Por un breve espacio de tiempo los besos dejaron de estar huecos…
A los dos nos gustaba el café sin azúcar,
la Amapola de Extremoduro,
el whisky con zumo de naranja de su boca,
practicar sexo sucio sin remordimientos
y después hacernos el amor,
las conversaciones hasta las 6 a.m.,
leer un buen libro y otros muchos placeres que no llegamos a compartir.
Pero, sobretodo, a los dos nos gustaba más él…,
y para ganar este juego se necesitaba un empate.
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