Entre las sombras, suprimiendo su presencia, se encontraba Akira, esperando la señal de su compañera Sara para dar inicio al plan que por tanto tiempo habían estado planeado, el objetivo: robar la gema de la vida para traer devuelta a la vida a sus amigos caídos en batalla, a los cuales tanto extrañaba.
De un momento a otro, el museo donde se hallaba la gema de la vida estallo en llamas, esa era la señal que estaba esperando, en ese mismo momento Akira se movilizo hacia el museo en llamas, corriendo a gran velocidad ente escombros y fuego que apenas y rozaban su piel gracias a su gran agilidad, en muy poco tiempo, frente a ella se hallaba la gema de la vida, la cual brillaba de una forma tan hermosa y reluciente, brillaba tanto como la esperanza que tenia Akira en esos momentos, pero esta esperanza, en menos de un segundo, se esfumo al escuchar un grito de dolor de Sara, tomó la gema y corrió en dirección al grito de su amiga.
Desde ese momento, sus recuerdos son borrosos e intermitentes, lo único que sabe es que ese día, Sara dejo este mundo.
Akira despertó en una celda, finalmente, después de 10 años de ser la mejor de la familia Shinreku, la familia de mafia mas grande de toda la ciudad esmeralda, por fin la habían atrapado, sabia que no la iban a dejar salir de ninguna forma, ese era el final, ya estaba muerta.
Paso una semana en esa celda, ella no sentía la necesidad de comer, solo de absorber almas, y una sola le daba suficiente energía como para unas 3 semanas, así que no necesitaba comer en esos momentos, tampoco se empeño en escapar, pues se dio cuenta de que estaba en Alcatraz, y que de ahí no salía nadie, en esa semana solo se dedico a llorar la muerte de su mejor amiga, maldiciendo el no poder ayudarla, y el no saber quien la mato.
Un día alguien llamo a la puerta de la celda, Akira se acerco y la puerta se abrió dejando ver a la ultima persona que quería ver en ese momento: Black, un policía muy bueno, y el único que la había metido en uno que otro apuro.
-Tienes una oportunidad, enana, si trabajas para nosotros como devoradora de almas podrás vivir- la voz de Black dejo ver su gran felicidad y satisfacción por haber atrapado a Akira.
Akira respondió con una mirada fría y amenazante, dejando claro que denegaba la propuesta, pero, en menos de un segundo, apareció detrás de Akira una mano esquelética que la doblaba en altura, acto seguido, la mano agarro a Akira y aventó a la pared.
-Creo que no me explique- la mano desapareció y Black se acerco a la mafiosa para agarrarla del pelo y levantarla con agresividad -No era una propuesta, enana.
Continuara…
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