Tu sombra.

Tu sombra.

Petricor

07/01/2021

Estoy en duda de ti.

No te sé, no te encuentro.

Te busco en la penumbra de la noche y trastabillando sigo tu sombra, que sé que es tuya porque no podría olvidar la silueta del cuerpo que cientos de noches delineé. Y la sigo por las calles de esta ciudad tan burda, tan triste y sola desde que te fuiste, cada rincón por el que la persigo tiene tu perfume y me hace recordar que aquellos lugares son los únicos que preservan tu calor; y me duele, me arañan las paredes ahora frías y me desgarra las entrañas cada luz emitida por los faroles de las esquinas, me muero de rabia, pero, te amo y tan solo con tu sombra me conformo, así que la persigo…

Mas como todas las noches, esta ilusión traicionera se afana en burlarse de mí, y al rozar el alba amanezco en mi cama, pronunciando tu nombre.

¡Y MALDITO AMOR! ¡MALDITO RECUERDO! ¡MALDITA SOMBRA! 

Ya no estás más conmigo, has dejado de habitarme el cuerpo, ya no puedo abrazarte y no sé qué es de ti, a quién le pertenece tu figura corpórea, a quién le susurras en las noches tu dulce veneno, quién es ahora quien no puede perseguir tu sombra, que es mía, sólo mía. A mí me pertenece la sombra de lo que fuiste aquí conmigo, en mis brazos, en medio de la oscuridad y al amanecer en esta habitación.

En las noches más dolorosas –desde que te fuiste–, me ha bastado tomarle la mano y recostarme en su pecho para sentirme tranquilo, y soñarte otra vez, aquí, conmigo.

270618


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS