EL CENTRÍPETO

El testimonio no sentido

es algo que no va conmigo,

pues soy un aislado animal,

una especie única en el universo

–el universo soy yo mismo–,

el verso suelto del verso suelto

observándome el ombligo

en un espejo deformado,

en el que me desvalorizo,

que me devuelve mi semblante sufriente,

anhelante, lánguido y abandonado,

cautivo de luces y colores,

de los olores que me han embriagado,

de los deseos y los amores,

los vividos y los imaginarios,

los sabores y sinsabores

y los bocados prohibidos,

de los reprimidos ardores, bajo llave

encarcelados, y los terrores

de los monstruos de mi infancia,

agazapados en mi mente,

que aparecen y todavía tiemblo.

La agotadora agonía del sufrimiento,

el desvanecimiento de los sentidos,

la atrofia y el postrer caminar,

trastabillado, y ya por la vejez empujado,

con mi crujir de huesos secos

de fisuras cavernosas

que se desencajan como los pensamientos

ojerosos de peregrinaciones obsesivas.

¿Dónde está la otra gente?

No lo se, ¡estoy tan perdido!,

si no lo estuviera no sería poeta

ni me lo permitiríais ya que os gusta entrar en mi laberinto.

Es un titulo muy preciado para el que hay que estar fuera de este mundo

fuera de su legado,

fuera de lo común, de lo que siente la gente,

del sufrimiento compartido,

de la inconsistente bestialidad

de los provocadores obsesionados

que odian todo lo que se mueve, del devenir de las cosas,

de los que aplastan todo, convertidos en soldados

a las órdenes de cualquier pervertido.

Me horroriza el cosmos hasta el infinito

pues no me cabe en un verso

al expandirse sin sentido

mientras yo me centrifugo hacia adentro,

pero dentro, muy dentro, y me busco

y no me encuentro, estoy aturdido

de tanto girar en mi epicentro.

¡No me mires! ¡No te veo!, para mi no existes,

por ti nada siento, no me importan tus dolores,

ni tus fracasos ni tus éxitos.

Una férrea coraza me aparta de tus quejidos

y no los oigo y ni siquiera los miro.

Nunca he de caer en lo previsible,

en la POESÍA SOCIAL,

pues como dijo la Thatcher 

la sociedad no existe:

¡Sólo el individuo!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS