Lo que se rompe, ya no se arregla.

Al menos tu historia termino bien, mi hermano y yo éramos muy unidos, misma escuela, misma edad, mismos amigos, pero cuando llego el covid todo cambio, era un día cualquiera, salimos a la escuela y tomas las clases como siempre, al finalizar fuimos a nuestro parque favorito, pero estaba cerrado, corrimos a casa a preguntar, nunca nos esperábamos que al llegar a casa nos encerraran , hicimos caso, pues no sabíamos nada.

Al principio todo fue normal, creímos que se acabaría pronto y solo seguimos con nuestras vidas como si nada, pero no todo fue así, una semana después mamá enfermó de covidd, pensamos que se salvaría pues habíamos escuchado de casos de gente que se recuperaba, sin embargo, ese no fue el caso de nuestra madre, murió, ese día no solo murió mi madre, si no también mi hermano, perdió la esperanza, solo se quedaba en su cuarto sin hacer nada, pensamos que dejándolo se le pasaría, pero solo lo empeoró mucho mas, la muerte de madre, y la falta de nuestro apoyo, lo mato por completo.

Cuando la pandemia terminó estábamos listos para irnos a la universidad, habíamos quedado en que nos iríamos después de la navidad que pasaríamos con nuestro padre, me levante y fui a buscarlo al árbol del jardín, esperando verlo sonreír como lo hacia antes,, como mamá, pero no fue así, corrí a su cuarto con pocas esperanza de encontrarlo, pero solo encontré que se había ido, dejando solo una carta.

– Discúlpame hermana, no aguanto mas esta casa,, no aguanto mas nada, solo quiero estar solo, espero lo entiendas-

En ese momento entendí que mi hermano ya no estaba,, eso paso hace dos años, no se ni siquiera vine a esta ciudad, se suponía que lo vería en este parque hace unas horas, pero supongo que lo que se rompe, ya no se arregla.