Una vez, que así bebía ser y aún con miedo dentro de sí, tomando en sus dos manos una chaqueta que del frío no de más le cubriría y sobre sus espaldas un pequeño bolso viejo que a saber de quien tenía, camino.
A juzgar por su aspecto no se sabe a donde iba, pero algo profundo en su mirada trazado un mapa tenía, realmente de si era más que extraño, ya que para quien le conoció sabía que nunca jamás se iría. Y no se veía por donde entenderían como así sin más se marcharía.
Hasta que fue que se fue, dejando por lado todo un rezago de preguntas sin respuesta, tal vez con el ideal de algún día encontrarlas, o solamente la banal idea de olvidarlas, como todo hombre que abandona lo que no sabe o nunca deseo saber.
Es que: ¿Para que saber lo que hay que hacer para hacerlo? decía… Basado únicamente en los pasos que atrás dejaba y con el ligero andar de cualquier fulano más, le estremeció el mirarse que nada era todo lo que tenía y suficientemente tarde, antes de que de nuevo el brillo de el “algo”, de su ojos apareciera pero esta vez más que con un mapa un camino, más que con un camino, un destino y más que con un destino una razón, para que la marcha hacia donde sea que fuera se convirtiera en algo más que simplemente un ciclo repetitivo de movimientos involuntarios , en un proceso que conduce a eso que proyectan sus anhelos, a esos que tantas veces le hacen vibrar cuando cree que duerme y solo sueña.
En el estado básico de no poder consolidarse sin que el tiempo le gánese la carrera y con la pared elemental del hecho de que no todo va suceder porque sí, porque para eso estábamos ahí, decidió cesar lo que hacía, por que ni el lo sabía, fue entonces en conclusión de algo que no termina aún, que empezó de todas formas siendo esto lo que más vale de todo y aunque nunca a lo largo de lo que quede se terminé ya se fue más lejos de lo que más nunca antes había estado, valla si a quien no le va importar si no más a él, verse en una vez donde fue y donde es ahora.
OPINIONES Y COMENTARIOS