Hola a todos, o quizás a nadie.
No sé por qué medio llegaron aquí o quienes sean los que estén leyendo esto, pero eso no importa en absoluto, y quizás lo que lean aquí tampoco, simplemente una historia, párrafos, frases, palabras, pensamientos, recuerdos, mi pasado….
Si les gusta leer sobre la vida de los demás los invito a quedarse, aunque más bien, es sobre la desgracia ajena, pues no voy a escribir una biografía completa, sino sobre todas esas cosas que marcaron un antes y un después en mi vida, cosas que no sabe casi nadie, pues a lo largo de mi vida, he intentado contarlo, pero las personas no escuchan a menos de que les importe, o saquen algún provecho, así que simplemente deje de intentarlo y lo he cargado conmigo.
¿Traumas? Jajaja si… quizás eso es lo que me ha llevado hasta donde estoy ahorita, y no me avergüenza decirlo, es algo que todos tienen, pero no lo aceptan. En mi caso esos traumas son algo… sutiles, pero te encadenan de cierta manera.
Cierto, cierto, y de buenas a primera se han de preguntar el porqué de esto ¿o no? pues simplemente he llegado al punto en donde todo aquello que he guardado ya no lo puedo simplemente ignorarlo, o quizás si podía seguir haciéndolo, pero… en estos días me paso algo que… me destrozo por completo, algo que… bueno, ya lo sabrán en su momento.
Bien empecemos.
Saben tengo un poco de celos, celos a aquellas personas que tienen amigos de hace años, que crecieron juntos y hasta la actualidad siguen saliendo, pues se han conocido por 2, 3, 4, 5, años o quizás más. Veo personas así y me pregunto si todo hubiera sido diferente si hubiera crecido en un entorno así.
El mudarse para un niño es difícil, y eso lo sé por qué lo experimente muchas veces, el irse de un lugar, dejando todo lo que conocías atrás, para llegar a otro completamente distinto, en el que no puedes salir de casa pues no conoces nada, y eso no es lo único malo, sino la escuela también, ojalá todo fuera tan bonito como lo pintan en las series o películas, pero la realidad es muy distinta.
….
Después de pensarlo un poco, concluí que clasificare esto por los lugares en los que he vivido, creo que así será mas fácil. Por cierto, si se preguntan el por que de tanto cambio de casa, es por que mi papá era militar, y la vida de un militar es así, de un lado a otro con familia o sin familia, y en nuestro caso era con familia.
Santa Lucia, México
Edad: 4 años.
4 años, a los 4 años empecé a tomar conciencia de mí y de lo que me rodeaba, fue raro, lo primero que recuerdo fue un sueño, un sueño en donde caminaba por una casa mientras muchas personas metían cosas a cajas como si se estuvieran mudando, y al abrir mis ojos ahí estaba, “Luis” mirando hacia un gran techo blanco, listo para aprender lo difícil que es la vida. Fue como si… en un videojuego hubiera cargado una partida de un personaje en primera persona, jajaja suena raro lo sé, pero así paso, de repente abrí mis ojos y empecé a ser yo, empecé a recordar todo lo que hacía, a aprender que debía y no debía hacer, los 4 años pasados simplemente era algo negro en mi memoria no recordaba nada, y… ¿por qué recordarlo?
Cualtitlán Izcalli, México.
Edad: 5 años.
En ese lugar entre al kínder, a los 5 y a esa misma edad a la primaria. No supe que paso ahí, pero termine el kínder en unos cuantos meses y de repente ya estaba en primero de primaria. En fin, en ese lugar hice primero y segundo, no salíamos mucho de casa pues los que me conocen un poco, sabrán que mi mamá es originaria de un pueblito de Jalisco, llamado «El Salvador» y para ella salir en la ciudad era algo muy complejo…, además de que mi papá casi nunca estaba en casa por su trabajo, a veces no llegaba en meses por lo que solo estábamos mi mamá y mis dos hermanos. Así que de seguro ya se han de ir imaginando la situación, en pocas palabras mi mamá era la que nos criaba, la que nos educaba, la que nos llevaba a la escuela, etc. mi única diversión fuera de la escuela era jugar con mi hermano, y a veces con un amigo de la primaria que vivía cerca de mi casa.
A mi mamá… siempre la sentía triste….
El Salvador, Jalisco.
