La vida nos une como estrellas que acarician su ser pero el odio nos sangra como el viento de una herida.
El recuerdo nos hace amantes de la melancolía, los labios de mi alma buscan nacer entre escombros de la piel del cielo, quiero encender una hoja de escarcha, beber de mis manos huellas para aprender de este mundo que me devora con su eterno consumismo. Mientras las ruinas de este mundo nos consume en una perturbada raíz sin respuesta.
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