Había una vez un hada llamada Titi, ella era una de las hadas que se encargaban de los colores y garabatos, siempre estaba salpicada de pinturas con las que coloreaba las flores, le encantaba pasar su tiempo haciendo algo que le gustaba tanto.
Ella tenía dos mejores amigas que siempre la apoyaban en todo los que decidía, pero no se callaban cuando sabían que se mandaría alguna macana, una tarde las hadas se encontraban en el jardín de una hermosa casa, ellas se tenían que encargar de pintar las flores y hacer que los árboles comiencen a largar sus hojas, mientras estaban haciendo su trabajo la hadita Titi pudo ver que desde una de las ventanas del piso superior de la casa que se encontraba rodeada de una enredadera, un cuarto con peluches, sonajeros y pudo sentir un suave aroma como si la primavera hubiese inundado la habitación con su perfume, al girar su cabeza ve a una señorita con un lindo vestido color esmeralda que sostenía su panza como si sus manos cargaran a su bebe, Titi queda segada por ese acto de amor tan grande, hasta que de repente una de sus amigas le advierte que debía tener cuidado ante quien se mostraba.
Al regresar a su hogar en el bosque, la curiosa hadita no podía dejar de pensar en esa chica y en su pancita, sintió como si esa habitación hubiese sido creada por hadas, sabía que si se mostraba ante ella no le sucedería nada, pero también pensaba en lo que su amiga Abrina le había advertido, asique decide emprender vuelo hacia la casa de su amiga para que le pueda contar con más detalle.
– (TOC-TOC)- golpea la puerta
– ¿Quién es? – Dice Abrina
– ¡Soy yo amiga, Titi!
Al abrir la puerta Abrina la abraza, la hace pasar y le ofrece un té, ella hacia las mejores infusiones, mezclaba todo tipo de hierbas y flores para crear riquísimos sabores, casi todos los brebajes tenían una propiedad, dependiendo de como te sentías ella te daba lo que requerías. Mientras tomaban él té, Titi le pregunto por qué ella le había dicho que se cuidara de quien la viera, a lo que la hadita le cuenta “Hace mucho nosotras éramos más abiertas a quienes nos mostrábamos, siempre eran almas buenas sin maldad, hasta que un día una de nosotras es casi capturada, gracias a que las hadas siempre vamos en grupos, pudo ser salvada en el momento justo, asique desde entonces preferimos no ser vistas”., Titi se quedó perpleja ante esa historia, ya que ella no sabía que existía dicha maldad
Al día siguiente ella no pudo evitar recordar lo que siento en ese lugar, entonces se levanta de su cama hecha de hojas de plumeros, desayuna unas galletitas con miel y sale a su jardín a recoger una margarita para pintarla de un color el cual no sea común y resaltara entre los demás, estuvo un rato largo pensando hasta que se le prende la lamparita!!
¡OH CLARO! ¡Cómo no se me ocurrió antes!!
Voy a pintarla de color esmeralda como el vestido de la señorita, hizo la mezcla de los colores, y con pincel pequeño y muy delicado coloreo la margarita, al terminar la deja reposar un rato y vuelve a su casita a ponerse sus zapatos para visitar a la señorita y poder dejarle la florcita.
Con la margarita ya seca, emprende vuelo, se estaba haciendo de tarde cuando llegaba a la casa, entonces ella se asoma a la ventana de esa linda habitación, muy cautelosamente hasta que de repente alguien entra al cuarto, era la señorita, al ver que ella la pudo ver, soltó la flor y se escondió detrás del árbol que se encontraba enfrentado a la ventana, se queda allí durante unos segundos, hasta que sintió que la chica la llamaba..
– Pude verte! Ayer también pude sentirte, solo que no pude verte, sabía que volverías, tranquila, puedes confiar en mí, me llamo Lua, no te haré daño, lo juro!! – dice la señorita
Titi no sabía si confiar pero por otro parte creía en las palabras de esa señorita, por lo cual decidió mostrarse frente a ella y salió lentamente de entre las hojas, pudo ver a la chica que se encontraba asomada en la ventana, su cabello era largo de color durazno y sus ojos verdes como hoja de primavera, llevaba un bello vestido de seda que sus mangas volaban con la brisa, realmente no sabía cómo comunicarse con ella asique agarra la flor y se la entrega.
– Oh es una flor hermosa hadita, es un color muy bello, por eso es uno de mis colores favoritos ¿tú la hiciste para mí?-
– Titi asiente con la cabeza
– ME ENCANTA, muchas gracias!-
En ese momento la hadita Titi se asusta al escuchar un ruido y vuelve a esconderse
– Tranquila hadita, es solo el timbre de la casa, voy a tener que retirarme, pero espero volver a verte de nuevo!- la saluda moviendo su mano
Titi responde moviendo su mano también.