Edad: 7 años.
Por problemas “económicos” nos mudamos a el pueblito de mi mamá, en donde todo mejoro un poco para todos, tenia mas libertades, y familia con quien jugar y convivir. Entre a tercero de primaria en ese lugar, era un colegio de monjitas, pues estas eran las que daban las clases. Me fue un poco difícil hacer amigos al principio, pero como todo un niño terminé llevándome bien con unos cuantos compañeros, bien dicen que el mal común hacen que otros se alíen, en ese tiempo… era un poco, o quizás muy imperativo por lo que siempre fui el objetivo de las monjitas, reglazos, pellizcos, jaladas de pelo, quedarse parado una hora en el patio en pleno sol etc. Y bueno, con el tiempo mas compañeros se iban sumando a la causa, así se hizo un “grupito” por así decirlo y entre ese grupito había un amigo en especial con el que me llevaba mejor, con el tiempo salíamos mas y a veces iba a su casa a jugar.
En su casa, me di cuenta del horror de las adicciones, pues su papá era adicto a al alcohol y otras drogas, a veces cuando estábamos jugando este llegaba pues mal… y mas de una vez me toco ver como este golpeaba a la mamá de mi amigo, o incluso a mi amigo, yo me iba cuando el llegaba, pero bueno, me toco presenciar el poder de las adicciones.
Ya en mi casa me ponía a reflexionar o incluso a llorar por que le pegaban a mi amigo, por alguna razón me sentía muy mal, pero no por ello deje de ir a su casa pues el me invitaba cada que podía, me decía que no podía jugar con otras personas pues nadie volvía a su casa después de presenciar eso.
Cuautitlán Izcalli
Edad: 8 años.
Volvimos al mismo lugar en donde vivíamos, pero para mi sorpresa el amigo con el que salía a jugar ya no estaba y la escuela a la que asistía había cerrado, por lo que me tuvieron que inscribir a otra que se encontraba a media hora o quizás un poco mas caminando. Dirán, ni que fuera para tanto, pero en México es otra cosa muy distinta, aparte mi papá seguía en las mismas de no aparecer durante semanas o meses.
Estaba en cuarto de primaria y mi mamá nos llevaba y nos traía diario, si, a mi y a mis otros dos hermanos. En más de una ocasión escuchaba como le gritaban cosas a mi mamá (los señores) y una vez nos persiguieron, desde ese entonces nos íbamos en taxi.
En la escuela, esta vez no pude hacer amigos, pues ya todos se conocían y ya tenían sus grupitos, e incluir a alguien desconocido y externo no estaba en sus planes. Por lo que empecé a ser excluido. Cada intento de entablar una conversación terminaba en un fracaso y con el tiempo fui aceptándolo, por lo que me limitaba a ver y escuchar a los demás. Paso el tiempo y un día en receso o recreo, no se como le digan ustedes, mientras veía la “cascarita” que si no conocen la definición de la palabra es “partido de futbol” bueno, termine jugando por quien sabe que razón, ya no recuerdo, el punto es me hice amigo de uno de los que jugaban, ahora mi diversión en la escuela era jugar futbol en el receso (de portero, y era muy bueno hasta eso). Después de un tiempo mi amigo me invito a su casa que por azares del destino era muy cerca de la mía, por lo que mi mamá accedió y me llevo. Aquí quizás diga algo un poco feo o chocante para algunas personas, pero mi amigo era de poco dinero, su familia era pobre por así decirlo. Yo no tenía en cuenta las “clases económicas” con las que la humanidad tienden a clasificarse, así que no me interesaba y aun en la actualidad no me sigue importando.
Recuerdo muy bien el panorama de su “colonia” de sus “calles”, de su “casa”, pero a pesar de ello, nunca lo vi quejándose a el o a su familia, y es más, se veían felices con lo poco que tenían, era un familia muy única y amable, mas amable que muchas de las familias que he conocido hasta la actualidad, en la comida todos se juntaban en la mesa, bendecían los alimentos y platicaban sobre las cosas que habían hecho, el hablaba de la escuela junto con su hermana, la mamá sobre su familia, el padre sobre su trabajo, se aconsejaban y al terminar volvían a sus actividades, a decir verdad, era… muy bonito. En su colonia solo vivían dos familias, ellos y otra más, todas las demás casas estaban abandonadas.
