decirte que este día ha sido toda una locura ni siquiera sé por dónde empezar. Pero, respóndeme ahora una cosa – se detuvo al ver que dio un paso atrás la persona – fuiste quien nos ayudó pero ¿por qué te fuiste apenas se fueron los soldados? No crees que sería mejor si te quedabas un poco – no hubo respuesta alguna a su pregunta, volviendo un poco mal las cosas para ese momento. El aldeano que comenzaba a perder la compostura, al no poder comprender el motivo por el cual paso todo esto en su hogar. El aldeano volvió a preguntar – dime ¿eres un aliado o sólo es una actuación la que están haciendo para hacernos creer que tenemos a un héroe que nos protegerá de todo el mal que nos pudiera llegar para luego dejarnos abandonados? – No hubo respuesta – por favor – apretó su puño – ¡dime de una buena vez! ¡TIENES ALGO QUE VER CON TODO ESTE DESASTRE EN EL PUEBLO! – cerro con fuerzas sus ojos y luego se dejó ver una afilada mirada – sabes una cosa. Mi familia la paso muy mal como la de otras familias del pueblo. Pero, si sólo ves esto como un juego, no permitiré que hagan esto a mis seres queridos. No sabes la tristeza que se siente al perder a alguien durante este jueguito suyo – la persona dejo mostrar una pequeña sonrisa salir de aquella capucha.

La persona, sin dejar notar su rostro por completo, dio tres pasos al frente y dijo – no puedo creer que digas eso. Si esto te parece un juego, creo que estas muy mal. Sabes, no tenía que venir a este lugar y meterme en los asuntos que están viviendo aquí pero tampoco podía dejar que murieran. Pero, sabes, no hay porque preocuparse, al final de todo, yo ya me he de retirar – de pronto estuvo al lado del aldeano sin siquiera dejar ver movimiento alguno – lo único que puedo decir es que no querrán ser mis enemigos o hacerme enfadar. Así que será mejor que regreses al pueblo si es que deseas volver a ver a tu familia todavía y no hacerlos sufrir por encontrar un cadáver que alguna vez fue un padre, un esposo – el aldeano trato de no dejarse llevar por el miedo y, dando la vuelta, quiso golpearlo sin tener éxito al sólo llegar a tocar el aire.

La oscuridad se apodero del lugar y, al ya no haber señal de que siguiera ahí, el aldeano cayo de rodillas. Miro sus manos que temblaban incesantemente y dijo – no sé quién sea esa persona. Pero… pero espero no tener que verlo de nuevo – se levantó y se aseguró de que no lo siguiera mientras comenzaba su regreso a la aldea.

Mientras el aldeano se alejaba del lugar, en la cima de un árbol cercano al lugar del encuentro, se encontraba una muchacha sentada y riéndose maliciosamente. Esta, levantándose y apoyando su mano izquierda en el tronco del árbol, dijo – no voy a dejar que se escape una presa tan magnifica como esa – comenzó a saltar de rama en rama. Pero, al estar a casi un metro de distancia del aldeano, se detuvo rápidamente.

Ella, sin siquiera moverse, dijo – me frustra cuando interfieren en mi cacería, pero bueno – se dio la media vuelta – creo que tampoco podríamos decir que estas mal ¿no es así? – detrás de unos árboles apareció la persona que había hablado con el aldeano. Éste comenzó a acercarse a la muchacha con mucho cuidado, la muchacha, con una mirada afilada que podía cortar lo más profundo del alma, dijo – no tengas miedo, ¿acaso no venias para impedir que lastimara a alguien? Además, no creo que debas temer por que pueda morderte un poco – lamio sus labios rojos como la sangre.

La persona que sólo le señalo con el dedo hacia la copa del árbol detrás de ella. La muchacha, volteando la cabeza para ver que estaba señalando, noto que se encontraban en un buen punto donde nadie los llegaría a auxiliar, lo cual era algo bueno para ella. Regreso la mirada, después de sólo ver la luna que se dejaba ver apenas debido a las nubes que la estaban comenzando a cubrir poco a poco. En la copa del árbol, que no se podía notar algo que lo volviera extraordinario para su atención, pensó que era una forma de engañarla y escaparse. Pero, para ella, no veía el caso por esforzarse en hacer algo como eso ya que el final de todo esto sería que lo terminaría alcanzando y matando. Ella, durante todo el tiempo que se ha dedicado a hacer tales cosas, nunca se le ha escapado ni una sola presa.

