“Del amor fluye el delirio constante y del olvido nacen las despedidas repentinas”

Piel canela, labios rojizos y caminar sensible fueron las expresiones continuas de su perecido destino y entre viento y marea su tregua se desvanece ocultando rasgos de dolor y miseria porque el amor a simple vista se rodea de cálidos sentimientos reservando humillación y desvistiendo un futuro agotador.

Sin el consentimiento de tus despedidas por las cuales saborean triunfo ante nuestro silencio las virtudes opuestas e ingratos recuerdos contemplan un crudo amanecer y aquellas esperanzas muertas intuyen falsas victorias.

¡Hoy! Enumerar cada detalle de tu sonrisa, disminuir el silencio de las caricias conjugar el amor, confundir una despedida con cálidas rencillas suele impregnar los sensibles recuerdos de tu olvido, contagiando virtudes hacia nuestro amanecer por lo cual hablar de su sonrisa es confiar la expresión más efímera de mis recuerdos, impregnando sensibles pasatiempos de su olvido mientras las virtudes contagian amaneceres indefensos.

El amor…pecado mortal que los dioses concedieron a sus hijos intuyendo destrucción y redención entre nuestras debilidades, turbia palabra envuelta con miles de significados, tenue despertar resuelto en júbilos infiernos pero ¿Qué es el amor? Si la conciencia se torna insignificante y el corazón testarudo.

Y al finalizar una batalla sin encontrar solución ¿Que nos queda? ¿Amor, dolor y reflexión? ¿Amor, para qué? Si decaímos en la santidad del pecado. ¿Dolor, porqué? Si los errores son cotidianos y las ofensas pasajeras. Y por último, ¿Reflexión? El ser humano no suele meditar sus complejos y su agonía es eterna.

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