La tarde más fría que vivimos juntos,
Se escuchaban ruidos a nuestros alrededor
Las mismas personas en distintos mundos,
Nuestro gran orgullo era un destructor.
Caían las hojas, soplaba el viento,
Entre nosotros un silencio hablaba.
No había cariño, no existían caricias,
Ni el amor que antes habitaba.
Perdimos el tiempo al intentar reparar,
Algo que desde el comienzo debimos olvidar.
Ya no era amor lo que en nuestras miradas se reflejaba,
Era costumbre y agonía adoptada.
La tarde más fría que jamás olvidaré,
Cuando aceptamos que estábamos cansados.
La tarde que siempre recordaré,
Porque hicimos lo correcto y en lo mismo pensamos.
Rehicimos nuestras vidas y somos felices,
No hubo necesidad de sanar cicatrices.
OPINIONES Y COMENTARIOS