De regreso al bosque se encuentra con su amiga Stefina y ella le grita
– Titi, de dónde vienes?- le pregunta intrigada
– Oh amiga, no sabes lo que te debo contar!- contenta
– Que sucedido, amiga, ven baja!
Stefina era la hada de la puntualidad, siempre llegaba a horario a donde la esperasen, por suerte con Titi eran súper amigas porque si no, no perdonaría los atrasos de ella, le costaba mucho llegar a tiempo, ya que la hadita era muy distraída. Al bajar, caminaron por un sendero de tulipanes mientras Titi le contaba de su experiencia con la señorita embarazada.
– Ella es bellísima, súper amable, sin ninguna intención de querer lastimarme, sé que puedo confiar!.
– Está bien Titi, sé que no te equivocas en eso, pero ten cuidado
– Y sabes, tengo el presentimiento de que será una niña, su aroma dulce y suave como el de una lila me dice que estoy acertada en mi corazonada!
– Confió en tu presentimiento, siempre le acierta!, bueno Titi tengo que retirarme no quiero hacer esperar, ni mucho menos llegar tarde, no vemos luego amiga!
– Hasta luego amiga!
Luego de despedirse sigue vuelo a su casa en el hueco de un árbol, pensando en quien sería el que toco el timbre, ya en su casita se prepara algo para comer y se recuesta, pues al día siguiente debería seguir trayendo la primavera al sector de la casa que le correspondía.
A la mañana siguiente, mientras se encontraba haciendo su tarea, pudo escuchar el llanto de la señorita, entonces decidió asomarse y ahí la vio, sentada en la silla mecedora de la habitación, llorando con mucha tristeza en sus ojos, Titi al verla así golpeo su ventana, ella se asomó y la abrió soltando una pequeña sonrisa.
– Volviste! Eso me alegra, me alegra ver a una amiga en este momento- dice Lúa sollozando
Titi no sabía como hacer para comunicarse con ella y poder preguntarle que le sucedía, por lo tanto decidió entrar, agarrar un libro de un estante y señalarle las letras para que pudiera entenderla..
– ¡P -U- E -D- E -S C -O-N -T- A -R- M- E!- le señala
– Oh hadita, estoy muy triste, dicen que el padre de mi bebe se encuentra varado por inundaciones en la ciudad, y en días puede que mi bebe nazca y él no se encontrara aquí, la idea de estar sola en este momento me aterra!
A lo que Titi le señala – N-O E-S-T-A-R-A-S S-O-L-A, T-O-D-O E-S-T-A-R-A B-I-E-N!, Lúa al leer el mensaje que le indico la hadita la hizo sentir como si su miedo se evaporara al instante, pero su tristeza por el desencuentro con su amado seguía aún presente en su corazón, pero a Titi se le ocurre una idea y vuela rápidamente a la casa de su amiga Abrina, ya que ella la podía ayudar..
– ABRINA, ABRINA, tienes que ayudarme!!- le grita la hadita
– Que sucede Titi, porque tanto apuro?- le pregunta con un tono cuioso
– Mi amiga Lúa, necesita nuestra ayuda, ella se encuentra sola en su casa, el padre de la bebe está lejos y ya está a días de parir!!, no podemos dejarla sola! ¡Me ayudas!?
– Por supuesto! ¡Solo dime que debo hacer!
– Debemos contarles a las demás, para que permanezcan alerta por si la señorita estuviese lista para dar a luz! AH y necesitaría que hagas una infusión para que Lúa se sienta tranquila y tenga buenas energías!
– ¡Genial! haré correr la voz y me pondré a preparar la infusión.
La pequeña hadita mientras volvía a su casa entre los árboles, recuerda que había olvidado por completo en decirle a la señorita de que llevaba dentro a una niña, entonces decidió que ir al día siguiente seria mejor, ya que era de noche y también aprovecharía a llevarle la infusión que su amiga le prepararía.
En la mañana Titi se despierta de un salto al escuchar a su amiga Stefina que le golpeaba la puerta – TITI, ES LA SEÑORITA LUA, ABRINA ME MANDO A BUSCARTE DE URGENCIA!! Rápido!
La hadita, se calza sus zapatos y sale volando rápidamente, al llegar se dirigió a la ventana de la habitación pero no se encontraba allí, hasta que en ese mismo momento apareció Abrina y la llevo al cuarto que se encontraba al lado y ahí estaba la señorita recostada en su cama adolorida. -¿Tienes algún brebaje para calmarle el dolor?- dice Titi ,- Creo que sí, ya vuelvo!
