LA VIDA ES, UNA MUDANZA PERMANENTE
Enfrentarse con uno mismo puede ser una batalla interminable, sentarse y a conciencia desmenuzar parte por parte del yo, los motivos del abandono, la racionalidad que se quiere encontrar al partir, el enfrentarse con el cuerpo, con todo aquello que está (pero resulta inconveniente expresar, no sea que uno rompa con las buenas costumbres), la muerte que ronda a cada segundo, a cada bocanada amarga que uno da, no es tarea fácil. Sin embargo; esta es la empresa en la que decide embarcarse Joyce Flores y Los significados de mi vientre, poemario aguerrido que no da tregua desde el principio, que te enfrenta a la crudeza de la vida, que no vacila en externar todo aquello que pesa, que derrumba, que tiene una marca profunda, que cual arenal, se mete en la mirada y sofoca al pensamiento una y otra vez.
Debo decirte amable lector, sino más bien prevenirte, que estás letras debes acompañarlas con unas ganas irrefrenables de brindarle a la melancolía, es una lluvia venida de muy lejos, un chingadazo que te sacude la medula, que espeta de manera contundente el dolor de mujer que Joyce lleva dentro. Un dolor permanente de amor, de soledades, de tristeza en madrugada, de estupor en los días, de infancia perdida, de las conversiones adultas que a todos nos cuesta, de la danza constante con una muerte que cala al universo, del estándar femenino que maneja una sociedad severamente destructiva.
El amor a cuenta gotas, la muerte, la vida, el abandono, todo parece parte de una gran casa vacía, de una mudanza permanente de todo, incluso de uno mismo, porque ya no se reconoce esa otredad, se pelea con ella, se esconde para darle la vuelta a su tiempo, para no verse más desvencijada, para verse más viva o menos muerta, para tratar de encontrar la sonrisa robada por las demás, por aquellas o aquellos con los dados de la fortuna a su favor.
Golpear las tradiciones, dar voz a cuerpo abierto de lo que uno es, sin etiquetas, sin distinciones o bandos ser un agua viscosa y oscura o la mujer sexy y empoderada, es lo que menos le importa al yo en estas líneas. Joyce desentraña la esencia de todo este aquelarre existencial, aceptarse a pesar de ser una entidad que no nos gusta, pero con la que vivimos, porque en los matices de la vida no hay perfección, ni días de eterna primavera, es solamente tener la fuerza necesaria para roer a versos ese granizar por dentro.
Amable lector, ante usted tiene un ejemplar que le aseguro, lo va a derrumbar en más de una ocasión, es el efecto que Los significados de mi vientre tiene, ese escozor permanente, ese helar la piel a versos, es lo que Joyce Flores consigue, así que sin más, le invito a que como yo, caiga una y otra vez ante esta gris humedad hecha poema.
Alejandro Volta
Ciudad Caos
Diciembre 2019
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