El Heroico Colegio Militar
Edad: 9 años
El heroico colegio militar…, un lugar en donde me paso algo que cambiaria mi vida, para bien o para mal….
Otra vez a un nuevo lugar en donde no conocía a nadie, pero a diferencia de la vez pasada tuve mas suerte, ya que a la semana de haber llegado hice amigos por donde vivía, y uno de esos amigos asistía a la escuela en donde me habían inscrito, ya estaba en quinto de primaria, creí que iba a pasar lo mismo por lo que no me entusiasme demasiado, pero para mi sorpresa ese amigo no solo asistía a mi escuela sino a mi clase también, sentí un alivio como no se lo imaginan, para mí fue más fácil conocer a los demás.
Como el heroico colegio militar era una unidad habitacional solo había familias de militares viviendo en ese lugar, aparte de que era resguardado por militares claro, así que no había peligro para las familias. Adentro había todo lo necesario, escuela (la cual me quedaba a 3 minutos de mi casa), centro comercial (al que llamaban Sedena), muchas áreas verdeas aparte de parques y una iglesia (a la que bautice como la iglesia cruz, ya que tenia esa forma), esta estaba cerrada ya que hubo problemas con las distintas religiones que había entre las familias.
Paso el tiempo, casi un año en realidad, iba a la escuela solo, volvía, salía a jugar con mis amigos etc. Lo que hace un niño…, hasta que la conocí, Grecia, la primera mujer por la que se podría decir que sentí amor y mucho cariño, pero también la que me cambio la vida.
Ese día era como cualquier otro, mi mamá me había mandado a las tortillas a la Sedena en mi bicicleta (que por cierto me quedaba a 10 min.), y mientras pasaba por cierto lugar, sentí algo raro que me hizo desconcertar, por lo que perdí el equilibrio de la bicicleta y me caí de esta, en ese tiempo era muy llorón por lo que una caída de bicicleta me bastaba para llorar por un buen rato, y no solo eso, lloraba por cosas que ni al caso. Me levante y me di cuenta de que había perdido mi amuleto, por lo que me preocupe y busque un buen rato, pero al no poder encontrarlo, me rendir y me fui llorando. Cuando pasaba por el lugar me detenía a buscar un rato y me iba al no tener éxito.
Así pasaron los días hasta que ella apareció. Iba de nuevo en mi bicicleta cuando al terminar una curva y ver el lugar en donde me había caído, se encontraba una niña, una de las niñas mas bonitas que había visto hasta el momento, me sorprendí tanto que me dio pena y como todo un niño acelere el paso, y asi pase de largo, esa vez no pude detenerme a buscar mi amuleto. Al día siguiente paso lo mismo, la niña se encontraba sentada en la banqueta a lado del árbol en donde me caí, así que hice lo mismo, pero esta vez me pude dar cuenta de que la niña se me había quedado viendo. El día siguiente lo mismo, pero esta vez la niña hizo una seña muy sutil de la cual me di cuenta hasta que la había pasado.
– ¿Ella intentara hablarme? -Fue lo que pensé.
Bien dicen que sino es la tercera es la cuarta de a fuerzas, y cuando digo de a fuerzas es porque esta vez cuando iba pasando la niña, en un impulso se puso frente a mi bicicleta y yo por instinto frene a fondo con mi único freno delantero que tenía, lo cual me hizo salir volando y chocar con ella.
Me levante asustado y le pregunte si estaba bien, ella me respondió con un “sí”, después al saber eso me puse a llorar pues yo si me había raspado, pero entonces ella saco algo de sus bolsillos, estiro la mano hacia mí y al ver lo que sostenía, me di cuenta de que era mi amuleto. Me puse tan feliz que el dolor desapareció momentáneamente. Después de ello le agradecí, hablamos un poco y me fui.
Desde ese día, a veces la encontraba sentada en el mismo lugar, por lo que me detenía y hablábamos un poco. Con el tiempo nos hicimos amigos y empezábamos a jugar, hablábamos, reíamos, nos peleábamos, nos reconciliábamos, ella fue la primera amiga que tuve por lo que no sabia como tratarla, bueno, a una mujer, y eso hacia que a veces se enojara. En fin, pasamos mucho tiempo juntos, y por ello me fui dando cuenta de algunas cosas.
