«Y me di cuenta que aquellas palabras dolían como el castigo redentor, palabras como el castigo de Dios.
Solo bastaron unos minutos de la fuerza Atilas para pensar que mi vida era una mentira…»
«Y me di cuenta que aquellas palabras dolían como el castigo redentor, palabras como el castigo de Dios.
Solo bastaron unos minutos de la fuerza Atilas para pensar que mi vida era una mentira…»
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