Con una sonrisa diabólica, comenzó acercarse hacia este sin que pudiera reaccionar o eso es lo que quería lograr hacer. Al llegar a estar tan cerca de esta, la persona lograba evadir cada golpe sin siquiera mostrar algún rastro de cansancio. Y, a pesar que cada vez atacaba más rápido e incluso saco unos cuchillos que llevaba consigo, ni un rasguño pudo darle.

La persona, como forma de salir de aquel lugar, empezó a correr en dirección al desierto. Ella, pensando – creo que al fin se ha dado cuenta que a pesar de la agilidad que tiene, no podrá continuar por mucho tiempo más. Pero, creo que le daré un poco de ventaja antes de que termine con él – lo persiguió luego de ver que ya había recorrido un buen tramo lejos de ella – al fin algo de diversión. No puedo creer que voy a poder jugar de esta manera con alguien así. Lograr ver la desesperación que emitirá sus ojos y su expresión de no conseguir salir de este lio será un verdadero placer para mí – dejaba salir un pequeño murmullo que era su risa de forma maléfica.

Poco a poco el bosque se iba desapareciendo y los arboles comenzaban a desaparecer de la vista. Esto era algo ideal para ella, ya que no tendría ni un solo obstáculo en su caza. Además, en cuanto terminara con esta presa, regresaría al pueblo para acabar con todos a mano limpia, ya que no los consideraba una amenaza como para llegar a usar sus armas o cualquier otra cosa.

La arena, que era todo lo que se podía ver, luego de haber dejado el bosque ya hace un rato, todavía se podía sentir como quemaba. Esta empezaba a dificultar el correr en ella. Si no se tenía cuidado, podría terminar cayendo en alguna trampa perdida o ser sorprendido por algún animal peligrosos sería malo para ambos. Pero, en todo caso, parecía un buen lugar para realizar un combate a muerte.

Al llegar a un punto en el que ya no se podía ver nada más que la arena en la oscura noche. La muchacha, interceptándolo para que dejara de correr, lo miro con una mirada afilada y ataco inmediatamente. Pero, justo en ese momento, este logro detenerse a tiempo y evitar que le diese un golpe mortal. A pesar de tal forma en que se detuvo y el ataque, su capucha no se llegó a quitar ni mostrar su rostro por completo.

Estando los dos parados frente a frente, la muchacha dijo – veo que has podido correr por mucho tiempo. Pero… – se dibujó una sonrisa en sus labios – creo que ya es tiempo de darle fin a todo esto ¿no crees? – y se lanzó nuevamente en su contra. La batalla se veía con que la muchacha atacaba y era evadido cada una de ellos sin lograr acertar un golpe. Ella, viendo como lograba hacer que su adversario retrocediera poco a poco y deba la impresión que era acorralado conforme el tiempo transcurría.

La noche ya había transcurrido bastante y la media noche se acercaba. La blanca luz de la luna cada vez se encontraba más al centro del ahora despejado cielo. La arena, que comenzaba a levantarse cada vez que soplaba el viento, podía ser capaz de hacer que uno del os dos llegase a quedarse sin lograr ver al otro si llegase a entrar en sus ojos.

Al llegar la media noche, la muchacha se detuvo al sentir que algo no andaba bien. De pronto la arena comenzó a tornarse oscuras de un momento a otro. Entre los colores morados, azul marino y rojo sangre, la advertencia de estar en un lugar demasiado peligroso era todo lo que podían ver. La arena se volvía cada vez más inestable y era difícil mantener el equilibrio en este punto. Un pequeño remolino aprecio en el centro de los dos, por lo que dieron un salto hacia atrás alejándose un poco entre sí.

La muchacha, al ver que no tendría caso seguir ahí, dijo – creo que has logrado sobrevivir de mí esta vez. Pero te prometo que te cazaré, si es que sobrevives primero – la persona, dando un paso al frente, dijo – creo que estas mal al pensar de ese modo. ¿No te diste cuenta que esta es nuestra arena de lucha? – la muchacha quedo desconcertada al escuchar tal declaración y luego contesto – ya veo, parece que has perdido la razón al estar a punto de morir pero no me interpondré para darte más tiempo. Así que – dio la media vuelta – muere en soledad – empezó a alejarse.

