¿SIN MUNDO YA SOY POETA?
I.
Tengo el mundo metido en mi barriga
y siento como todo gira dentro,
con los ardores del Sol en el centro,
que, con retortijones, me atosiga.
Por el ombligo no se desperdiga
ningún mineral de los que concentro
en su vano y eterno reencuentro
sin demonio alguno que los maldiga.
Me lo tragué para hacer poesía
y, poco después, a mi mismo tragar,
incluso mi seso me absorbería
con tal que la pureza pueda alcanzar;
en palabras huecas me perdería
pues ya la razón no lo va a reprochar.
II.
Me chorrean goteras de la mente,
metí la razón en la licuadora
pero no me pasé la aspiradora
y me quedé con la mirada ausente.
Ese liquido forma una corriente,
una catarata liberadora,
desde el anochecer hasta la aurora,
que parece que le gusta a la gente.
Es como una anguila muy irracional
que serpentea en una piscina,
es algo primitivamente animal
que al espíritu «sensible» fascina,
es una regresión hacia el mineral:
lirica devenida en aspirina.
III.
Nos gusta hablar de la naturaleza
pues somos así porque ella lo quiere
ya que a su ley no hay nada que la altere;
por siempre será ella nuestra jueza;
a todas las culturas enjaeza,
no puede haber fuerza que la supere,
quien intenta modificarla muere
y las utopías las descabeza.
Hemos de hablar solo de girasoles,
de lindas flores, pájaros y nidos,
que, por los campos inmensos te inmoles
o contemples los bosques coloridos,
llenos de surrealistas guiñoles
que se mofan de todo lo abolido.
IV.
Sin profundos estudios y reflexión,
con esa corta mirada directa
que solo enfoca en linea recta,
muy pobre sería nuestra percepción.
Con ingenio, se puede hacer diversión:
conexiones, a ver quien las detecta,
y divulgarlas dentro de la secta
de poetas liricos de profesión.
No nos gustan los logros de la ciencia
que ya no admiten más especulación,
tampoco posiciones de conciencia
que pretenden convencer de su razón,
y nunca aprovechamos la experiencia
de los que han trabajado con tesón.
OPINIONES Y COMENTARIOS