Despídete de mi

Siempre me parecieron cansadas las despedidas,  veía en ellas un pedazo de mi alma rota. Terminaba herida aferrandome a la memoria de un cariño arrebatado en silencio. 

Pasar por guerras internas, duelos que nunca lograron cerrarse, no nos convierte en soldados en un campo minado de rencor porque seguimos yendo a la batalla aún cuando sabemos que nunca habrá un ganador. 

Volví a mi pasado, recorrí el bosque de mis memorias y traté de entender el origen de ti. De mi amor y mi fé hacía ti, pero no lo logré. Porque el bosque que recorrí está quemado por las llamas del egoísmo. Con mis lagrimas apagué la ultima hoja en llamas y con las cenizas me hice un collar. Volví a plantar un árbol, pero está vez no le puse tu nombre, lo cuidaré, lo veré crecer y seguiré plantando hasta que ver el bosque renacer. 

Odio las despedidas, son necesarias para continuar, entender y aceptar que nada es eterno, que nada perdura, sin embargo despidete de mi porque en esta vida no volveremos a coincidir.