Todo empezó a verse borroso y, con la arena que se movía y no les dejaba irse de ese lugar, un frio viento soplo y sólo el silbido del viento fue lo que podía romper el silencio que se armó entre los dos. La muchacha, que le daba la espalda, mantenía la serenidad a pesar de la situación que comenzaba a presentarse. La persona, que miraba en dirección a la espalda de la muchacha, estaba dando unos caminando. Pero, al ser que aquel remolino que se creó en medio de los dos y seguía creciendo, era lo único que los mantenía separados.

Al estar por tocar el vórtice se agacho un poco para tomar impulso y saltar contra ella. La muchacha, al estar casi por tocarla, tomo rápidamente sus cuchillas que llevaba consigo y también ataco. Pero, como un fantasma, sólo vio como sus cuchillas tocaban el aire de la persona sin siquiera hacer nada.

Al dar la vuelta y ver a este parado detrás de ella, hizo crujir sus dientes al apretarlos con fuerza y se lanzó en su contra apuntando en dirección al estómago de su oponente. Pero, al tener las puntas de las cuchillas rozando el estómago de este, se detuvo y, con un golpe certero que le saco el aire, retrocedió dos pasos sin poder levantar sus cuchillas que caían sobre la arena. Tratando de mantener la conciencia miro con tanta furia en sus ojos a su oponente, mientras pensaba – esto no me lo esperaba. Pero no puedo perder aquí – dio un vistazo hacia atrás, donde se podía notar que cada vez era más peligroso continuar ahí – si no logro mantenerme despierta – la vista se volvía borrosa y tuvo que tratar de mantenerse de pie con una rodilla sobre la arena y su pie derecho en posición para levantarse en cualquier momento que le fuera posible.

La persona, viendo cómo se retorcía la muchacha, dijo – tú no eres con quien me he de enfrentar – dirigió la mirada al centro del vórtice que se había creado, el cual estaba comenzando a cambiar de forma – hazme un favor y sácala de aquí – detrás de este salió una mujer que también portaba una capucha quien dijo – no puedo creer que estés molesto por verme fuera del refugio – el muchacho – ya sabes que no puedo permitir que te pase algo. Además, creo que ella no sabe en lo que se ha metido – la mujer – está bien – tan rápido como el viento se pudo enfrente de la muchacha, que perdía sus fuerza, y se la llevo, mientras que la muchacha finalmente perdió el conocimiento.

Entre el vórtice salió un soldado con una armadura de un militar y algunas otras cosas. Al verse frente a frente, este dijo – por lo que puedo ver es que me estabas esperando o mejor dicho, nos estabas esperando para matarte – el muchacho no respondió.

Las personas que habían salido de aquel lugar no eran nada más ni menos que uno de los generales más poderosos del grupo de los guerreros. Todos ellos estaban utilizando una de las trampas que habían hecho para atacar a uno de los nueve y deshacerse de algunos posibles estorbos. Por lo que el ataque a la aldea debía ser sólo una distracción.

El muchacho, poniéndose en guardia, dijo – ya su tiempo como tiranos está por terminar y ya no tendremos que ver más muertes en ningún lugar – y alzando una espada que saco por debajo de la capucha, empezó la batalla. Uno por uno de los soldados iban cayendo al suelo hasta ya sólo quedar el general de pie. El general, viendo a todo su ejército imposibilitado, dijo – veo que no son muy buenos mis hombre pero, yo seré quien te dé una lección – y empezó a escucharse el chasquido que hacían al chocar las espadas entre sí.

La lucha entre los dos duro por mucho tiempo que ya se acercaba el amanecer. El general, sacando cada uno de sus bombas, espinas, látigo, entre otras cosas que llevaba consigo para derrotarlo, sólo podía seguir con las fuerzas que le quedaban. La batalla, que era demasiado arduo, los estaba dejando sin energía a los dos para continuar con la lucha.

Parando por un momento, después de ser repelidos con sus espadas, se podía escuchar como jadeaban y ver el sudor que corría por sus frentes. El general, levantando su espada, cerró los ojos y, al abrirlos nuevamente, bajo con fuerza la espada hasta enterrarlo en la arena y hacer que esta comenzara a dar vuelta su alrededor tragándose todo lo que tocase, incluyendo a sus propios aliados. Sin dejar rastro de nada y volviéndose más grande a cada segundo que pasaba, el muchacho tuvo que retroceder uno poco. Mientras pensaba en una forma para poder salir de esta situación en la que se encontraba, vio con una sonrisa en el rostro al general. Este, al ver que no lo tomaba en serio, pensó que debe ser que no entendía aún en la situación en la que se encontraba.

Al girar un poco la espada, la soltó y salto al mismo tiempo. Esto causo que se descontrolara por completo este vórtice. El muchacho se encontraba en un gran apretó. Pero, al ver que detrás de él estaba parado el general que le ataco con un golpe en la espalda, lo esquivo por muy poco. El general, que ya estaba cansando de toda esta farsa, dejo salir de sí el arma secreta que llevaba consigo.

De la arena que se movía, empezó a producirse una tormenta de arena que terminaría inundando todo y afectando al pueblo que se encontraba más delante de ellos. El muchacho, poniendo su mano frente su ojos para cubrirlos, escucho una voz que le decía – esto está mal. ¿Qué haremos si algo les pasa a más personas? Haz algo no puedes dejar que alguien salga herido – El muchacho, inclinándose, respondió – como desees – extendió la mano derecha y luego, con un puñetazo contra la arena, hizo que esta se dispersara dejando sin efecto el plan del general. Luego, combinándose con la arena que aún se encontraba entre el aire, se acercó al general y lo dejo inconsciente.

La verdadera amenaza

Al haber pasado ya unos días desde el incidente, la muchacha al fin despertó y pudo notar que se encontraba en una cama. Levantándose, pensó – ¿qué rayos estoy haciendo aquí? Será mejor irme antes de que termine perdiendo la cordura – al estar a punto abrir la puerta, la perilla se movió y entro una mujer con algo de medicamentos en una bandeja.

Esta, al verla despierta, dijo – veo que ya te sientes mejor. No puedo creer que Salo no se haya reservado al pelear contra ti – La muchacha – de qué estás hablando – sin bajar la guardia, continuo diciendo – escúchame bien, si no quieres morir, dime donde me encuentro y que paso con las dos personas encapuchadas con las que estaba peleando – la mujer – creo que eso no será posible decírtelo – la muchacha – ¿ah? Acaso no sabes que estas tratando con alguien que ha sido capaz de destruir pueblos y ciudades enteras sola además de ser una de las más leales general de los relámpago – la mujer – ya veo, eso explica muchas cosas. Puedo ver que perteneces a uno de los grupos más poderosos. Pero déjame decirte algo, aquí no hay nada que temer. Es cierto que él llega a ser muy malvado en ocasiones pero no quiere hacer daño a nadie – la muchacha, sarcásticamente respondió – si, como no, nadie piensa así en este mundo ya que, si no eres útil o fuerte, terminaras desapareciendo – la mujer – eso no lo creo – la muchacha, ya irritada por la forma de ser de esta, la ataco.

Sus cuchillas, al estar por tocar el pescuezo de la mujer, fueron rotas y hechas pedazos en un instante. Retrocedió inmediatamente al ver esto. Al volver su mirada en contra de la mujer que tenía en frente de ella, vio a un muchacho que estaba frente a ella y era el culpable de romper sus cuchillas cuando ella ataco.

El muchacho, diciendo – no te había dicho que era peligroso venir sola a este lugar. Y mucho más te repetí que no podíamos traerla ya que era peligrosa e intentaría hacerte daño – la mujer – no seas así, sabes que esto no es lo que querrían los del grupo si se encontraran aquí – el muchacho, que no congeniaba al cien por ciento con lo que ella decía, dio unos pasos al frente y se acercó a la muchacha. Esta, que se quedó inmóvil al sentir todavía un poco de dolor por la lucha que tuvo, sólo se resignó a ver su perdición.

Mientras el muchacho se acercaba a ella, pensó – si este es mi final, por lo menos quiero que nada se quede sin haber logrado cerrar – sus ojos se agudizaron al verlo – si me va a matar, por lo menos lo llevare conmigo utilizando mi última arma secreta –. Con las pocas fuerzas que logro sacar, coloco sus manos detrás de ella para tomar una granada que traía consigo sin que se dieran cuenta.

Al activar la bomba, que fue al mismo tiempo que él le toco sus hombros, ya sólo esperaba que esta estallara y terminase con todos, lo cual era mejor para ella que ser vencida humillantemente para su grupo. Pero, con un “ti, ti, ti, ti~” la bomba sólo dejo salir un poco de humo y no estallo.