Primero: No quería alejarse mucho del lugar en donde siempre nos encontrábamos, lo mas lejos fue un parque que nos quedaba a un minuto.
Segundo: No le gustaba agitarse o cansarse mucho por lo que no hacíamos actividades muy agotadoras.
Tercero: Por alguna razón siempre se iba a una misma hora y para ello siempre se llevaba un reloj en forma de mariposa.
Cuarto: Me dijo que no le dijera a nadie que salíamos a jugar, por lo que siempre lo tuve como un secreto.
Quinto: Nunca mencionaba nada sobre su vida privada. Y tiempo después me di cuenta del por qué.
Recuerdo la ultima vez que la vi, estábamos recostados en un parque viendo el cielo nocturno y todo lo que este traía consigo, estrellas, luna y a veces estrellas fugaces. Nos peleábamos para ver quien se quedaba con la luna o las estrellas con forma de perrito. Que por cierto ella se quedo con la luna, pero yo estaba mas que conforme con mi perrito, pues desde hace tiempo ya, quería tener uno.
Se preguntarán que hacen unos niños solos de noche, pues bueno, nos escapábamos de nuestras casas para ver las estrellas, era algo que nos gustaba mucho a los dos. En las tardes se tenia que ir a una misma hora, pero las noches eran para nosotros sin límites, o hasta que nos diera sueño.
– ¿Qué quieres ser de grande? -Le pregunté, y solo hubo silencio por un buen momento, creí que lo estaba pensando, pero ahora sé que quizás no quería responder.
-Yo… quiero viajar, quiero conocer muchos lugares y ver por siempre las estrellas como ahora. -Me respondió, mientras alzaba su mano e intentaba atrapar la luna con ella. – ¿Y tú?
-Yo… mmm… no lo sé…. -Dije con duda
– ¿No quisieras ser como tu papá? -Me pregunto
-No sé ni lo que hace mi papá, solo se que siempre esta muy ocupado y por eso no nos visita mucho. -Le respondí mientras veía a mi perrito.
– ¿No… quisieras mejor dejar de ser un llorón? -Me dijo para burlarse de mí.
-Ya casi no lloro. -Dije defendiéndome un poco molesto.
-Ya se, cuando dejes de ser un llorón y te comportes como un hombre, ese día te invitare a mi casa.
Después de ello, nos levantamos y nos fuimos, cada uno a su casa esperando al siguiente día para volver a vernos, esta vez en la iglesia cruz, pero… eso nunca paso, pues nunca volví a verla.
Esperaba cada día en la iglesia cruz, pero ella nunca llegaba, hasta que cierto día, una tarde, vi a una pareja de esposos que se acercaba a donde me encontraba yo. Creí que solo iban de paso, pero al verme se me acercaron y me preguntaron mi nombre, después de decírselos la señora empezó a llorar y me abrazo, mientras que el señor tocaba la espalda de la señora y acariciaba mi cabeza.
No sabia lo que estaba pasando, pero empecé a llorar también pues el sentimiento que la señora me transmitía era muy triste, después la pareja me invito a su casa, me enseñaron un diario y entonces me di cuenta de todo lo que pasaba.
Grecia…, ella… tenía un problema en su corazón y debido a ello, sus padres la privaban de muchas cosas, no iba a la escuela, no la dejaban salir, no tenia amigos, y varias cosas más, pues ellos pensaban que así podían protegerla, pero en el fondo sabían que tarde o temprano iba a pasar….
Después de revisar sus cosas dieron con el diario y así llegaron hasta donde me encontraba yo.
-Gracias. -Eso fue lo último que escuché de ellos y más nunca los volví a ver.
“Gracias”, no entendí el por que de esa palabra hasta mucho tiempo después, y de seguro quien este leyendo esto también se lo ha de imaginar.
“¿Que significa ser un hombre?” “¿Qué define a un hombre?” “¿Cómo puedo ser un hombre?”
Esas preguntas y sus recuerdos fueron lo único que quedaron en mi interior, pues al parecer había visitado su casa sin dejar de ser un llorón y ser un verdadero hombre, así que ahora debía cumplir al menos esas expectativas….
Eso me preguntaba cada vez que caminaba por el mismo lugar en donde jugábamos, y sin darme cuenta con el tiempo empecé a caminar por todos lados, sin rumbo, razón o destino.
