¿A quién amas? dijo la niña, la anciana tejía sus hilos de plata
¿Amas acaso el fresco del alba? La anciana distaba mirar la ventana
¿Amas la llama que crepita alada? La anciana en túnica enclaustra su alma
¿Amas la música brotar de las ramas? La anciana en sollozo rezaba sus mantras
¿Amas de dulce la fruta soñada? La anciana sucumbe a su boca vetada
¿Amarás la parca cercar tu morada? La sombra siniestra sus pieles helaba
No sabes, no dices, más yo sé que amas
Tú, amas la piedra que llevas atada
la melodía lánguida de antiguas desgracias
el sabor amargo del vuelo truncado
el gélido abrazo del camino errado
amas a esa sombra mostrando el fracaso
No ames las ánimas, las que te han legado,
arroja la piedra, libera el pasado,
que las aves cantan y ya es el ocaso.
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