Simples sonidos se escuchan en el bosque.
un felino hambriento camina por el sendero de la noche,
un búho observa desde las ramas del oscuro roble
y un extraño animal aparece asomándose por el monte.
Ahora, el felino ya muerto es comido por el extraño animal
que sostiene una flor roja y ardiente;
mientras que el búho observa y aprende que
siempre hay alguien más que reemplaza al más insistente,
o mejor dicho, al idiota que espero demasiado para moverse.
El felino llora y no por su muerte,
sino por el dolor de no haberse comido al búho indiferente.
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