Quizás piensen que podía aprender de mi padre o pedirle consejos, pero les vuelvo a decir que el casi nunca estuvo con nosotros por lo que nunca tuve una figura paterna de donde aprender, y eso lo sabía muy bien, así que solo me quedaba pensarlo y descubrirlo por mi cuenta.
Después de un tiempo supe que nos mudaríamos de nuevo por lo que me puse triste de volver a dejar a mis amigos y empezar de nuevo, pero tuve una idea.
-Un perrito, en mi cumpleaños pediré un perrito, así como el que veo en las estrellas.
Y en mi cumpleaños llego, llego mi Matilda, la única amiga que no me dejaría solo, no importara a donde me fuera ella iría conmigo…. Toda bizca, pero para mí, ella era perfecta, y mas lista que otros perros.
Mi Maty….
C. D. Obregón, Sonora.
Edad: 11 años
El ardiente y sensual Sonora, en donde me pasaron otras experiencias que me marcaron. Llegamos a mitad de año, por lo que entre a una escuela primaria a mitad de sexto. Esta vez no tuve nada de suerte, pues no conocía a nadie, además de que las costumbres, tradiciones y otros factores eran muy distintos de los que conocía, por lo que paso de nuevo, me excluyeron y así tuve que pasar 6 meses.
Aquí les va algo curioso y una tanto gracioso, el único amigo que tuve en la escuela ni siquiera asistía a ella, y de hecho ni siquiera podía por que me llevaba como por 7 años o más.
Un vendedor de frutas y dulces…, sí, atrás de mi escuela se ponía a vender un tipo del cual no recuerdo su nombre, pero era con el único que podía hablar, y saben, era un poco extraño pues entablábamos buenas conversaciones, quizás el pensar tanto sobre muchas cosas me ayudo a desarrollar ese habla a tan corta edad.
El muchacho me contaba sobre su vida y el por que vendía fruta (que por cierto, es una larga y un tanto triste historia), yo le contaba de donde era, de mis amigos, los lugares en donde había vivido, sobre mi familia, y cosas así, a veces hasta me regalaba fruta con tal de que le estuviera haciendo platica o lo escuchara jajaja.
Y fue triste como termino nuestra relación por que un mes antes de graduarme, creo que los niños les dijeron a los maestros, o los maestros se dieron cuenta, o no sé en realidad, que hablaba con un tipo que vendía cosas atrás de la escuela, y lo que hicieron fue correrlo de ahí…. Lo sé, lo se quizás fue mi culpa, pero cuando lo supe, por que de hecho me citaron en dirección y me dijeron que no debía hablar con gente extraña, creo que por primera vez me sentí como alguien mayor, porque al salir dije:
-Pinches mocosos fueron y les dijeron a los maestros.
Al final del día solo esperaba con ansias a que terminara la escuela para poder regresar a casa con mi única amiga, con mi ahora hija Maty.
Así paso el tiempo hasta que por fin llego el día de la graduación. No pude poner una sonrisa mas fingida a la hora de que me tomaran la foto, y mis “amigos” rayaran mi camiseta blanca que acababa de lavar apenas unas horas atrás.
Nunca me gusto decirle a mi mamá que no tenia amigos en la escuela, pues no me gustaba que se preocupara, no cuando ella ya tenía muchas cosas en las que pensar y lidiar…. Así que simplemente me lo guardaba y le decía que todo estaba bien o a veces le mentía. De hecho es como lo veía haciendo ya desde el heroico, yo lidiaba con mis propios problemas, no me gustaba ser una carga mas para mi mamá… aparte de que un hombre lidiaba con sus propios problemas, o al menos eso escuche de un programa de televisión (y se me hace curioso que desde esa edad ya empezara a pensar de esa manera, a la única que le podía confiar mis secretos y problemas era a Maty).
Entre a la secundaria y con esa nueva etapa también llegaron muchas otras cosas, otro mundo para mí.
Uno de mis compañeros de la primaria, quedo en mi clase, por lo que no se me dificulto tener mas amigos, pues con dos ya tienes la confianza suficiente para hablarle a un tercero y a un cuarto, así paso el tiempo en la secundaria, normal en pocas palabras, por fuera de esta mi mamá me inscribió a un curso de inglés, así que tenia que ir al ingles por las mañanas y por las tardes a la secundaria, esa empezó a ser mi rutina. Además ya tenia la edad suficiente para empezar a valerme por mí mismo así que ya lavaba mi ropa, me hacía de desayunar o cenar, me iba yo solo al ingles y a la escuela, tomando camiones y caminando otros tramos mas por la ciudad, entre otras cosas.
Se les va a hacer raro, o un tanto gracioso, pero la poca educación que tenia sobre el como debe ser un hombre la investigaba de Internet, la veía por programas en la televisión, o inclusive jugando videojuegos, pues en la vida real no tenia de donde basarme como ya lo había mensionado.
Hasta ese entonces tenía algunas cosas muy claras
Un hombre debe:
Valerse por si mismo, respetar a las mujeres, lidiar con sus problemas, ser amable con los demás, ser fuerte, cuidar de su familia, no debe llorar, debe ser trabajador (bueno, eso no lo podía hacerlo aún), ser leal, entre otras cosas.
Avancemos en el tiempo un poco más, al momento en donde me culpe por no salvar a una mujer.
Cuando iba a inglés, al subir al camión ella siempre estaba ahí, o al menos la mayoría de las veces, sino es que ella tomaba un camión distinto o a mí se me pasaba este. Una mujer quizás un año o dos mayor que yo, muy hermosa y de piel morena. Siempre iba viendo por la ventaba, viendo hacia la ciudad sin importarle nada mas a su alrededor, ni las personas que se subían a pedir dinero, o vender cosas, los repentinos movimientos del camión, ni siquiera quien se sentara a su lado, ella siempre tan distante, siempre sola, siempre triste….
De alguna forma podía sentir que ella estaba triste o se sentía mal por alguna extraña razón, enserio no se por que pero lo sentía, era algo similar a lo que sentía con Grecia al principio, por lo que ya pensaba en preguntarle si le pasaba algo, pero no encontraba el momento ni como el como decirle. Hasta que un día me toco sentarme alado de ella, pasaron algunas cosas y bueno, encontré la oportunidad pero simplemente las palabras no salieron y me maldije por ello. Al bajar del camión y dar la vuelta hacia este, la mirada de la muchacha y la mía se encontraron, así permanecieron hasta que el camión partió se interpuso en nuestra visión.
-Yo… mañana le preguntare sin falta, lo prometo. -Me dije mientras apretaba mis puños y lo prometía desde el fondo de mi ser. Pero esa fue una promesa que nuca cumplí, pues nunca volví a ver a la chica.
Tiempo después supe lo que le sucedió a la mujer por una noticia.
A ella la obligaban a vender drogas, algo que no le gustaba para nada, pero no tenia opción, no se que tantos problemas le pudieron pasar que al final decidió suicidarse sin antes dejar una nota disculpándose por todas aquellas vidas que arruino. Ella se había ahorcado.
Al saber de la noticia y ver que era ella, algo me destrozo por dentro, desde el fondo de mi corazón empecé a culparme, a odiarme, pues pensaba que si tan solo le hubiera preguntado en aquel momento hubiera podido cambiar algo…. Llegue al punto de llorar a pesar de que me había prometido no volver a hacerlo, esa fue la primera vez en llorar desde lo que paso con Grecia. No pude dormir por varios días, y me culpe durante muchos años hasta que entendí que quizás con solo preguntar no bastaría para poder ayudarla.
Tiempo después de que eso paso, empezó otra etapa en mi vida, sí… nunca puede faltar el bullying, pero con el bullying llego una de las personas que influyeron completamente en mi vida.
“Los cholos”, yo les pregunto, ¿que son los cholos? Hay muchas maneras de describirlos y hasta clasificarlos, pero en ese entonces los cholos para mi eran los que se juntaban en pandillas para golpear a otras pandillas, fumaban marihuana, rompían cosas, grafitiaban etc. no importaba la vestimenta, y bueno, de hecho mi secundaria parecía estar repleta de cholos, paredes grafitiadas, vidrios quebrados, peleas, marihuana, bueno, si algo aprendí de los cholos de Sonora es que no se andaban con rodeos, ellos a lo que iban y lo que querían lo hacían. Si había una pelea no empezaban empujándose con el hombrito y diciendo, “pues que” ahí llegaban y empezaban a dar a diestra y siniestra, si te tomaban desprevenido te daban una santa o más bien una demoniaca golpiza, si se querían irse de la escuela no preguntaban o salían por la puerta principal, ellos se saltaban o hacían agujeros en las paredes para pasar por ahí, y cuando digo agujeros en las paredes es eso literalmente.