Titi entra a la habitación y se coloca aún lado de ella, Lúa al verla cerro sus ojos y con una sonrisa, le alcanza un papel en el cual había escrito el abecedario, para que a ella no se le fuese tan complicado comunicarse, Titi se sintió muy contenta y le marco GRACIAS AMIGA!, y también le comento que sus amigas estarían con ellas para ayudarla.
– Me siento afortunada de tenerte en este momento hadita, realmente!. Por cierto aún no sé tu nombre!?
A lo que le responde – yo soy Titi, la hadita de los colores-
– Hola hadita Titi, es un placer! (ríe)
Abrina vuelve al rato con él té ya preparado para Lúa, ya era de noche, la señorita se encontraba demasiado dolorida, entonces ella le pone la infusión en su boca y por arte de magia Lúa se alivió, pero no duraría mucho, solo lo necesario para que las hadas puedan organizarse.
Cuando llego el momento en el que Lúa daría a luz, ella se encontraba rodeada de todas las haditas que le hacían compañía, hasta que en un momento escuchan gritos “Lúa, por fin puede llegar mi cielo”
– Leo pensé que no llegarías!
– Yo pensaba lo mismo, pero estoy aquí para que hagamos esto juntos, te amo!
Lúa lo miro extasiada de amor y les respondió – Te amo hasta el infinito!, al terminar de decir esa frase ella grita por la contracción y a la tercera fuerza que emano con valentía por fin nace su bebe.
Todas las hadas revolotearon alrededor de la cama celebrando la llegada de su bebe, ansiosas de saber si la hadita Titi tenía razón… 21:17 hs, hora del nacimiento de una hermosa niña, dice Lúa mientras observa con un amor pleno a la pequeña
– Titi lo hiciste de nuevo, tus sospechas son siempre ciertas- le dice Abrina emocionada
– Ya te dije amiga, mi intuición nunca falla!
Mientras Leo trataba de comunicarse con la partera que se encontraba cerca de su casa, Lúa levanta su vista, miro a todas las haditas a su alrededor y no pudo evitar soltarse a llorar de emoción, Titi se le acerca y apoya su mejilla en su rostro, como si la abrasase.
-Gracias Titi, eres como mi hadita guardiana, siempre estaré agradecida contigo y con las demás haditas!. De mí ya te encargaste, ahora me gustaría que siempre seas la guardiana de mi niña, lo harías?.
Titi encantada asiente con su cabeza. Esa noche todas las hadas se encontraban exhaustas y decidieron que volver a casa sería una buena idea y así podrían dejar a los recientes padres descansar. Al llegar a casa Titi se encontraba muy contenta de haber podido ser parte de algo tan maravilloso e intenso como la llegada de una vida nueva y pensó: “¿Serán todas las mujeres así, con esa fuerza tan poderosa?, sí, estoy segura de que así es!”.
Cansada de ese día tan largo, Titi se recuesta en su cama y en cuestión de segundo se queda dormida.
La mañana siguiente Titi y las demás hadas se juntaron para darle una sorpresa a Lúa, al terminar de organizar su sorpresa, Titi lleva a la señorita al cuarto de su hija, mientras la cubría, al llegar le saca la venda y al abrir sus ojos pudo ver la habitación de su niña, llena de flores rosas de todos los colores, su cuna llevaba puesto un cunero el cual la protegería de malas energías y pesadillas para que pudiera dormir tranquila, parecía que realmente que la primavera se encontrara allí, la luz del sol de la mañana se reflejaba en las cortinas dándole una cálida sensación de acojo al lugar, Lúa no lo podía creer lo hermoso que las hadas habían dejado el cuarto de su bebe.
– No sé cómo agradecerlo, realmente estoy sumamente agradecida con cada una de ustedes chicas, por ayudarme en ese gran momento y por este hermoso regalo!.
Todas las haditas hicieron una reverencia, volaron alrededor de la habitación y salieron de la habitación.
– Titi- le grita la señorita
Ella se le acerca y Lúa le muestra el papel con el que se comunicaban
-He pensado que podríamos elegir el nombre de mi bebe juntas, te gustaría?
-Me encantaría!
Mientras miraban el libro de nombre, Titi leyó uno que parecía el indicado y le hace señas a Lúa para que lo leyera, “Charo: La que vive en un jardín de rosas”
–Oh hadita, me parece perfecto- dice la señorita contenta con la elección del nombre.
Lúa trae a la niña y la recuesta en su cuna, la hadita se le acerca despacito para contemplar a esa pequeña niña con el alma mas pura y llena de luz, que hasta parecía que el brillo que entraba no era del sol, sino que lo emanaba ella, se acercó más, le dio un beso en su frente y le susurro al oído sabiendo que ella si podría escucharla: “Siempre estaré a tu lado, jamás te abandonare pequeña hada de todos mis jardines”… y vuela hacia la ventana desapareciendo entre la luz de sol y los árboles.
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