En lo alto de un cerro vivía un conejo llamado Benjamín con sus nietas serafina y Gaby.

Benjamín era un conejo muy respetuoso y bueno con todos sus amigos y conocidos, pero sus nietas eran todo lo contrario a él, había momentos en los que las conejitas se burlaban de las ovejas, caballos y vacas.

A las cuales les decían:
¡Pero mira nada más, que feo son todos ellos!, ninguno se compara a nosotras, mírale los dientes al caballo o lo gorda que es la vaca ¡Uy no!

Incluso cuando salían de paseo lo hacían quedar mal al abuelito, por lo que él cansado de sus actitudes y malcriadeces, les propuso un juego, el cual sería que ellas como hermanas tenían que realizar una actividad, harían con sus propias manos obsequios para regalar a sus amigos a los cuales ellas los tratan mal y le hicieron burla, al finalizar el juego le tenían que decir al abuelo Benjamín como les fue, como trataron a sus amigos y al finalizar abría un premio.

Ellas muy emocionadas por el premio que les daría su abuelito, no pensaron en las consecuencias y comenzaron a realizar sus obsequios.
-Serafina: Oye Gaby, ¿Cómo harás tu obsequio para tu amigo?
-Gaby: No sé, Serafina, Debe ser algo bonito para ganar el premio del abuelo, si les gusta o no me da igual.
-Serafina le contesta ¡Verdad! Total, son unos buenos para nada.
A medida que hacían sus obsequios, llega una visita inesperada de una amiga de ellas, la conejita Rosa, la cual por curiosidad les pregunta:
-Rosa: Hola Serafina y Gaby, ¿Cómo han estado? ¿Qué es lo que están haciendo? ¿A quién le darán todo eso?
Por lo que Serafina le contesta:
-Es para los caballos y vacas, el abuelo nos propuso esto, porque al terminar nos dará un premio, total lo hacemos por eso, ¿Por qué dime tu Rosa, quien les dará obsequios a esos animales feos?
A lo que Rosa le responde:
-Serafina no hables así de nuestros amigos, son buenos conmigo, no deberías tratarlos mal.
-Gaby: ¡Ay! Rosa tan linda como siempre, pero esos no son nuestros amigos, mira nomas como son. No se comparan a nosotras.
Rosa, muy enojada decide irse a su casa, porque sus dos amigas quizás no cambiarían sus malas actitudes y prefería no escucharlas más.
Al irse, Gaby dijo:
-Esa Rosa, no sabe distinguir a sus amigos, pero bueno sigamos haciendo esto, para esos feos, pronto estaremos con nuestro premio.
-Serafina: Claro que sí, ya casi está todo listo.
Las conejitas al pensar erróneamente no sabían lo que les esperaba, puesto que cuando terminaron su regalito, se le acercaron al abuelo y les dijeron:
Serafina y Gaby: ¡Abuelito! ¡Abuelito! Hemos terminado nuestros obsequios, acompaños a entregarlos, para luego darnos nuestro premio.
El abuelito muy contento, pensando que sus nietas habían reflexionado sobre lo mal que es faltar el respeto a los demás, las lleva muy contentas a entregar los obsequios.
Primero llegan donde el caballo, quien las recibe, pero ya no como antes.
Las conejitas le enseñan lo que les tenían que dar.
-Mira caballo esto es para ti, acéptalo y no te quejes.
El abuelo sorprendido de lo que le dijeron, las miró enojado y las llamó. Sin esperarse que su amigo Pedro les diera una lección.
-Pedro: ¡Ay! Serafina y Gaby, ¿Cuándo van a aprender a no ser así con los demás?, no aceptaré su regalo, todos estos días lo único que han hecho es burlarse de mí, de mi físico y ni siquiera me llaman por mi nombre, apuesto que ni se lo saben.
Las conejitas asustadas por su respuesta, van donde su abuelito y les dicen, Pedro nos trató mal y ni siquiera cogió nuestro regalo.
El abuelito sintiéndose algo triste al ver las caritas de sus nietas les dice:
– ¿Qué tal si vamos donde su otra amiga a quien les darán el otro obsequio?
Las conejitas algo desanimadas les dice que está bien, que las lleve.
Al llegar su amiga las atiende de manera correcta, pero les paso exactamente lo mismo que con Pedro y no aceptó su regalo.
Ellas ya muy tristes le dicen a su abuelito llorando, ¿por qué no querían aceptar el regalo que habíamos hecho?
El abuelito algo conmovido les dijo:
-Mis conejitas lindas, hoy les hice hacer esta actividad para que ustedes reflexionen sobre sus actitudes, lo que les dijo Pedro era verdad, ustedes se han burlado y le han faltado el respeto a todos sus amigos y ustedes cómo creen que se sintieran ellos al oír las cosas feas que les decían, hoy ellos se defendieron y hicieron exactamente lo mismo con ustedes y miren como terminaron.

Las conejitas empezaron a reflexionar y dijeron:
-Serafina: ¿Qué hemos estado haciendo?, Ya entiendo todo y me siento muy mal.
-Gaby: ¡Es verdad!, Como lo sentimos ahora ellos no nos quieren hablar.
El abuelito Benjamín al verlas triste reúne a sus amigos y les dice a sus nietas que era el momento perfecto para ofrecerles una disculpa a cada uno de ellos por haberlos tratado como no lo merecían.
Ellas empezaron a hablarles sobre lo mal que se sentían al haberlos ofendido por tanto tiempo, que al fin entendían cómo se sentían y les pedían una disculpa por faltarles el respeto, prometían no volverlo hacer y que esperan llevarse bien con todos ellos e incluso que le enseñaran un poco mas de valores.
Fin

Autores:
– Paula Vallejo
– Darlene Perero
– Gabriela Alvarado
– Jessenia Valente
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