Al quedar atónita ante tal desenlace con la bomba y dándose cuenta de que no le harían nada, al ser que el muchacho trato sus heridas para que se recuperara lo más antes posible, no pudo procesar todo lo que estaba sucediendo y quedo como en shock por lo que les siguió la corriente sin dar excusa alguna a ninguno de los dos. Su mirada perdida y una sonrisa tambaleante en lo que pensaba y, en ocasiones, dejaba escuchar pensaba – esto es una pesadilla. Debe ser mentira. De seguro sólo estoy soñando y muy pronto me despertaran o caeré del árbol y regresare a la realidad – mientras dejaba escapar una risa algo perdida. (Hola a todos, aquí les escribe Ruwels Saluwer, me disculpo por no haber logrado un buen desarrollo en esta historia. He tenido que arreglar algunas cosas y creo que al tratar de dar a conocer el concepto de la misma ha sido un poco difícil pero espero que lo lleguen a disfrutar y tratare que en la continuación pueda corregir este problema llegando a darles un mejor desarrollo como redacción. Por lo que también me quería disculpar si han visto que hay algunas dificultades con la ortografía en alguno de mis libros, esto es debido a que yo los escribo redacto y publico pero hare todo lo posible por darles una historia lo más legible y entendible, sin perder mi estilo de escritura, para que puedan disfrutar de una buena y cómoda lectura. Esta ha sido la segunda vez que escribo un comentario en una de mis historias y espero que continúen leyendo y tengan un buen día). Aquel día termino sin siquiera reaccionar para nada y sólo ser como un muñeco.

Al día siguiente, despertando muy temprano, la muchacha se levantó y se dirigió a ver todo el lugar y así tener por asegurado que era real todo lo que había pasado. Pero, al ver que todo era real, al fin pudo pensar con un poco de claridad y dijo – creo que es peligroso continuar en este lugar. Será mejor irme de inmediato e informar a los comandantes y al líder para que envíen refuerzos y así vencer a esta amenaza – suspiro – era suficiente trabajo con tener que mantener vigilado los movimientos que hacían los guerreros para atacarlos en el momento que menos se lo esperaban. Pero, estas personas no merecen ser menospreciadas, no sea que terminen siendo un estorbo para nuestros planes y el fracaso no es algo que podamos permitirnos llegar a tener – y así salió de la casa y se adentró en el espeso bosque hasta ya no quedar alguna pista de ella.

Por otra parte, Salo, que salía de la puerta de su habitación en conjunto con la mujer sólo para ver como la muchacha se escapaba. Salo, diciendo – ya viste Dela, te dije que se iría y esto nos llegara a causar problemas ya que conoce ahora donde vivimos y nos podrán hacer alguna emboscada en cualquier momento – Dela – no es para que estés enojado. Además, no podíamos dejar que ella muriese así nada más a manos de los guerreros sin ser partícipe de esta competencia – Salo – no puedo creer que me dejara convencer por ti en entrar a esta competencia que no sabemos si podremos ganar – Dela –vamos, no seas así. Sabes que no lo hacemos por gusto. Además, sólo nos tenemos a nosotros dos como familia. Pero espero que algún día vuelva a crecer como lo solía ser – Salo – Seguiré con esto pero, si se pone peligroso, quédate a salvo y no te involucres – Dela – está bien. Seguiré como haciendo lo de siempre – y retrocediendo desapareció entre la sombra de Salo detrás suyo.

Salo, saliendo de la casa, comenzó a correr entre los árboles en busca de algunos intrusos que se adentraron en el bosque. Como los había llegado a descubrir su ingreso, no podía dejar que llegasen a la casa antes de que salieran con Dela de aquel sitio. Mientras iba en su búsqueda y los hacia caer en las trampas que había colocado, pensaba – no puedo creer que no logremos establecernos en un sitio. Como me da dolor de cabeza el estar cambiando de lugar cada rato –.

Al estar ya todo listo y, sin enemigos que los detuviesen, empezaron a salir de aquel lugar. Salo, que era el único que se podía ver, iba corriendo a gran velocidad para dejar aquel lugar. Pero, al llegar casi al final del bosque e iniciar el desierto, se detuvo de repente. Al quedarse parado sin moverse para nada, mantuvo su mirada fija al suelo. Todo parecía estar en calma y sin dejar mostrar peligro alguno, Salo parecía como un tonto por haber hecho tal cosa.