Los profesores ya estaba artos de que se fueran de la escuela por lo que mandaron a hacer una cerca de unos 2 metros de altura y al final un alambre de púas, la cual colocaron arriba de una barda de ladrillo la cual rodeaba la secundaria y que obviamente no era para nada frágil pues se veía que estaba bien hecha y tenía un espesor de unos 20 cm o un poco más.
Bueno, pues eso no vasto, un día sin previo aviso apareció un agujero en la pared, por donde siempre se saltaban los cholos para salirse de la escuela, y enserio, me sorprendió tanto jajaja, tiempo después mandaron a parchar el agujero con concreto e instalaron cámaras por toda la secundaria. Pues a la semana muchas de las cámaras ya estaba quebradas y otras se las habían robado y para el colmo el agüero ya estaba de nuevo.
Con eso creo que deberían de darse una idea de la diferencia de cholos. Bueno volviendo al tema principal del bullying, pues aún recuerdo cómo empezó todo, los tipos de grados mayores se metían a los salones de los de grados menores a golpear a los alumnos o reírse de ellos, y mi salón no fue la excepción, y eran golpes chidos no que sapes o empujoncitos, ellos le daban con todo o hasta agarraban vuelo, de hecho mas de una vez me entumecieron un de las piernas de una patada. Bueno, de hecho ese día llegué a mi casa y no pude disimular el caminar, mi mamá lo supo enseguida, me pregunto lo que tenía y pues un sentimiento algo raro entro en mí, empecé a soltar algunas lagrimitas mientras le decía, me esforzaba por no llorar, pero ya habían salido unas cuantas.
Mi mamá llamo a mi padre y me lo paso, le dije lo que pasaba y en ese momento creo que fue el primer consejo que me dio en mi vida.
-No te dejes, si el te golpea tu golpéalo de nuevo.
Las palabras de mi padre resonaron en mi cabeza y junto a ellas una pregunta.
“¿Qué es lo que hace a un hombre?”
-Yo… lo golpeare también, por que eso es lo que hace un hombre.
Al día siguiente en la escuela llegaron los mismos tipos, se paro frente a mi el tipo que me golpeaba el cual fácil pesaba unos 15 kilos mas que yo y me dejaba por otros 20 centímetros o más de altura. Este me golpeo y sin cambiar mi rostro por uno de dolor aprete mi puño y le devolví el golpe en la cara, quizás no fue tan fuerte como el me había golpeado, pero por un momento lo vi desconcertado, quizás pudo deberse al golpe, o por que simplemente no estaba preparado mentalmente que la presa le haya devuelto el golpe.
Después como que agarro la onda de nuevo y por lo que vi en su cara se enojo y mucho por que se puso rojo, algo en mi sabia que esto iba a terminar muy mal, pero cuando ya me había preparado para lo peor vi a mi salvación subir por las escaleras, sí, era el Profe Teodoro en paz descanse, no me caía bien, pero en el momento lo ame como no se pueden imaginar.
Paso el tiempo en la escuela, el cual se me hizo eterno, pues en cualquier momento creí que el tipo iba a regresar, pero no paso así, al salir iba aliviado de que no pasara a mayores, pero justo cuando iba pasando por una calle a obscuras me encontré con el tipo y sus amigo, en ese momento supe que mi fin había llegado, quería correr, pero ¡carajo!, un hombre se queda a pelear (claro, aun no sabia que la mejor arma de un hombre para no morir son sus piernas, pues como dicen: aquí corrió que aquí quedo, y es muy cierto, no es cobardía… o quizás un poco, pero mejor hacer una retirada estratégica que perder todo en el proceso, y no lo digo yo, lo dicen los grandes exponentes a lo largo de la historia. Yo no he escuchado de ningún personaje histórico que no haya corrido por su vida en algún momento, para después volver y hacer grandes cosas, pero bueno, en ese entonces yo no lo sabía, y en los programas que veía en la televisión, ninguno de los protagonistas se había rajado a unos madrazos endemoniados hasta el momento, así que me la tendría que rifar), en fin, me atacaron entre todos y ante la inminente derrota opte por la segunda arma más poderosa de un hombre, así es…, me hice bolita. Cubrí mi cara y mi cabeza con mis brazos y me puse en posición fetal.
