Niña-Humano

Tengo espacios cortos para cada atardecer que me sucede, una mano llena de palabras que me reviven el alma, dos hermanas y un camino largo para alcanzarlas.

Tengo un padre y una madre que no tienen idea de lo que el mundo habla, de lo que soy y lo que me pasa.

Un cigarro en la mano, un hermano y amigos que me empujan a hacer cosas que me hacen ser «feliz» y despertar con migraña.

Y todos ganan, todos pierden.

Sonreímos a la falsedad e incomodidad de las paredes blancas que figuran la limpieza de seis mundos; enfrentados con cascos, muros y escudos.

Jamás vamos a cambiar. No seremos lo que realmente somos, porque existe tanto miedo al andar, al hablar, al sonreír sin fingir estar «normal».

No tengo ganas de encontrarme con recuerdos que me cazan en la mañana y me hacen hundirme en la tina de agua, pensando en cuál será el último día de mi vida, esperándolo, pensándolo por una mala racha.

Teniendo a las olas de testigo, me sumerjo en la sabiduría del aire; nadie sabe lo que es, hasta quererse ir antes a donde se tendrá que ir después. Así de crudo si lo quieres entender, simple, claro, sencillo y sin lágrimas.

Me olvido de todo, lo dejo ir y me doy cuenta que son sólo visiones del pasado que me hacen tropezar. Bordes de una historia a la que no pertenezco. Circunstancias que no son mías, y que jamás pudieran ser.

Objetos en la mente de alguien que ya no existe, que influenciaron en hacerme así, rota, desahuciada y sin camino. Sujetada de una aguja y un hilo.

Y aún así corro, y no me rompo porque de amor me pego en las esquinas. De ese amor que emana de la más sencilla ironía.

Todo es cadena de dolor que se transforma en amor. Y nada gano con casarme con fantasmas del ayer. Nada soy si no soy yo. Esta especie niña-humano que está en extinción.

Camino en la yerba recién rociada por el alba, siento el agua en mis pies y el aire en mi mirada.

Todo me sienta, porque todo es como debe ser, entonces no estaría aquí esperando por ese ser que me secará las alas. Me llevará al precipicio de la vulnerabilidad de ser parte de algo y de alguien.

Y ahí será, donde aprenderé a volar de nuevo; a ser ésto que yo soy.

Y contemplar en sus ojos la libertad que siempre he querido encontrar.

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