Pero, sin previo aviso, debajo de sus pies la tierra fue disparada como si hubiese pisado una bomba sin cuidado alguno. Saltando inmediatamente y evitando que las lesiones fueran graves, Salo se detuvo a un lado de tal impacto y dijo – por poco y muero –. El polvo comenzó a esparcirse y se dejó ver a un hombre musculoso y con pelo bien recortado, que le decía – bien, bien bien, bien. Puedo ver que lograste esquivar mi ataque. Pero sabes, esto no sería divertido si no lo hubieras hecho – Salo, retomando una postura calmada, contesto – guau, no puedo creer que me encontrarías tan pronto. Sabes, de hecho me hiciste temblar un poco con ese acto. Pero creo que sólo me deje llevar por la sorpresa – el hombre se rió, mientras tapaba su ojo izquierdo con la mano izquierda, y continuo diciendo – veo que sigues teniendo buen sentido del humor pero – poniéndose serio y en posición de combate – creo que será mejor que pongamos un fin a esto. Ya que se ha vuelto muy molesto que hayan quedado vivos unos perdedores de un grupo que se suponía que debían de haberse extinguido hace tiempo – Salo – sabes, no me importa que digas que nos debimos haber extinguido ni nada. Pero, no he de permitir que le hagas daño a los demás grupos – el hombre se rió con fuerza mientras decía – que ingenuo eres. No sabes que es por ellos que aparecí y que, la supuesta rebelión de tu pequeño grupo no era nada más que un intento desesperado por eliminarme –.

Salo, poniéndose en posición de combate, empezaron a luchar uno contra uno. Los golpes que chocaban entre sí eran de tal magnitud que algunos lograban derrumbar los arboles sin ningún esfuerzo. Pero, si alguien tratase de verlos, era algo difícil debido a la velocidad en que lo hacían. Salo, recordando que todavía se encontraban algunos de los enemigos que atrapo dentro del bosque trato de atraer al hombre fuera del lugar y llevarlo hasta el desierto para no dejar que dañase a alguien durante la pelea.

Mientras que ellos seguían intercambiando puños, en el desierto se comenzó a levantar la arena nuevamente pero, en esta ocasión, no era arena ordinaria. Esta, al tocar la piel, hacía que se quemase y no dejaba respirar muy bien si se mantenían por mucho tiempo en medio de ella. Por lo que Salo debía de encontrar una forma de evitar tener contacto cuando se acercara a ellos o escapar con la menor heridas posibles.

El hombre, que estaba fascinado con la pelea, logro acertar un golpe a Salo en la costilla que le hizo caer y rebotar en la arena. Al impactar con la arena, Salo escupió un poco de sangre. Por otra parte, el hombre levanto la mano derecha y apretó con fuerza su puño. Tan sólo unos segundos, después de hacer esto, entre la arena se comenzó a ver como salían de ella unos muñecos que poco a poco lograron tenerla apariencia de una persona.

Estos muñecos, que eran varios, empezaron atacar a Salo sin descanso alguno. Esto hizo que no pudiera escapar de la arena cuando se acercó a ellos por completo. La arena, al caer en la piel de Salo, le comenzó a provocar quemaduras leves. Pero, si esto continuaba así, estas se podían volver graves e incluso conducirlo a la muerte.

Salo, que iba destruyendo a algunos de los muñecos, queda segundo que pasaba lo volvía en una presa segura para aquel hombre. No podía darse el lujo de perder si debía de proteger a alguien. Por tal razón, pensando rápidamente mientras esquivaba algunos ataques y trataba de acertar otros, se dio cuenta de que podía escapar de la arena que había llegado con ellos si usaba a los muñecos, cuando los destruía, como protección. Lo único que quedaba por hacer era conseguir la forma adecuada para llevar esto acabo.

El hombre, que comenzaba a aburrirse de esta pelea que no iba a ni un lado, comenzó a plantearse atacar y así finalizarla. El hombre, que se reía, dijo – creo que tendré que ser piadoso contigo, matándote de un solo golpe para que ya no tengas que sufrir más – y se lanzó para acertar el golpe de gracia. Sin embargo, aunque la arena no le hacía daño alguno, todavía le podía cegar y hacer que no llegara a dar el golpe. Por lo que, utilizando algunos de los muñecos que estaban algo lejos de Salo, comenzó a crear una especie de remolino en dirección a él para evitar que su puntería fuera marcada y fallara.

Al lanzarse en medio de este remolino, que era el camino que había preparado, pudo ver lo indefenso que se encontraba Salo como el hecho de que sus energías se estaban agotando y no podría seguir por mucho tiempo más sino encontraba otra forma de escapar de él.

