Los gritos de un futuro sin provecho

Nos conocemos desde hace siglos y coincidimos solo cuando el sol parece tocar el borde de la tierra, el cielo madura y nosotros nos encontramos, te veo tan sonriente ahogandote en tu propia luz, te la pasas muy bien intoxicada de carisma, un carisma anormal, que haces para que me duelan las entrañas, bien dicen que lo más horrible de estar como estoy es que quieres que arregle las cosas la persona que descompuso todo, pero cómo medir lo inmedible, como compensar el dolor la ley lo procura en un mundo gobernado por lo injusto, encontrarse aquí es difícil quizá imposible, pero me encontré en ti, por primera vez me sentí parte de un contexto, ayer estuve a punto de morir y me di cuenta que he empezado a vivir, yo ya estaba muerto desde que te fuiste ayer mientras me apuntaban un chico incluso menor que yo, que no pasaba más por su mente que seguir las órdenes o le iría peor, notaba la ignorancia en sus rasgos, la falta de una corrección en los malos hábitos, la postura, el cabello, los dientes todo era para denotar su ignorancia, salí vivo no sé qué pensar, te extraño lo sé, pero la vida tiene muchas caras, y muchas promesas y hay que afrontar que no todas se quedan y no todas son buenas.