5 de setiembre del 2020
No quiero ser vulnerable.
Pequeña historia a raíz de lo que vive nuestro país y se comenta en redes sociales y una que otra cosa.
No quiero que me ames ni me que me cuides. No más novelas ni finales de cuentos, esperando al héroe. Por cierto, de niña vi novelas y luego las odié.
Entretenimientos absurdos de hoy en día, la plata fácil y sus narconovelas, las canciones con mensajes pedófilos y con letra grotesca por no indicar el género que todos sabemos.
No es simpatizar o sensibilizar es un ¡Basta!
Quiero ser libre y tener la misma libertad para transitar sin miedos.
Historia de un patriarcado:
De niña siempre quise jugar fútbol mi condición de mujer no me lo permitía, tanto mis contemporáneos como adulto lo veían raro. Era del centro de Mingo y en este barrio no se jugaba, solo en otros más al oeste. Pionera en el cole en hacer campeonatos y en la Universidad Nacional, aunque pocos lo saben, excepto el profe; En el 99 hice el primer intentó de equipo y si acaso llegábamos a 9. De ahí con casi mis 40 encima aún sigue mi pasión y mejengueó. Eran otras épocas, donde si jugabas te tachaban de media marimacha. Solo mis contemporáneas futboleras entienden, esto. Hoy es una alegría, aunque el reconocimiento económico aun no sea igual, es un logro verlas en la pantalla.
Pasados y luchas diferentes, por eso votó, aunque todos sean malos o ninguno valga la pena, votó porque reconozco el logró y el esfuerzo de mis antepasados.
En el 2001 incursioné una carrera de muchos hombres Ingeniería en sistemas, los profes eran hombres y algunos medios acosadores. Por lo que al final, decepcionada tiré la toalla, además de que en ese momento trabajé como auxiliar de Recursos Humanos y vi como llegaban currículos de ingenieras y ellas eran contratadas en puestos de secretarias.
Una vez más mi condición de mujer, fue marcada.
Cuando tuve a mis hijas y me iba a mis acostumbrados paseos por la naturaleza, de seguro mi mamá bajaba todos los santos, siempre preocupaba por mi condición de ser mujer, el RIESGO MAYOR y aún antes de ellas.
Todavía se preocupa, ¿Cómo quitarle esa preocupación? En tantos años, yo no lo sé, porque las noticias y hechos no la han dejado de tener paz. Si salgo en la noche, es un posible insomnio.
Odio mi condición marcada de mujer.
Si voy a un bar sola, soy marcada por buscar pareja o por ser “zorra”, aunque me gustaría más ser señalada así en el término masculino, por astuta y no en femenino como una “ramera”. Tan machista nuestro léxico, pero no voy a entrar en detalles.
Que feo este papel heredado, yo no lo quiero ¿Lo quieren ustedes?
Claro hay homicidios en todo el mundo, pero no se da más casos de mujeres que matan a hombres, ¿de cuál hay más? Porque algunos no le encuentran sentido a la palabra femicidio. Yo no lo sé, ya de por sí nuestro léxico es clasista, inclusivo y diferenciado.
De la ropa, me visto como quiero a mi gusto, fresca y libre, no modelo ni luzco para nadie, es por mí, los tacones solo, si son requisito o la actividad lo amerita, pero esa soy yo. Todas vestimos diferentes.
Aunque no estoy de acuerdo en que se desechara la estética natural , por el exhibicionismo y la moda plástica del consumo, que se exhibe o se vende a merced como mercadería, y hace mas peso en el cuerpo de la mujer. Pero es una opinión y respeto las diferentes.
Soy ama de casa, me gusta consentir, pero no soy sirvienta de nadie, ninguna mujer nació para servir, a cada quien le toca un papel y con sus manos puede hacer, olvídese del papel del comodito. A todos nos gustaría que nos sirviera, pero cuando reconocemos roles de 24 / 7 no se pueden comparar y hay que hacer justicia. Madre es madre y no esclava.
Hasta hace poco fui a acampar, porque tuve compañía masculina, ojo toda una aventurera y naturalista, pero me he privado de ir sola ¿Por qué será? Sino hubiera tanto riesgo amanecería bajo la luna en media playa o en el bosque. Pero mi condición no me lo permite, soy un riesgo y doble.
No hay colores para ninguno y ojo que este año me dijeron niña porque solo cortinas azules ¿y las mujeres? – yo respondí, -Usted no se preocupe, es mi color favorito y a ellas les va gustar también.
Por tanto, de todo lo anterior estudié derechos humanos y educación por la paz.
No por tener serenidad conmigo mismo, me falta mucho, estoy en construcción eterna. Pero si, para hacer una lucha, no de sexos, o de confusiones entre matriarcado por verdadero feminismo. Sino por justicia, por ir construyendo los mismos puentes y caminos para todos o sea oportunidades y accesos iguales.
Si llegó hasta aquí, gracias por leer la historia.
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