Al estar por apuñalarlo por la espalda, fue detenido, pero esta vez no fue por Salo, ya que este cayo de rodillas al llegar a su límite en ese momento. Su puño no pudo atravesarlo, ni mucho menos el filo de la espada que había creado a partir del remolino de arena. Al ver como se quebraba en miles de pedazos su espada, retrocedió instintivamente para evitar un golpe casi mortal que se dirigía a su costado izquierdo.

Quien lo había logrado atacar era Dela. Ella, que lo detuvo como si nada, extendió sus brazos para poder destruir su remolino antes de que este tragase a Salo y le diera por segura la victoria. Ella, que había aparecido sin mostrar señal alguna, dijo – ahora creo que es mi turno. No puedo dejarte todo el trabajo a ti ¿verdad? – Salo, que se encontraba jadeando por el cansancio, respondió – no lo hagas – coloco su mano derecha sobre su rodilla y trato de levantarse mientras apoyaba su mano izquierda en la arena.

El hombre, sintiendo que no sería prudente continuar por más tiempo esta pelea, extendió su brazo izquierdo mientras gritaba – ¡acábenlos! – y al instante se vieron multiplicados por diez veces los muñecos de arena que había al principio. La arena, los muñecos y el hombre era demasiado para que sólo uno de los dos se encargase de todo.

Pero, cuando Dela se lazo contra el hombre y destrozo a su paso varios de esos muñecos sin siquiera mostrar una gota de dificultad, Salo se levantó y golpeo con todas sus fuerzas el suelo. Esto provoco que todos los muñecos desaparecieran de una sola vez y la arena que lo estaba dañando fue dispersa por lo que ya no sería una molestia. Salo, diciendo – lo siento por ser una carga, pero te dejo el resto a ti – cayó sobre sus rodillas para terminar tendido en la arena.

Dela, que inicio su combate contra aquel hombre, hizo que este retrocediera para evitar sus ataques. Ella, sin dejar que recuperase el aliento, saco unos listones de su bolsa y los lanzo en contra de él para atarlo y así imposibilitarlo de continuar luchando. El hombre sólo podía ver su perdición al ya no contar con sus muñecos de arena y, debido al impacto de Salo, no podría crear nuevos por un momento y seria su fin si esperaba a que toda la arena se calmase antes de crear más de ellos. Al estar frente a Dela, dijo – veo que me has logrado atrapar pero, ¡sabes que no me podrás ganar tan fácilmente! – Se rió – sin embargo, debo de admitir que han logrado darme una buena pelea el día de hoy. Pero, para que quede claro, está bien sabida que lo que hicieron el día de hoy ha sido por pura suerte. Ya que mis fuerzas aún no las he recuperado por completo – Dela – no deseo seguir escuchándote – lo termino de atraer hacía ella y dio el golpe final.

El hombre desvaneciéndose ante ella un poco antes de recibir tal impacto, dijo – no sé por qué siguen luchando. Pero, recuerda que yo existo por la codicia y avaricia de los grupos. Y es de suma importancia que tengas en cuenta que no podrás unir a todos antes de que la gran catástrofe suceda – la voz comenzó a desvanecerse poco a poco con estas últimas palabras – su grupo nunca me derroto, sólo prolongo lo inevitable – y así se esfumo.

Dela, dirigiéndose rápidamente con Salo, lo tomo en sus brazos y, sacando unos frascos que llevaba consigo, se lo aplico para que sanaran sus heridas y las quemaduras que tenía. Antes de que continuar con la caminata, Dela cargo a Salo en su espalda para llevarlo a su próxima parada. De esta forma continua caminando mientras él recuperaba fuerzas.

Salo, al llegar a sentir que podía continuar, la detuvo y le pidió que se escondiera nuevamente, ya que él se encargaría del resto durante lo que quedaba de camino. También diciendo – me volveré más fuerte para que no tengas que lidiar con esto otra vez – continuo el camino. A partir de ese momento debían de ganar la gran batalla de los grupos y derrocar a los guerreros como a muchos otros con los que se encontrarían en su camino. Pero, más que nada, debían de lograr conseguir una forma por unir a todos los grupos y derrotar a este hombre antes de que el destruyera todo.

Gracias por continuar leyendo mis historias. Espero que puedan seguirme cuando de inicio a la continuación de esta y muchas más.

Hasta la próxima.

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