Carta despechada

Carta despechada

Andres Puerta

18/10/2020

Me equivoqué, pensé que eras diferente, pero eres igual a las demás. De verdad te tenía cariño y muchísimo aprecio, sin embargo, me decepcionas enormemente, ahora que ya sé lo vividora y aprovechada que eres. Porque cuando no se tiene nada es cuando más se conoce a las personas. Después no me busques cuando me veas en la cima, ni creas que gozarás de mi prosperidad venidera, ni pretendas que te recibiré con los brazos abiertos o en caminos de rosas.

Y no es que sea rencoroso, simplemente no quieres estar en mi proceso, así que no pretendas estar en mi resultado. Eso sería premiar tu mal comportamiento hacia mí: tu desprecio y arrogancia. Ya que tu ego tan alto como monte Everest no te permite valorarme, y tu ridícula actitud de superioridad hace que me veas como una despreciable basura o como un simple pedazo de mierda. Así que lo siento, si en el futuro no podré recibirte con los brazos abiertos, ya que mi filosofía de no premiar los malos comportamientos me lo impide, y más recordando las veces en que te aprovechabas de mi ingenuidad, además de que me diste la espalda cuando más te necesitaba.

Ahora solo me inspiras malos recuerdos, por eso te haré lo mismo si no recapacitas. Lo bueno es que aún estas a tiempo de remediar algo que provocaste por tu falta de empatía y cruel indiferencia. Aún estas a tiempo de que nuestra historia termine en un final feliz, pero apuesto que tu soberbia no te dejará. Ese ego toxico tan tuyo y tan enorme como el mismo universo, pero no te durará para siempre, ya que morirá con el Karma. Y ese Karma tuyo será tu cuerpo, que como una flor algún día se marchitará.

Y allí, en medio de tu soledad, cuando ya nadie te quiera rescatar, te arrepentirás de haberte dejado arrastrar por el demonio del narcisismo. Y el tormento de tu triste mezquindad, hará que me recuerdes con amarga nostalgia, deseando con todas tus fuerzas tener el poder de retroceder el tiempo, pero será tarde. Lástima que nuestra historia no va a terminar en un final feliz, ya que no quisiste. ¿Y sabes qué? Estoy harto, haré lo que tú quieras, no te volveré a molestar. De ahora en adelante te trataré con indiferencia, así como cruelmente me tratas.

*Nota: El anterior texto es una obra experimental. No duden en avisarme de cualquier error ortográfico, gramatical o de redacción que encuentren. Estoy presto a leer sus sugerencias y aprender de ellos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS