Estábamos escuchando Usted Señalemelo

mientras volvíamos de un paraíso llamado Quila Quina.
Esa tarde el clima no nos acompañó mucho. Predominó la lluvia y las nubes grises opacaron el paisaje.
Sin embargo, caminamos sin parar.

A la vuelta, tomamos una combi.
El señor que la manejaba nos avisó que no tenia radio y nos propuso poner música.
Guada se encargó de mostrar su playlist.
El camino de montaña, la mirada dejándose perder en las miles de partículas cristalinas asimétricas de agua que caían sobre la ventanilla, las manos heladas y aquella canción fueron el escenario perfecto.
Ninguna la conocía, solo Guada. Ella nos la presentó.
«Me perdí volandote y encantado del lugar callado» sonaba.
Quedamos fascinadas.
Y sin saberlo, terminaría siendo el tema representante de aquel mágico viaje por nuestro querido Sur argentino.

Mucho tiempo después, y con bastantes decisiones nómadas tomadas de por medio, volvimos a reencontrarnos.
Teníamos que aprovechar. Mica había vuelto de Chile, Lu y yo seguiríamos por el momento adentradas en la ciudad de la furia, Guada se iba a Perú.

Pactamos un barcito cerca del Centro Cultural Recoleta.

Allí, ocurrió la casualidad más hermosa.
«Me perdí volandote y encantado del lugar callado» se escuchó en todo el lugar.
Si, era Usted Señalemelo. Si, era la canción de aquel viaje.

Por un segundo asumí que nada es casual.
O sí, que se yo.
Nos miramos cómplices y sonreímos. Todas fuimos partícipes de aquel flashback.
«Es todo tan el Sur» acotó Lu.

Hay canciones que se transforman en personas.
Hay lugares que se transforman en canciones.
Y esa, era la nuestra.