Jardín de rosas blancas

Jardín de rosas blancas

Maria Rodríguez

29/12/2020

Conozco la historia de una jovencita que permanecía la mayor parte de su tiempo en su jardín de rosas blancas, el cual había heredado de su madre, y su madre de su abuela. Cuando llegó a su vejez y al ver que estaba sola en el mundo, decidió buscar a una persona que fuera digna de heredar aquel antiguo y aun floreciente jardín. Por lo que una mañana, emprendió su búsqueda en un pueblecillo llamado Napore. Allí las personas parecían muy gentiles y cuidadosas, pero al conversar con algunos de los residentes, se dio cuenta de que todos tenían en común la codicia, por lo que ese día regresó a casa sin heredero alguno para su rosal; estaba tan agotada de aquel viaje, que se recostó bajo un árbol de manzano que había en su jardín. Tras quedar profunda, soñó que a su puerta llamaba una niñita de unos diez años de edad, que le rogaba por una rosa de su vergel, hasta ese momento soñó, porque la despertaron fuertes llamados a su puerta, al abrir, se sorprendió un poco y hasta por un momento pensó que seguía soñando, ya que, era una chiquilla quien tocaba su puerta con tal apuro.

Han pasado seis años desde que la vieja acogió a la pupila en su casa, prácticamente la crio. Hace un año, la vieja murió, y le dejó su jardín y su historia a la jovencita que ella educó. La mejor parte de esta historia, es que me tomé el tiempo de compartir lo que mi amada viejita me regaló, y me hizo prometerle que esta historia sería repartida para todo aquel que yo conociera. 

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