Los golpes y patadas llovían sin que pudiera hacer nada hasta que llego…, Alex.
De repente los golpes dejaron de llegar mas no se dejaban de escuchar, y junto a ellos quejidos y gritos. Desconcertado de lo que estaba sucediendo abandone mi estado bolita y mire a mi alrededor para ver lo que estaba sucediendo, al ver me di cuenta de que otros tipos habían llegado y estaban peleando con los demás. Aparte de que no entendía nada, no sabía si levantarme o no. hasta que el bando del tipo que me golpeaba perdió y se echó a correr, después uno de los tipos que en teoría me habían salvado, se puso frente a mí y me extendió su mano.
– ¿Estas bien? -Me pregunto
Y en ese momento algo en mi surgió, un héroe había aparecido frente a mí, la primera persona que me hizo sentir que yo quería ser como el, se podría decir que se convirtió en un ídolo para mí.
Me dijo su nombre y yo le dije el mío, seguido a ello le pregunté por qué me había ayudado y me respondió diciendo: Que por que me había defendido, que él no defendía a los que no estaban preparados para pelear.
Todas las palabras que me decía se grababan al instante en mi cerebro, era como si estuviera tomando nota. Después de mirarlo mejor me di cuenta de que era mi misma escuela y llegué a la conclusión de que me vio mientras le daba el golpe al tipo. Me dijo que si volvía a tener problemas podía decirle, ya que una pelea entre muchos es de cobardes, pero si veía que me agarraba 1 a 1 el no se iba a meter.
Paso el tiempo, nos hicimos amigos, muy buenos amigos, aunque en la escuela no podía hablarle ya que me dijo que tenía muchos enemigo, así que era mejor para mí que lo ignorara, pero fuera de la escuela podía salir con ellos, me da risa por que me convertí en uno mas de su grupito, los acompañaba a todos lados, a veces nos peleábamos con otros, grafitiabamos, eso sí, nosotros no fumábamos, ni quebrábamos cosas.
Alex tenía valores y objetivos, objetivos que lo llevaron a donde se encuentra en este momento…, bajo algunos metros de tierra, en un lugar frio y muy reducido. Todas aquellas cosas que me decía y me inspiraban a ser como el, su padre se lo había enseñado a él hace tiempo ya, y por su padre es que se encuentra en donde está ahora.
Bien dicen que si buscas venganza debes cavar dos tumbas, pues bueno, el padre de Alex fue asesinado por otro grupo de personas por un desacuerdo, y lo que buscaba Alex era vengarse de quien había matado a su padre. Hasta que tiempo después obtuvo su venganza, pero… ¿A qué precio?, el también había dado su vida por algo que quizás su padre nunca hubiera querido, pues si él era tan bueno dando consejos, educando, y enseñándole valores a su hijo no hubiera deseado que el diera su vida por algo así.
Me llego la noticia un día después y en ese momento entendí el por qué no contestaba el teléfono, ni respondía mis mensajes para salir con ellos.
– ¿Yo… soy tan débil? -Me dije mientras me maldecía y empezaba a llorar del coraje.
Pues tiempo atrás Alex me había dicho que yo no servía para las peleas, no porque no supiera pelear, sino porque no tenía ningún objetivo y por ello no podía ser fuerte, yo se que suena de película, pero son cosas que pasaron realmente. Como siempre no dije nada a nadie y solo me limite a contárselo a Maty, era con la única que me podía desahogar.
El tiempo volvió a transcurrir y paso algo que me hizo comprender lo peligroso que era el trabajo de mi papá, nos reunió a toda la familia en la mesa y nos dijo que si algún dio lo llegaran a secuestrar y por x motivos nos pidieran dinero por él, que nosotros lo diéramos por muerto desde que desapareció, pues nunca lo volveríamos a ver, ya tiempo atrás nos había explicado que no diéramos información de su trabajo o cosas parecidas, pero ahora entendía el por qué lo decía realmente, pues no solo el, sino nosotros también podíamos estar en peligro.
Y por las cosas que ya había pasado me tome la advertencia de mi padre muy enserio.
-Ya… no quiero perder a nadie….
Tequila, Jalisco.
Edad: 14 años.
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